Sentada en la cama, Camila revisó su celular.
Gracias a que tenía suficiente crédito, pudo recibir los mensajes de WhatsApp de Dylan.
"¿Que tal tu primera noche lejos de casa?"
Quería burlarse de ella, de seguro ¿Tan poca fe le tenía?
Escribió en la caja de mensajes:
"¡Perfecta! La pasé increíble, llegué a la casa sin novedad, hice nuevos amigos re buena onda y dormí como una bebé"
Envió.
Se sintió bien cerrarle la boca a Dylan, aunque la mayoría de lo que había dicho era mentira.
Pero bueno, él no tenía como saberlo.
Y hasta entonces todo iba marchando bien.
O bueno, casi bien.
Pasaron los minutos y Lauren se apareció en el cuarto.
Estaba colorada y tenía el cabello mojado.
Traía una toalla blanca echa una pelota en la mano
Camila soltó una carcajada.
-Lindo look, estás divina.- bromeó.
Ella hizo una mueca.
-Que linda anfitriona.-
-Gracias.- volvió la vista a su celular.
Frustrada, Lauren se acercó y le aventó la toalla en la cara.
Camila soltó un chillido agudo tras el impacto, y soltó su celular, dejándolo caer sobre la cama.
-Lávala por mi ¿Quieres?-
Retiró la toalla de su rostro con una mueca de asco.
La tomó de un extremo entre las puntas de su pulgar y dedo índice.
-Ew, ¿Qué estuviste haciendo anoche? Esto apesta.
-Mejor en vez de lavarla la quemo.- exageró.
Lauren entrecerró los ojos.
-¿Sabes usar un incinerador?-
Camila la miró, con ambas cejas levantadas.
-¿Un fósforo? ¿Dos palitos frotándose? ¿La chimenea del vecino?- agregó, riéndose -¿Ni eso?-
-¿Y tu sabes usar la puerta?- dijo en un tono de desagrado, pronunciando mal a propósito.
-Si, de echo ya pedí un taxi.-
-Bien por ti.- volvio a mirar su celular, deslizaba su dedo finamente sobre la pantalla.
-Fue un gusto, uhm...-
-Camila.- le recordó.
-Eso. Y también gracias por la ducha, tenía frío y me hizo bien.
Si me disculpas, si ni me vas a pagar el taxi al menos la pomada para las quemaduras.-
Camila sintió ganas de reírse, pero no, se supone que debía estar enojada con ella.
Se mantuvo firme y se "tragó la risa".
-¿No te bastó con que te prestara la cama?-
-No, a menos que escondas monedas bajo el colchón.-
-Eres la peor.-
Lauren se quedó callada.
Sonrió un poquito.
Hace mucho que no se divertía así.
En los últimos años se había reservado mucho, pero claro, tenía sus razones.
Las seguía teniendo.
Toció, una toz fingida.
-En fin, gracias por tu hospedaje en tu humilde hacienda, me voy, hasta la vista.- hizo un gesto con dos dedos en su frente.
Camila esta vez si se rió.
No podía negar que a pesar de haber sido una noche desagradable, Lauren lucía como una tipa divertida, espontánea y agradable.
Se retiró del cuarto.
Camila tardó unos segundos en pensarlo.
En pensar lo que haría.
No lo pensó más y se paró.
Corrió hasta alcanzarla en el corredor hacia la sala-comedor.
-Espera.- ella se detuvo.
Camila se adelantó, buscó entre su bolso que estaba sobre la mesa y sacó una pluma.
-¿Qué?- preguntó ella, confundida pero en buena onda.
Ésta se paró frente a ella, con una sonrisa en la cara.
-Sé que tal vez no tuvimos un muy lindo encuentro, pero dame tu brazo.-
Lauren arqueó una ceja.
-¿Que me corte el brazo y te lo de?-
Ella soltó una carcajada.
-No, tonta, que levantes el brazo.-
Sin pensarlo dos veces, Lauren elevó su extremidad y le enseñó su antebrazo.
-¿Así?-
-No, estíralo.- ordenó, Lauren obedeció. -Perfecto.-
Lo agarró de la muñeca y llevó la punta de tinta de la pluma hacia su antebrazo.
Escribió sobre éste.
-¿Qué haces?-
Terminó de escribir y se alejó un poquito, Lauren se miró el brazo.
-Mi número.- sonrió por última vez y se alejó, poniéndose detrás de ella y retrocediendo -Nos vemos.-
Se dio vuelta y desapareció en la oscuridad del corredor, que extrañamente seguía oscuro aún de día.
Lauren miró como se retiraba.
Al parecer no le había ido tan mal.
Sonrió victoriosa y salió de la casa.
Se quedó en la entrada y el taxi no tardó mucho en llegar.
En el viaje hasta el terminal y de ahí hasta el local de su tío, Camila no salió de su cabeza.
Qué extraña chica ¿Qué le había hecho?
Ella no se había comportado así ni contestado así en mucho tiempo.
No entendía pero no importaba mucho.
Ya en el autobús, casi llegando, extrañamente se le vino a la mente el qué diría su tío.
¿Le habría dicho a sus padres?
¿La estarían buscando?
Eso de verdad importaba.
Pero Camila nublaba sus pensamientos.
Nunca había estado en una situación así con una chica.
Recordó la noche que tuvieron, no la iba a olvidar.
Le ardían las mejillas y a ella le temblaba el cuerpo cuando lo recordaba.
¿Camila lo recordaría?
¿Debería llamarla o solo olvidarla?
Descartó lo último de sus posibles opciones.
Sin duda la llamaría.
Cuando se presente el momento indicado, claro.
El número... ¡El número!
Se miró el brazo.
Hacía calor, sudaba.
La tinta podía borrarse.
Y no quería eso.
Decidió guardar desde ya el número en contactos de su celular.
Su números eran claros, legibles y finos.
"98790321"
Lo revisó unas 3 veces para ver que estuviera bien escrito.
"Camila"
Guardó.
Guardó su celular, se echó para atrás en su asiento y esperó a llegar, sabía que faltaban pocos metros.
Extrañamente, no preocupada, contenta.
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Holaa, espero que les guste el capitulo, disfruten, se vienen momentos camren, 👋❤ - ally🍁
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Learning To Fly; Camren
FanfictionCrecer. Madurar. Son ambas cosas muy complicadas en la vida de una adolescente, y sobre todo una tan revoltosa y arriesgada como Camila. Era verano, pleno verano, se acercaba pronto el otoño. Camila siempre fue consentida por sus padres y estaba aco...