LIII

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Al día siguiente Tay llamó a Lauren muy temprano para que fuéramos a desayunar a un restaurant a la orilla de la playa. Yo me puse mi bikini y encima un vestido de franela suelto pero muy cómodo. Lauren se puso una playera negra junto con unas bermudas y sus gafas negras. Salimos de la cabaña tomadas de la mano y no nos soltamos sino hasta que llegamos al restaurant y saludamos a todos los chicos incluyendo a Clara.

Clara me ofreció sentarme en un asiento justo al lado de donde ella se situaba mientras que Lauren se sentó al otro lado de donde yo estaba.

- ¿Todo se arregló? - dijo Clara sacándome de mis pensamientos.

- Sí. Tenía razón señora.

- Clara, y háblame de tú, aún soy joven - dijo mientras me acercaba una canasta de pan. - ¿Pan? - me ofreció.

Tomé uno desesperadamente y lo metí a mi boca como si nunca hubiese comido en mi vida.

- Si fueras más grande y tuvieras la barriga más grande, juraría que estás embarazada - dijo mientras me ofrecía otro pedazo de pan.

Reí con nerviosismo y la miré con angustia.

- Es que no he comido nada desde ayer - mentí.

Un mesero llegó y tomó la orden de todos en la mesa. Yo pedí unos huevos revueltos con salchicha y unos panqués con algo de moras, un jugo de naranja y té.

- ¿Gusta café? - preguntó el mesero.

- No muchas gracias, es malo para el... - cuando lo noté estaba a punto de decir "bebé" frente a todos. -...corazón - terminé algo nerviosa.

Alcancé a ver como Lauren se reía y se cubría el rostro con las manos. Alcé los hombros y me reí un poco conmigo misma.

Después del desayuno fuimos a la playa y los chicos jugaron voleibol mientras yo caminaba por la playa junto con Lucy y Marian.

- Y bueno... ¿cuánto tiempo llevan juntos tú y Lauren, Camila? - preguntó Marian dando de brinquitos frente a mí.

Sonreí inocentemente.

- Casi un año - le dije.

Era verdad, había conocido a Lauren en los últimos días de Octubre y estábamos en Julio.

- ¿Es enserio? - exclamó sorprendida. - Nunca había visto que Lauren durara tanto con alguien desde la universidad.

- ¿La universidad? - preguntó Lucy. - Ella y Keana empezaron a salir en la preparatoria - corrigió Lucy a Marian.

- Ah, cierto, fue en la universidad cuando...

- No tienes que acordarte de lo peor siempre, Marian - la interrumpió Lucy.

- ¿Qué le pasó? - le pregunté a Marian sin prestarle mucha atención a Lucy.

- Bueno, ella... ¿no te lo ha contado? - me miró con duda.

Negué con la cabeza.

- Bueno, Keana y Lauren empezaron a coquetearse en la preparatoria, unos meses después comenzaron a salir, pero hubieron algunos problemas y fue hasta en la universidad que salieron formalmente por unos dos años y medio. A Keana la diagnosticaron con cáncer en la sangre antes de que Lauren se fuera a vivir a Londres por un tiempo y no le dijo nada... Cuando Lauren regresó, Keana había recaído y a los pocos meses murió... Desde ese entonces Lauren prometió no amar a nadie jamás.

- Pero creo que contigo rompió la promesa - agregó Lucy.

- Y es algo muy bueno. No la habíamos visto tan animada desde que Keana murió.

Bajé la mirada y cambié de dirección para empezar a correr hacía donde estaba jugando Lauren. Corrí tan rápido que no me di cuenta que una motocicleta venía en dirección a mí. Antes de sentir el impacto cerré los ojos y grité tan duro que sentía que me desgarraría la garganta, pero no llegó.

- ¡Por Dios, Camila! - gritó alguien.

Abrí los ojos y vi su mirada concentrarse en mí y en nadie más que en mí.

- Lauren - mencioné su nombre en un susurro.

La tomé por la nuca y la besé tan duro, tan apasionadamente que de verdad sentí que el mundo se detenía alrededor de nosotras, que el tiempo se detenía y solo quedábamos ella y yo y nadie más.

- Lauren, te amo, nunca podría decirte lo mucho que te amo.

Volví a besarla. Lauren me levantó en sus brazos y siguió con el beso de una manera impresionante.

- Ya sé lo de Keana y no tienes por qué esconder tus sentimientos hacía mí o hacía nadie, sé que no me amas como a ella, pero de verdad espero poder lograr que me ames al menos un poco como la amaste a ella.

Lauren abrió sus ojos como platos y una lágrima se salió de su órbita recorriendo su mejilla.

- No sabes cuánto te amo, Camila.

Volvió a besarme y me depositó en el suelo.

- Nunca te dejaré ir - me dijo. - Nunca.

Volvió a besarme de esa manera tan suya, recorriendo mis labios y haciendo que su lengua invadiera mi cavidad bucal para hacer un juego perfecto con mi lengua. Me tomó de la espalda baja y me apegó a su cuerpo.

- Te amo - le dije cuando nos separamos para respirar.

- Te he dicho muchas veces que yo te amo más.

Cuando nos dimos cuenta, todos los amigos y familiares de Lauren admiraban la escena que acabábamos de crear a la orilla del océano. Lauren me abrazó y me dio de vueltas en el aire y eso causó que me mareara y los síntomas regresaran. Me tapé la boca con una de mis manos y corrí hacía un bote de basura al cual todos me siguieron corriendo.

Me aferré de las orillas del plástico negro y comencé a sacar todo el desayuno en líquido por la boca. Me agarré el vientre.

- Creo que definitivamente estás embarazada, Camila - dije para mí misma en un susurro.

Sentí una mano acariciar mi espalda. Era Lauren. Seguí vomitando hasta que mi querido bebé no quiso revolverme más el estómago, me levanté y me limpié la boca con la mano.

- Iré a darme una ducha, Lauren. Los efectos secundarios de mi golpe cada vez empeoran - le informé.

- Te acompaño - dijo mientras caminaba a un lado de mí.

- No, quédate. Me dijiste que hace mucho no veías a tu madre. Vayan a dar una vuelta por ahí, creo que tengo que descansar al menos hoy, estaré bien.

sex instructor; camren g!p.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora