Queriendo liberarse, los dos estaban desnudos pudiendo sentir cada centímetro de su piel.
Sus cuerpos pegados queriendo formar uno solo.
Las manos y brazos de Kai estaban en toda la espalda se SeHun apretándolo mientras el más alto subía sus manos hasta sus caderas y juntaba sus intimidades dándole escalofríos, contrayendo su abdomen del placer que le causaba.
Con picardía el más alto paso su dedo índice por el largo de su espalda llegando hasta su culo, cambiando de dirección para pasar por el costado de su pierna, las separó delicado.
SeHun parecía drogado por su aroma, tenía sus ojos casi cerrados si no era que ya lo estaban. Su miedo y la poca vergüenza que le quedaba le impedía abrir los ojos del todo, en cambio Kai solo se concentraba en la anatomía y el placer que esté sentía o podría hacer sentir.
Sigiloso acercó dos de sus dedos, el índice y el del medio, a su agujero masajeando un poco casi sin tocar. SeHun se asustó y suspiró intentando calmarse.
Al no sentir nada más allí, abrió sus ojos rasgados: Kai lo veía con sus ojos prendidos fuego, intentaba no sonreír juntando sus labios y presionandolos para después soltarlos y verse demasiado bien.
Lo miraba directamente a los ojos y no sabía cómo reaccionar a eso, solo dirigió los dedos de Kai con su mano para que entrara pero el alto desvió su camino y llevó estos a su propia boca, los chupó manteniendo la mano de SeHun en su muñeca percatándose de que notara lo que él hacía.
Con excitación vió como Kai lamía sus propios dedos, volvió a la misma posición de antes y entró el medio lento en su intimidad.
Mordiendo su labio ahogó un gemido, encorvando su espalda acercando su abdomen con algunos lindos lunares a la cara de Kai.
Sintiéndose poderoso empezó a acelerar sus movimientos, preparó su coordinación y lo saco del todo.
Sorprendiendo a SeHun, al entrar otra vez, sumó su dedo anular haciendo una forma atrayente con sus dedos largos.
La imagen de sus propios dedos flexionados naturalmente según la comodidad de los movimientos profundos, su muñeca de abajo-arriba en un punto fijo moviendo su brazo, sus uñas cortas rozando las paredes sensibles, era genial.
Las embestidas gradualmente comenzaron a subir al igual que el placer que SeHun sentía.
Parecía que sus piernas estaban dormidas pero seguía sintiendo todo a la perfección.
Sus piernas, que de costado forman un triángulo, se separaron aún más cuando sintió la cálida mano de Kai tocar su entrepierna y su cintura hizo un movimiento independiente: una embestidas al aire con su cadera arqueando su espalda baja pegado a la acolchada cama. Sintió más placer al hacer ese movimiento, mantuvo el ritmo.
La mandíbula de SeHun dolía.
Sus dientes apretados y escondidos detrás de sus labios, su cuello estirado hacia atrás, sus pies pasando por toda la cama por el sentimiento incontrolable, sus manos agarrando las sábanas arrugandola bajo sus dedos, Kai podía ver y sentir que SeHun estaba disfrutando.
De ese modo siguió realizando al chico sumido en sus sentimientos apabullantes concentrados en sus extremidades.
SeHun quería tocarlo y sentir que él estaba ahí, que no era su imaginación.
Llevó sus manos a los hombros suaves de Kai y apretó allí, las pasó por su espalda hasta donde podía llegar y un momento de rareza y sin fuerza quiso acercarlo, lo empujó hasta tenerlo encima suyo mientras él mantenía su magia allí abajo.
Kai estaba que no podía más.
Escuchar la respiración de SeHun, tan agitado y sin poder controlarse.
Los gemidos que tenía la necesidad de manifestar, que pasaban de suspiro a un sonido demostrando sus sentimientos, sus ojos rasgados completamente cerrados y de vez en cuando apretando estos por el placer que podía sentir. El ritmo que SeHun llevaba con sus caderas, demasiado despacio y casi imperceptible, todo eso lo volvía carnal.
Sus pechos juntos, uno encima del otro, por eso SeHun pudo sentir que su temperatura corporal, a simple vista, era más alta que la del otro chico.
Él mismo se sentía más caliente, sentía arder sus partes más sensibles cómo sus pezones, la piel de su abdomen, su cuello, labios y muslos.
Sus narices rozaban tentando a sus labios como si nunca se hubieran tocado y estuvieran prohibidos el uno del otro.
Kai, vacilando, movió su cabeza a un costado y sintió la respiración de SeHun en su boca, no pudo evitarlo y entonces sonrió.
Pasó su lengua por el labio inferior del más chico mientras este casi grita por el gusto que Kai lograba darle.
Los pequeños quejidos que se le escapaban, al imaginar cosas sin querer o sin poder controlarse y queriendo actuar de una vez, para Kai era música para sus oídos.
Tan sensible sintió el duro pecho y sus costillas suaves encima suyo, pasó de a poco sus manos libres por la cintura de Kai sin despegarse de su piel por ninguna razón.
Dos embestidas profundas y SeHun logró liberarse.
Kai sintió su propio abdomen caliente por la liberación del lindo chico acompañado de un sonoro gemido que venía repiqueteando en su garganta desde que sintió un cosquilleo en su intimidad.
De una vez por todas soltó uno más largo y sensual satisfaciendo a Kai.
El suspiro acompañó al sonido y los espasmos en su entrepierna seguían allí, quiso juntar sus piernas logrando aprisionar más al alto.
De un segundo para el otro, en su mente, tomó valentía y con su hombro descubierto y huesudo lo empujó para que quedara Kai debajo de SeHun.
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#930