Capítulo dos

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Armin se encontraba echado en su cama, mirando su celular.

Su abuelo le había avisado que tal vez demore más de lo esperado, pero que podría pasarla bien con los chicos, ya que eran sus amigos.

El rubio bufó, estaba más que aburrido.

Mikasa estaba abajo preparando la casa para su visita y Eren aún no llegaba de la casa de Annie.

Decidió salir de su cuarto para ayudar a la pelinegra.

-Mikasa, ¿te ayudo en algo?- preguntó el ojiazul al verla sentada en la cocina.

-No te preocupes, Armin. No hay casi nada que hacer. Pero puedes acompañarme si deseas- el rubio asintió y se colocó al lado de Mikasa.

-Mikasa, olvide preguntar, pero... ¿cómo está Eren después de la muerte de su madre y la desaparición de su padre? -la pelinegra sólo logró fruncir los labios.

-Supongo que está bien, hace muchas jugarretas pero se le ve feliz- sonrió inconscientemente y luego miró al rubio-. ¿Cómo estás tú, Armin? Ya sabes, después de que Jean te...

-Ni lo menciones, Mikasa- le cortó el rubio, con sus ojos a nada de cristalizarse.

-Lo lamento, Armin. Juro no tener nada que ver en eso.

-Lo sé, Mikasa. No te preocupes por ello.

-Tal vez Sasha sepa algo de eso.

-Tal vez- trató de hacer una sonrisa, pero al final pareció una mueca de disgusto.

El celular de la pelinegra empezó a sonar y ella le pidió un minuto a Armin y se fue a la sala a contestar el celular.

Armin sintió sus ojos aguados y trató de parpadear las veces que podía para que no salieran las lágrimas.

¿Qué fue lo que pasó para qué el pequeño rubio pudiera verse tan afectado?

Creanme que está historia no es digna de recordarse.

-¡¿Cómo es qué ya estás aquí, enano?!- el grito de Mikasa alertó a Armin, que miró a una Mikasa muy enfadada-. Si, si. Ya, me calmo. Pero explicate, Levi. Ujum... si... si... está bien.

La pelinegra cortó la llamada y miró a Armin.

-¿Qué pasó, Mikasa?- la aludida se acercó al rubio con una sonrisa que no le daba nada de confianza al más bajo.

-Hazme un gran favor, Arlert.

-¿C-Cuál?

-Yo te doy para el pasaje y todo, pero ve tú por Levi.

-¿No iba a venir otro día?

-Tal parece ya está acá.

-Uh. Está bien, Mikasa. Yo voy por él.

-Gracias, Armin.

La azabache se acercó al de baja estatura y le dio dinero.

-Te doy la dirección por mensajes. No te pierdas.

-No soy tan distraído, Mikasa- giró los ojos.

-Si, si. Lo que diga el Arlert.

Justo cuando Armin iba a salir escuchó que la puerta era tocada.

-Voy yo- afirmó el menor y se acercó a la puerta, dispuesto a abrirla.

Cuando el rubio estuvo en la puerta, la azabache recordó quien era la persona que se suponía que debía estar ahí, pero justo cuando iba a detener al rubio, él ya había abierto la puerta.

La mirada del menor se fue a parar en la cara de los invitados.

~•~

-Eren, ¿estás seguro de esto? No creo que ella trate de estar conmigo. Si tú eres el que le gusta.

-¿Cómo estás tan segura que yo le gusto, Annie? Como si te lo hubiera dicho- rió pero luego vio la mirada seria de su compañía y sintió escalofríos.

-Oye, ¿y qué fue lo que pasó con Jean?- en la cara del castaño se formó todo un dilema.

-Supongo que él ya no está con Armin.

-Eso es más que obvio, idiota- bufó-. ¿No te molestó lo que hizo?

-Claro que si. Más que nada. Ese idiota la pagará caro- apretó sus puños.

-Oye... ¿ese no es...- se calló inmediatamente al reconocer al sujeto que estaba a dos casas de ellos.

-No me lo creo- el castaño paró en seco, apretando más sus puños.

~•~

-¡Chicos!- gritó el pelacho del grupo-. ¡Hace tiempo que no los veo!

-Deja de gritar, Connie -dijo Mikasa, mirando a Armin por si le pasaba algo.

Connie Springer, mejor amigo de Jean, pero amigo de los demás.

-Tú nos llamaste para hablar acerca de...- la mano de la chica que tenía un pan en su boca tapó la boca del calvo.

-Si, si. Acerca del trabajo cívico que tenemos que presentar al final de las vacaciones- habló Mikasa, mirando a Armin que seguía callado y con una gran incomodidad ahí-. Si, pasen, chicos. Armin, ve por Levi. Después el enano se enfada por ir tan tarde- el más bajo asintió y trató de apartarse de los dos que habían llegado.

-N-Nos vemos, chicos- murmuró el rubio, tratando de salir de la casa.

-¿Y a este que le pasa?- preguntó el calvito cuando Armin ya se había ido con la cabeza gacha.

—Le pasa lo que llaman "decepción amorosa"— dijo Sasha, virando los ojos.

—Oh, pensé que Jean no estuvo con Armin.

—Es que eres bien idiota.

—Seh, puede ser.

—Ya, chicos. Nos estamos desviando del tema- interrumpió la azabache—. Quiero ayudar a Armin, diganme todo lo que pasó con el cara de caballo.

—Oh, claro. Es que él estuvo saliendo con Armin, ¿no?

—Sipi— afirmó la chica patata.

~•~

—¡Oye, tú! ¡¿Qué demonios crees que haces acá?!

—Eren, relajate. No llamemos la atención— le dijo Annie cuando veía la mirada de las personas en ellos.

Días de vacaciones •Eremin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora