El Gato Negro (Le chat noir)

La llegada.

***
Laura's POV:

- Hemos llegado, hijos. -dice mi padre estacionando su auto al lado de la hermosa cabaña. -¿Acaso no es linda?

Era perfecto. El bosque era tan puro y tan lindo, que no entendía como era que este no era muy visitado.

Era verde, a pesar de las hojas que estaban en el suelo, las cuales eran de tono oscuro. Los árboles eran algo delgados, pero muy lindos, con un tono marrón oscuro. Los animales abundaban, como algunas ardillas, algunos pájaros, entre otros animales típicos.

La cabaña quedaba perfecta en el bosque, con un tono caoba por fuera, con bancas hechas de troncos grandes de madera. Muy acogedora.

- ¡Es perfecta! -dije con una grande sonrisa como signo de satisfacción. - Pero... ¿Que chiste tendrá así? Al menos haremos cosas como en las películas, ¿verdad?.

- ¿A que te refieres, peque?. -dice mi hermano con un tono burlón, sabe que odio ese apodo.

- Le he preguntado a mis papás, no es de tu incumbencia.

- Niños, ¿podrían dejar de pelear? ¡el lugar es perfecto!, ¡aprovechemos de él!. -dice mi madre buscando la llave de la cabaña en su bolso.

- Está bien mamá, pero... ¡dile que ya deje de meterse en mis cosas! -dije mirando enojada a Christian. -¡y que deje de decirme peque!.

- Hijo, deja de llamar así a tu hermana, si le molesta a ella no deberías de llamarle así. ¿Okai?.

- Está bien papá, como sea. -dijo Christian sentándose en una banca esperando a que mamá abriera de una vez la puerta.

- ¡Quiero un caballito! -dice mi hermanito Donovan.

Todos nos hechamos a reír, me dirigí a él y le di un beso en su mejilla.

- Algún día lo tendrás hermano... Algún día. -dije acariciando su pelo con una sonrisa en mi boca.

- ¡Al fin hijos, al fin!. -dice mi madre sonriendo victoriosamente mientras hacía un baile raro.

El lugar por dentro estaba cubierto de sábanas color hueso, con un poco de polvo en las esquinas y las típicas telarañas.

- Aquí parece casa de sustos, papá. -dice mi hermano sacudiendo un sillón café de ahí, sentándose en él con toda la confianza.

- Y tu pareces un vagabundo, ¿acaso no nos ayudarás a limpiar?. -dice mi padre apoyando su mano en el sillón café.

- ¡Claro que lo hará!, si no, no habrá noche de fogata. -dice mi mamá tomando una escoba. ¿de dónde la habrá sacado?.

- ¿habrá noche de fogata? ¿como en las películas? ¿y contaremos historias de terror?. -digo emocionada.

- Si, si y si. Pero para ello debemos de limpiar la casa y desempacar las cosas. -dice mi padre con una sonrisa tomando otra escoba. ¿de dónde rayos las han sacado?