Odiaba los aviones, maldita sea, los detestaba con toda mi alma y deseaba no volver a subir a uno jamás. A la próxima mejor atravesaría el océano para llegar a Australia en una balsa, porque el movimiento de los barcos grandes también me mareaba.
Cerré mis ojos en el momento en el que iba a aterrizar, estaba comenzando a alterarme para bajar rápido, pero me tranquilizó una suave mano sobre la mía que me acariciaba lentamente para que dejara de pensar cosas negativas.
—Cariño, te prometo que esto terminará pronto y después ya no tendrás que volver a subir a un avión en un largo tiempo.
Asentí ante las palabras de mi madre sonriendo, sin importar su actitud dura e irritante, ella siempre estuvo más que dispuesta a cambiar para calmar mis miedos. Ella odiaba verme llorando en los aviones cuando era más chico, fue algo que siempre intenté evitar y ocultar ante los demás, pero si alguien cercano a mi estaba conmigo en el avión, me ponía más sensible y me daban ganas de llorar aún más.
Pero como ella prometió, el avión aterrizó en poco tiempo y las indicaciones para bajar fueron dadas. Preferí esperar hasta que la mayoría de las personas bajaran del avión, si algo me estresaba más que el propio avión era estar entre las personas que bajaban de este. Dentro de poco estaba vacío y mi mamá esperó a que mi padre llegara con nosotros para por fin bajar los tres.
No era el destino que ellos esperaban, ellos esperaban llegar y toparse con un día soleado en California, no con un día fresco en Nueva York.
—¿Qué hacemos aquí? Bien dijiste que iríamos a California, Michael, ¡esto no es California!
—Obviamente no es mamá, pero tengo unos pequeños asuntos que resolver.
—¿Y planeas encerrarnos en un cuarto de hotel mientras tú...?
—No —la corté antes de que se pusiera histérica—. Pensé que no les haría mal un pequeño tour por aquí, programé uno por si quieren ir. Me uniré en unas horas con ustedes.
—Me parece increíble, hijo —dijo mi padre abrazando a su esposa—. Vamos, mujer, disfrutemos un poco de esto. Tendremos a nuestro hijo más tiempo en las siguientes semanas.
—¿Semanas?
—¿Qué? ¿Ustedes consideran vacaciones solo una semana? Que aburridos.
Reí ante el comentario de mi padre, por supuesto que se había programado para un largo tiempo. Pues si él se tomaba vacaciones era para disfrutar de todo y eso llevaba tiempo, esto no tenía porqué ser la diferencia.
Tomamos un taxi después de varios intentos, algo que odiaba era lo difícil que era conseguir transporte, esto nos llevó hasta el hotel donde nos estaríamos hospedados por esos dos días, tampoco era como que me encantara pasar mucho tiempo en esa ciudad.
Mi madre quedó encantada con el cuarto que les asignaron, ella siempre estaba feliz mientras tuviera una cama enorme, buena vista, baño espacioso y muchos lujos, así era ella.
Dejamos todo en las recámaras para no llevar nada muy pesado a dónde íbamos, ellos se irían a su tour qué pasaría por ellos en la misma recepción y después yo tomaría taxi para atender mis asuntos. No era la primera vez que visitaba la ciudad, pero para mí seguía siendo un completo caos el poder trasladarme.
Esperaba que Ashton no se hubiera mudado a otro lado de la ciudad todavía.
—¡Voy! —escuché la voz de Alexandra detrás de la puerta seguido de sus ligeros pasos y después abrió tranquilamente la puerta de su nuevo departamento.
En cuanto me vio, la puerta se cerró en mi cara. Suspiré y volví a tocar.
—¿Está Ashton?
—No.
—¿Quién vino a...? ¡Michael!
—¡Ashton!
Dentro de poco ya lo estaba abrazando con fuerza, llevaba un par de meses sin verlo y le extrañaba, también a Alexandra a pesar de que estaba de mal humor, seguramente no durmió bien la noche anterior.
–Escuchamos que fuiste a Sidney hace unas semanas —dijo Alexandra entrando al departamento, Ashton me invitó a entrar—. ¿Qué tal todo por allá? ¿Fuiste al funeral?
—Todo está bien en la ciudad, no ha cambiado mucho. Vi a Luke y su madre, estaban mal cuando pasó pero antes de irme lo estaban superando, o quisieron hacer el intento.
—Eso es bueno, si. Hubiéramos querido ir, pero no podíamos viajar.
—Cita con el médico, Ashton se ha sentido enfermo —dijo Alexandra antes de que pudiera preguntar.
—Quería hacerte una pregunta. ¿Cómo son los vecindarios allá por California?
—Son buenos lugares, supongo. No es que yo esté cerca de ahí, ¿por qué? ¿Cambiaron de opinión sobre quedarse aquí?
—Sí, estábamos pensando en un lugar cerca de Santa Monica, me encanta la playa entonces pensé...
—Ash, ya dile la verdadera razón —rodó los ojos la castaña.
Ashton la miró sorprendido y tuvieron una conversación silenciosa, dónde Ashton asentía en forma de pregunta y Alexandra asentía a forma de respuesta, algo así que duró casi un minuto hasta colmar la paciencia de la chica, por lo que le brindó un ligero golpe de que me dijera.
Mi amigo asintió definitivamente y se sentó correctamente soltando un respiro. Se puso serio y eso comenzó a preocuparme, Ashton nunca fue serio a menos que fueran malas noticias.
O me quería hacer creer que las eran. Porque no se me pasó ni una sola vez por la cabeza que me dirían algo como eso al visitarlos.
—¡Alex está embarazada! ¡Voy a ser papá! —gritó Ashton emocionado, como si fuera a reventar si no se lo decía a alguien.
Reí ante su reacción y les felicité a ambos por su nueva buena noticia. Aunque sabía que a Alexandra aún estaba impresionada, sin saber hace cuanto tiempo sabía, y tal vez no estaba convencida de hacerlo bien totalmente; afortunadamente encontró el apoyo que necesitaba cuando Ashton comenzó a hablar sobre todos los planes que tenían ambos, ahí fue cuando la preocupación dejó el rostro de ella para adornarlo con una sonrisa sincera de su parte. Comprendí que se quisieran mudar a un lugar más tranquilo, Ashton siempre quiso que sus hijos crecieran en un lugar cercano a la playa, por alguna razón siempre le gustó y le hacía sentirse en casa, pues el creció prácticamente en la playa. No esperaba más de él.
Alexandra comentó que llegó hasta ahí porque siempre quiso saber lo que era vivir en Nueva York, pero no le llamó tanto la atención el quedarse por un largo periodo. Dijo algo sobre ser una ciudad llena de estrés, tráfico y no era nada como lo mostraban en las películas, eso la llevó a ceder ante las peticiones de Ashton sobre irse a cualquier ciudad en California.
Él, desde el primer momento en que le di la noticia de mi trabajo, se emocionó bastante y se alegró porque estaba pensando en también ir para allá si llegaba a formalizar algo con su novia, que de alguna extraña manera pasó y estaban comprometidos cuando salieron de Sidney hace algunos meses, casi un año.Si de algo estaba agradecido, era no alejarme completamente de mi hogar cuando los tenía a ellos cerca.
[Nota: la parte de Luke será para otro día. Hoy solo tuve imaginación para Michael bebé]
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No doubt.
Fanfiction"Creo que lo único más roto que tus promesas, es nuestra relación"