Internado Cambiado /// Tom Holland

Parte III de 23: Inefable.

TOM POV:

No quise acompañar a los chicos al centro de Londres, no me sentía con ganas de hacer nada realmente. Durante la mañana traté de dormir un poco, pero la imagen de Charlie aparecía y no se iba, por mucho que no tratara de pensar en ella.

Decidí ir a darme una ducha.

-Me encantaría poder abrir la puerta y encontrármela-me murmuré mientras abría la puerta.

Oh Dios mío. Era Charlie, y estaba desnuda.

-¿Charlie? ¡Mierda Charlie, estás desnuda! –exclamé y luego cerré mis ojos.

Pude sentir que pasó rápidamente por mi lado, apreté más los ojos.

No mires, pensé, no lo hagas.

-Ya puedes abrir los ojos Tom-me dijo.

Los abrí lentamente y luego cerré a puerta. Se había puesto mi polera y se veía hermosa.

-¿Me puedes explicar que hacías desnuda?-pregunté.

Al parecer no le gustó que le preguntara porque me respondió muy cortante que no podía hacerlo.

-¿Qué?-le dije

-Dije que no puedo-me respondió enojada.

-¿No me vas a decir?-dije incrédulo.

-¿No entendiste a la primera?-me dijo sin mirarme, pues estaba revolviendo mis cajones tratando de buscar algo.

-¿Qué haces?- le pregunté cuando vi que se puso uno de mis boxers. Ya tenía problemas con controlar mis hormonas estando ella con mi ropa puesta ¿y ahora se ponía mi ropa interior? Las mujeres no saben lo sexys que se ven así.

-¿Tengo que explicarte cada cosa que hago?-me dijo molesta- estoy sin ropa interior debajo, y no me gusta. Te los devolveré limpios.

-Ahora sabes lo que sentí cuando viniste y yo solo tenía puesto una toalla-la molesté.

-Ja, si claro-dijo sarcástica.

Mala idea molestarla.

¿Qué hago?

Me disculparé ahora, por todo.

Ella me odiará, pero necesito que todo quede claro entre nosotros.

-Charlie-murmuré muy triste, ya que después de esto la perdería definitivamente -Charlie yo... soy un idiota.

-¿Recién te das cuenta de eso?-dijo.

-Lo supe desde el momento en que te dejé de hablar- reconocí.

-¿Por qué lo hiciste?-preguntó.

-Era lo correcto.

-¿Correcto porque?-preguntó desconcertada.

-Lo que te hice no tiene perdón-dije triste y enojado a la vez - Metí la pata, y hasta el fondo. Pensé que sería más fácil si me alejaba de ti. Así no tendrías que lidiar conmigo todos los días. Pero no sabes lo difícil que fue hacer eso, fue como un infierno cada segundo que no estaba junto a ti.

-Disculpa, pero creo que me perdí-me dijo ¿Cómo que se perdió? - ¿Qué es lo que exactamente me hiciste?

La miré extrañado, pero no podía decirle mirándola a la cara, llámenme cobarde.

-Tuvimos relaciones la noche de la fiesta de disfraces-empecé- Vi el paquete del preservativo al día siguiente en el baño. Yo estaba borracho y creo que te obligué a hacerlo. Si, lo sé, doy asco.