Capitulo cuatro

2.9K 327 262
                                    

—¡Hola, Armin! —el de cara de caballo estaba casi a dos pasos del rubio, mientras este se refugiaba en el azabache de mirada indiferente—. ¿Quién carajos eres tú?

—Eso debería preguntarte yo, idiota —respondió Levi, agarrando a Armin para ponerlo detrás suyo.

—Hey, sólo quiero hablar con Armin, sólo eso.

—Pues yo veo que él no quiere hacerlo, cara de caballo.

—¿Quién demonios te crees que eres?

—¿Y tú quién te crees?

—Sólo venía ha hacer las pases con el rubio.

—Que lástima, amigo. Él no quiere hacer las pases contigo.

—Ay, por favor. De seguro que si, ahora sal, enano, y déjame hablar con él.

—No.

—¿Eres algo de él acaso?

—Soy su novio.

Tanto Armin como Jean lo miraron sorprendidos.

—¿Tienes algún problema con Armin, idiota? —preguntó el azabache, agarrando la mano de Armin.

—Sólo venía a pedir disculpas, no era mi intención lo que pasó antes —se rascó la nuca, avergonzado—. Lo lamento, Armin. No volveré a molestarte.

El caballo sonrió, pero de una manera medio escalofriante.

—Por ahora, Arlert —susurró cuando pasó al lado de la presunta pareja.

Lo que ese idiota con cara de caballo no contaba era que Levi lo había escuchado claramente, y lo que le haría si que lo dejaría marcado.

El mayor se volteó, mirando la cara de Jean, poniéndose al frente suyo, pero el caballo ni se inmutó, sólo se rió.

El golpe que recibió en su entrepierna seguido de un gran puñetazo en su fea cara.

—Nos vamos, Armin —el pelinegro agarró la mano de Armin y se lo llevó lejos de ahí, estaba más que furioso por lo que le estaban diciendo a Armin, además de que el menor tenía un repentino ataque de nervios cuando vio a ese chico.

—Me duele la mano, para por favor —el azabache escuchó la voz de súplica de Armin y no dudó en soltarlo, mientras que veía los ojos cristalizados del rubio.

—Armin, ¿quieres ir a tomar un café? Yo invito —el rubio asintió, siguiendo al azabache como respuesta.

~•~

—Ya deberían haber vuelto, no lo entiendo —el castaño iba de un lado a otro sin saber dónde parar, estaba demasiado nervioso.

—Hey, Eren, confía en Armin, además de que Levi es muy protector, dudo que le pase algo —la pelinegra estaba sentada al lado de la rubia y ambas miraban la preocupación que Eren tenía por Armin.

—Pero, el culpable de la depresión de Armin está afuera, y el muy bastardo está buscando a Armin —formó puños en sus manos y los apretó.

—Sólo tranquilízate, ¿si? —la pelinegra no sabía ya ni qué decirle a Eren para que se siente y espere pacíficamente.

—Eren, escucha, debes tener confianza en Armin, sabemos lo que sufrió antes, pero lo superó y estoy segura que lo que pasó ahora también lo podrá superar, Armin es fuerte, no te olvides —la rubia se paró y le tocó el hombro al castaño, este suspiró y asintió, sentándose al lado de ella en el sillón.

Pero una pelinegra los miraba con celos, en cierta parte porque ella trató de que Eren se tranquilizara, haciendo unos esfuerzos inútiles, y que Annie lo haya logrado tan fácilmente le sacaba de sus casillas.

~•~

—Hey, Armin, ¿me podrías contar que fue lo que pasó con ese chico? —el pelinegro ya estaba en una cafetería con el menor, ambos habían pedido un frappucchino y ahora esperaban que se los traigan.

—Bueno, supongo que te contaré.

—Te escucho.

—Verás...

Días de vacaciones •Eremin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora