Extra L.

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Jamás creí que tan pronto sería este pronto.

Luke.

Apreté con cariño la mano de Phoenix entre las mías, ella sonrió y siguió esperando en la fila para tomar un té. Ella detestaba el café, por lo que casi nunca íbamos a esos lugares solo porque si. Tal vez ese día había algo, pero estaba seguro que no era por algún mes más en nuestra relación, para eso aún faltaban un par de días y no era necesario reunirnos para alguna ocasión especial.

Ordenó su té negro amablemente, para mi ordenó un café americano, quise interrumpir para pedir un chocolate, pero ya era un poco tarde para hacerlo. Me guió rápidamente a una mesa, por la forma en la que actuaba pude atinar a que lo que tenía que decir era importante para ella y le emocionaba decírselo a alguien con cualquier momento, supuse que era a mi a quien le quería decir antes que a nadie.

Ya estaba formando una idea en mi cabeza.

Ni siquiera quiso esperar a que llegaran nuestras bebidas para empezar una plática como en las películas, solo se sentó frente a mi y tamboreó sus delgados dedos contra la mesa, haciendo un pequeño ruido con sus uñas demasiado molesto para mi gusto, pero era un hábito suyo. Mordía su labio emocionada y se balanceaba de lado a lado sin dejar de mirarme.

Quise esperar a que dijera algo, podría jurar que estaba a medio segundo de explotar si no decía nada.

—¿Y entonces...?

—Quiero mudarme a Perth —soltó rápidamente sin quitar su sonrisa—. ¡Colocarán mis cuadros en una galería!

Sonreí abiertamente con ella, estaba consciente de lo mucho que significaba para ella el pintar cuando su inspiración le llegaba. A pesar de haber estudiado administración, ella prefirió que por su primer año estaría centrada en pintar antes de conseguir un trabajo, no la contradije para nada, era su decisión y ella se sintió cómoda con eso.

Esto era lo que ambos esperábamos desde un principio: que alguien, además de nuestros amigos, notaran el gran potencial que sus pinturas tenían como para exhibirlas. Y era su momento.

—Espera... ¿Perth?

Ella asintió emocionada.

No podía ser posible. Era la segunda vez que algo como eso me pasaba.

—Sé que ya pasaste por esto —comentó extendiendo su mano para tomar la mía —. No te pido que vengas, no es tan lejos, de todos modos. Quizás podríamos hacer esto funcionar.

La observé detenidamente y al instante comencé a comparar las situaciones. Esto no fue nada similar a lo ocurrido con Michael, esta vez estaba feliz de que ella tuviera su momento para brillar, por el que esperó con tanta emoción desde que nos conocimos. Ni siquiera me importaba que tuviera que mudarse, siempre y cuando eso la hiciera feliz.

Ella pareció entender el proceso que vagaba por mi mente, pues alejó lentamente su mano de la mía para ponerla en su regazo.

Debía dejar de comparar ambas relaciones, con Michael cometí muchos errores que no estaba dispuesto a repetir. Y era uno de ellos que terminara en la misma maldita situación, con un sueño a la derecha y yo a la izquierda.

Pero, si lo pensaba a fondo, ambas cosas tenían peso, pero lo seguro estaba en Perth, con sus cuadros colgados en una galería importante, con el reconocimiento que merecían, era algo más que seguro el ir para allá y hacer su acto de presencia; mientras yo no podía ofrecerle nada seguro, comenzando porque no sabía si ella era la persona con la que podría pasar el resto de mi vida o algo parecido, y el privarla de su sueño y después irme de su vida sería algo para nada justo.

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2017 ⏰

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