Capítulo 2.

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Capítulo 2:

2 años después...

- Joder, Joder, Joder.. - Eran las únicas 5 letras que salían embaladas de mi boca. - No me creo que hasta el último día vaya a llegar tarde-. Así era, hoy por fin me graduaba de bachillerato de humanidades. No me podía creer que hoy se acabará todo, que ya no vuelva a ver cada día a mis compañeros de clase, con los que he pasado prácticamente toda mi vida... una ola de sentimientos se apodera de mi inundando de un agua cristalina mis ojos, cuando algo me saca de mis pensamientos. Es mi móvil sonando. Lo cojo a toda prisa y logro ver en la pantalla el nombre de "Baa".

-Oh, mierda- Conseguí decir. Cogí mi bolso y mi móvil y como era ya costumbre salí corriendo de casa hasta llegar a la fuente, en la que algo me sorprendió. Mis amigas estaban ahí, pero con unas fracciones poco habituales a esta hora de la mañana... ¿Estaban sonriendo? Algo pasaba.

- Hola chicas, lo siento. Ya sabeis...-

-Que sí, que sí, que te dejaste dormir,¿no?- me interrumpió Ba con una enorme sonrisa.

-Exacto- Le afirmé yo.

-No pasa nada Kay, ya te conocemos y estamos acostumbradas- Soltó Ana riéndose animadamente. Tanta amabilidad la verdad es que despertaba todas mis alarmas, pero supongo que por mi propio interés no quise darle más vueltas al asunto y nos pusimos en marcha. 

En estos dos años han cambiado muchas cosas, en mi cabeza se reproducen una y otra vez los hechos que marcaron este lapso de tiempo transcurrido, y una secuencia de imágenes , como si de una película se tratara, comienzan a venirme a la mente. 

Recuerdo cuando conocí a Jesús, un chico precioso de grandes ojos verdes del que quedé enamorada casi al instante. Gracias a él dejé el tema de los juegos de lado, ya no veía gameplays y sinceramente ya no me acuerdo que de interesante veía en ellos. Estaba sonriendo por mis recuerdos cuando justo en ese momento un agrio flashback invade mi mente, una imagen en la que veo a Jesús besando a otra chica, instintivamente cierro los ojos y sacudo mi cabeza con fuerza. Al abrirlos me doy cuenta de que mis amigas me miran expectantes esperando una explicación de mi comportamiento.

-Había una abeja- ¿En serio?¿lo único que se me ocurre es eso? Articulé la mejor sonrisa que tenía mientras me cabreaba conmigo misma por mi falta de rápidez mental.

-Una abeja- repitió Ba en voz baja mientras sus pequeños ojos acusadores se mantenian fijos en los míos.

-Aja- asentí suavemente, esperando que ella diera el tema por terminado. Se ponía muy pesada cada vez que hablabamos de Jesús. Nunca le cayó bien y cuando se enteró de todo fue a buscarlo a su casa a gritarle como una posesa. Vaya verguenza... Sinceramente, no merezco unas amigas como las que tengo.

Al llegar al instituto mi estado de ánimo mejoró al instante. Apenas cruzas la puerta se pueden divisar tres grupos: En primer lugar se encontraban las chicas, que estaban colocadas en corillo contándose chismes y hablando de productos para el pelo. En segundo lugar se encontraba una pareja que siempre estaba junta, no se relacionaba con nadie que no fueran ellos dos y en tercer lugar los chicos. Al verlos no pude evitar curvar mis labios formando una de mis mejores y más sinceras sonrisas.

-Emm-Kay ven corré, tenemos noticias- Me dijo Alex. Mi mejor amigo. -¡Pero corre coño!

-¡Voy, voy, pesados!- Dije con un falso tono de enfado. - A ver, ¿Qué pasa?-  Solté apenas llegué mientras los iba saludando uno a uno con un enorme abrazo.

-Verás, hoy para celebrar nuestra graduación vamos a ir a un apartamento. Justo al lado es el salón del "Games Week".  Vendrás con nosotros, ¿no?- Preguntó Alex poniendo su carita de niño bueno.

-Ya veré - Respondí. La verdad es que me apetecía mucho y pensaba pillarme un apartamento con mis amigos para despedirme de ellos, ya que la semana que viene me iré a Madrid y no sé cuando volveré. -¿Pueden venir las chicas, no?- Todos asintieron con entusiasmo. - Ok, pues entonces está hecho- Les confirmé.

Mire a Alex, su cara de felicidad lo decía todo. Sin duda, es mi mejor amigo.

Punto de vista de Alex:

Llegué pronto al instituto con la esperanza de ver ya a Kay ahí, pero en seguida me reí de mi mismo. ¿Cómo iba ella a llegar temprano a clase? Esa chica era un caso...

Un puñado de recuerdos llegan a mi mente. Recuerdo el día en el que la conocí, me pareció la chica más bonita que había visto nunca y para mi suerte el profesor la sentó a mi lado.

-Hola, soy Alejandro, pero llámame Alex- Me apresuré a decirle.

-Ahms, hola Alex, me llamo Kayra pero puedes llamarme Kay- dijo ella con una sonrisa leve, de las que no enseñan dientes. No sé el qué, pero algo me dijo que seríamos grandes amigos.

Con el transcurrir de los años todos mis amigos fueron desapareciendo, todos menos ella. Kay siempre permaneció a mi lado, me contaba todos sus problemas y yo le contaba todos los mios. Ella era distinta a todas las demás, se pasaba los recreos con nosotros en vez de ir a criticar por ahí con las chicas. Aún recuerdo el día en el que Ádrian y yo estabamos discutiendo por una fase de un juego que no nos podiamos pasar, cuando derrepente Kay se metió y nos contó con lujo de detalles como había que hacerlo. Todos nos quedamos en silencio observando como cada vez se iba poniendo más y más roja. Para nuestra sorpresa a Kay le gustaban los juegos y no solo eso, también era muy buena jugándolos. 

A partir de ese día todo cambió. Los chicos la empezaron a ver de otra forma, se les acercaban más e intentaban patéticamente sorprenderla. El problema surgió al encontrarme apretando los puños y la mandíbula con fuerza, lleno de rabia mientras era testigo de los hechos. Al darme cuenta de que me estaba ocurriendo relajé todos los músculos de mi cuerpo y cerré los ojos, supongo que para buscar consuelo.. - Oh no- me dije - No me puede pasar esto a mí-. suspiré profundamente.

 A partir de ese día y hasta hoy me encuentro enamorado de mi mejor amiga, ella no es capaz de imaginárselo y en parte, prefiero que sea así, ya que no quisiera perderla por nada del mundo...

Estaba sumergido en mis pensamientos cuando mis ojos se detuvieron ante ella. Venía acompañada de Bárbara y de Ana, como cada día, sus ojos buscaban algo. Cuando por fin se encontraron con los mios de entre sus labios surgió una de sus preciosas sonrisas, esa que solo reserva para momentos especiales y de la cual estoy pérdidamente enamorado, esa que probablemente no volveré a ver en mucho tiempo... lo que me recuerda que tengo que buscar la forma de ganar tiempo antes de que se vaya, no puedo permitir que se aleje así de mi. No ahora... 

Fantasías Indefinidas(Willyrex fan-fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora