Parte 16: Coqueteos indebidos y canciones equivocadas.

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-¿Qué tanto murmuran?- preguntó Kate.

-Que tengo hambre-respondió Harrison-Vamos a comer algo.

Kate y Haz se adelantaron y los demás quedaron atrás.

-¿Quieren espiar a Charlie y al alcornoque bello como lo hicimos con los rubios?-habló Jacob.

-Yo paso-dijo Tom-me duele la cabeza. Creo que me iré a dormir.

-¿Qué me dice tú preciosa?-le dijo Jacob a Molly.

-Que vayamos a comer, tratemos de sonsacarle la verdad a los rubios y dejemos a Charlie tranquila.

-Como quieras preciosa-dicho esto, el moreno tomó del gancho a la muchacha he hicieron el mismo camino que Kate y Harrison hacia el comedor.

Mientras tanto con Charlie...

-Tienes unos amigos interesantes-me dijo Max.

-Son los mejores-le dije mientras subía al bus que nos llevaría a Londres. El asistente del conductor pareció reconocerme, pues me miró feo.

-Te cuidan bastante-siguió hablando.

-Es lo que los amigos hacen, se cuidan las espaldas.

-Te estaban cuidando de mí ¿Cierto? - inquirió.

Me quedé callada un momento. Al final opté por decirle la verdad:

-Sí, me advirtieron de ti y de toda tu reputación.

Se rió amargamente. -Creo que en parte es mi culpa. No voy a tratar de defenderme, pero si te diré que estoy tratando de cambiar.

-Eso es bueno, supongo.

-Estoy tratando de cambiar porque conocí a una chica maravillosa-dijo mirándome.

Oh Dios. ¿Seré yo?

-Eres tú Charlie.

Santa mierda, era yo.

-Yo.... No sé qué decirte-le murmuré

-No es necesario que digas nada, aunque luego de esta cita, creo que obtendré una respuesta-dijo sonriendo.

-Pareces muy seguro sobre eso.

-Lo estoy.

Durante el viaje hablamos sobre libros que nos habían cambiado la vida, sobre los autores que deberían dejar de escribir y sobre los que deberían vivir por siempre y seguir deleitándonos con su manera de contar historias.

Cuando llegamos, caminamos por la Avenida Shaftesbury y fuimos hasta el restaurante Bella Italia.

El lugar era muy lindo.

-Aquí venden una pizza deliciosa-me contó.

-Pues ya me dio hambre- y le sonreí.

-Ese es algo nuevo, cuando venía para acá con Rebeca, ella siempre tomaba agua y una ensalada.

De pronto se dio cuenta de lo que dijo y se disculpó:

-Demonios, lamento eso Charlie.

Me reí y le dije que no se preocupara.

Cuando llegó la mesera (que misteriosamente se parecía a la que nos atendió en el Rainforest Café) pedimos una piza grande y una bebida.

Obviamente la tipa se puso a coquetear con Max, pero, lo más sorprendente, es que él le coqueteaba de vuelta. ¿Pero qué rayos?

Internado Cambiado /// Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora