Capítulo 3

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Absolutamente todas las parejas tienen que atravesar por diferentes fases, aunque no todas las etapas duran lo mismo para cada pareja. En el caso de Ravi y Leo fue un tanto distinto, porque ninguno de los dos estaba dispuesto a reconocer el amor que sentía por el otro.

Pequeñas señales sutiles fueron apareciendo en la vida diaria de ambos, tales como llevar sus conversaciones por mucho más tiempo que las que se tienen con un amigo cualquiera, compartiendo detalles muy personales.

— ¿En serio estuviste ahí? — preguntó algo incrédulo Ravi.

— Claro, por quién me tomas — respondió Leo sonriendo.

— Está bien, no te juzgo pero tienes que mostrarme al menos una foto — dijo soltando una risa que era más bien carcajada.

— No, no voy hacerlo — le respondió Leo, contagiándose de la risa de Ravi.

Si bien compartir experiencias y vivencias personales, eran parte de las actividades que hacían en el grupo del doctor Park, cada que alguno de los dos compartía algo con los demás, sutiles miradas cómplices eran compartidas por ambos al momento de hablar.

— Muy bien, gracias Yori, puedes sentarte... entonces, qué te parece si nos cuentas un poco de cómo has manejado tu fobia estas últimas semanas, Leo — dijo el doctor Park dándole la palabra.

Ravi sentado a su lado sonrió y haciendo una señal de apoyo con su mano le guiño el ojo. Leo tomó una pequeña bocanada de aire y se levantó de su lugar.

— Pues... hay días en los que he tratado de contrarrestar mi ansiedad a limpiar todo lo que veo, leyendo algún libro o escuchando música, además de que... — Leo miró a Ravi pausándose por un momento — pues he tenido buena compañía, la cual me ha dado la pauta a no pensar todo el tiempo en mi fobia.

— Eso es estupendo Leo, me alegro mucho por ti, significa que estas enfrentándote poco a poco a tus miedos y temores... veras que dentro de un tiempo podrás hacer más cosas sin que te afecten demasiado.

— Eso espero yo también doctor.

Volviendo a sentarse mirando la enorme sonrisa que los labios de Ravi reflejaban, Leo podía casi sentir esa acción como una caricia en su rostro, provocando un inesperado calor volviendo sus mejillas en un sutil sonrojo.



* * *



— ¿Y qué me dices?

— No lo sé, la verdad es que yo estoy muy a gusto aquí, por fin me he establecido y no me gustaría irme — respondió Ravi de forma sincera.

— Ya sabes que por mí no hay ningún inconveniente, es tu decisión.

Pensativo fue como se quedó Ravi después de hablar con su jefe, a él nunca le había incomodado el hecho de que lo enviaran de un lugar para otro, ya que esa era la forma en la que se protegía para no tener que involucrarse con alguien sentimentalmente. Pero por una extraña razón a su mente llegó el rostro de Leo, cuando le dijeron que lo enviarían de nuevo a otro lugar, y ahora no sabía si irse y dejar todo lo que había progresado o quedarse y seguir intentándolo.



* * *



Enfrentarse a sus propios demonios, era un punto que el doctor Park siempre remarcaba en cada una de sus sesiones personales, y el lunes siguiente no fue la excepción. Leo le había enviado un mensaje a Ravi después de considerarlo enormemente, arrepintiéndose al principio pero realizándolo al final.

— Sabes que esto es un acto casi heroico ¿verdad? — le dijo Ravi cuando lo vio llegar a la entrada del bar donde se habían citado.

— Bueno, en algún momento tengo que enfrentarlo, además últimamente lo he estado considerando y si sigo viviendo como hasta ahora, no podré ser feliz.

— Leo, déjame decirte que me enorgulleces, se lo que te cuesta mantenerte sereno, pero tampoco quiero que te presiones por mí, si en algún momento te sientes incómodo puedes decirme ¿de acuerdo?

Leo había tomado la decisión de entrar por primera vez en su vida a un bar local, para cualquier persona tal vez no significaba nada, pero para alguien como Leo, quien solo podía pensar en cuántos gérmenes tenía tan solo el tapete de la entrada, lo era todo.

Caminando uno al lado del otro, sin llegar a invadir el espacio vital, se sentaron en la barra. El conflicto interno de Leo, por sacar su spray desinfectante y limpiar con un paño, quedó ligeramente olvidado cuando Ravi comenzó a sacarle plática.

El bartender sirvió los tragos que Ravi pidió tanto para él como para Leo, y una vez más las ganas por observar casi milimétricamente cada espacio del vaso de su bebida, estaban consumiendo el interior de Leo, pero trató de serenarse y tomar por lo menos un sorbo como todas demás personas que lo rodeaban.

— Sé que no lo estás pasando bien, te noto tenso — mencionó Ravi mostrándole su apoyo.

— No, yo estoy bien, de verdad.

— ¿En serio?

— No, la verdad es que no, sinceramente no dejo de pensar en la forma en la que fueron lavados estos vasos y...

— Cálmate, respira profundo y concéntrate en que todo está bien, mira — Ravi tomó de su bebida un trago bastante largo — ¿Ves? — dijo mostrándole el vaso.

Leo sonrió relajándose por primera vez en la noche, y se dio el lujo de tomar un par de sorbos más, aunque no llegó a terminarse la bebida. El tener a su lado a Ravi le había dado la fortaleza para enfrentarse a su fobia, de una manera excelente.

El revoloteó en el estómago de Ravi, al ver a Leo enfrentarse de esa manera a su fobia, lo hizo sentirse como si estuviera frente al hombre más maravilloso del planeta. El resto de la noche no dejaron de mirarse y sonreír cual tortolitos enamorados.


Primera etapa del amor: Enamoramiento o fusión

Esta es una etapa llena de esperanza. Quieren estar todo el tiempo juntos; se sienten unidos, en simbiosis y están extasiados el uno con el otro. La pareja tiene la sensación de afecto mutuo y de reciprocidad.

Monday [WonTaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora