Capítulo 6:
Me remuevo en mi reconfortable cama, me giro y me coloco boca abajo posicionando la cabeza hacia el lado contrario del que se encontraba. Mis oidos se percatan de un sonido del que instantanéamente me encuentro asqueada. Mi alarma. Hago un esfuerzo por estirar mi brazo e intentar apagarla pero mi cuerpo no quiere obedecer las órdenes que mi cerebro le manda, comienza entonces una batalla entre ambos. Tras unos segundos, puede que minutos, decido que ha ganado mi cerebro, así que las conexiones nerviosas hacen su trabajo y ponen en marcha los músculos de mi brazo, permitiéndome así apagar ese molesto ruido. Ahora comienza la segunda batalla del día: Levantarme de la cama. Esta se me hace más fácil y lo hago casi sin esfuerzo, me incorporo de la cama y una vez fuera comienzo a desperezarme. Dios mío, ¿Cómo puedo estar tan cansada? Inmediatamente, tras formularme esa pregunta, me acuerdo de los gritos de mi vecino que duraron hasta las 3 de la mañana... Será desgraciado el tío.
Me dirijo al baño y allí decido darme una ducha rápida y no llenar la bañera. Abro el grifo y voy calibrando la temperatura del agua, cuando meto la mano y la noto perfecta me desvisto y me coloco bajo el chorro. Una tremenda sensación de relax invade mi cuerpo, eliminando mi anterior cabreo y provocando en mí un creciente estado de lucidez, el cual aprovecho para pensar que tengo que hacer hoy y organizar mi día. Una vez hecho, decido que es hora de salir de la ducha, cojo la toalla y me envuelvo en ella, me dirijo a mi habitación donde me encargo de secar bien las gotas de agua que deanbulan aún por mi cuerpo, me echo crema hidratante y me dispongo a preparar mi ropa. Estamos en pleno Junio así que hace un calor bastante agradable, por lo que opto por ponerme una camisa básica de estilo nadadora con el dibujo de una piña que me compre en Bershka, metida por dentro de unos pantalones cortos vaqueros y en los pies me decanto por mis vans amarillas. Voy al baño de nuevo dispuesta a maquillarme y a peinar mi pelo aún húmedo. Después de 15 minutos ya estoy lista, me dirijo a la cocina donde cojo una manzana y salgo a la calle.
Hace un día maravilloso, decido que lo mejor es encargarme primero de algunos papeleos y luego ir a comprar algo de comida, solo lo básico ya que aún tengo comida en casa. Al cabo de 2 horas regreso a casa, coloco la compra y me encamino hacia el sofá. Enciendo mi xbox one y decido jugar una partida de COD Ghost, estoy escogiendo el modo online cuando mi móvil comienza a sonar. Miro la pantalla y veo que pone Alex Madrid. Descuelgo el teléfono y me apresuro a saludarlo:
-¡Aleeeeeeeeex mío! - Le digo a lo que el suelta una risita.
-Hoooooola chavala, ¿Qué tal tu día hoy?¿Ya estás instalada en tu nuevo piso?
-Sí, y ¿A qué no sabes qué? redoble de tambores por favor- Hago un silencio para darle emoción- tengo un vecino chalado que se pone a gritar el nombre de Falete a las 3 de la mañana!- Alex suelta una fuerte carcajada que poco a poco se va convirtiendo en un inminente ataque de risa.
-Respira chiquillo, no vaya a ser que te asfixies por mi culpa- Le digo con un tono burlón, a lo que él responde con una risa aún mayor. - Veo que te hacen gracia mis males, vaya amigo eres.
-Lo siento Kay, es que me lo imagino y joder, admite que su gracia tiene...
-Sí, bueno... - digo arrastrando la última sílaba, derrepente, no tengo ganas de seguir hablando por teléfono. - Bueno Alex, será mejor que te deje que voy a preparar la comida, ¿Vale?- Miento.
-Vale preciosa, te llamo luego.
-Ok- Cuando cuelgo el teléfono me doy el gusto de dejar caer mi cabeza sobre el sofá. Ya no me apetece jugar a la xbox. La apago y decido que es hora de una siesta para recuperar las horas de sueño que perdí anoche.
![](https://img.wattpad.com/cover/11786339-288-k452401.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Fantasías Indefinidas(Willyrex fan-fic)
FanfictionEsta es la historia de Kayra, una chica canaria de 18 años con una personalidad arrolladora pese a su timidez, con una visión del mundo positiva y con muchas metas por cumplir. Kayra no cumple con el prototipo de chica de 18 años, tiene algo que la...