Capítulo 8 - 2° parte.

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Algo me molesta en los ojos, tengo la sensación de estar deslumbrada e intento averiguar que es lo que lo causa. Entreabro el ojo derecho, algo que me supone un esfuerzo sobrenatural en este momento, y enseguida trato de abrir el ojo izquierdo. Tras unos segundos, quizás minutos, consigo mi objetivo y ya tengo los dos ojos abiertos.

Observo que la persiana de la ventana de mi habitación está abierta, es curioso, porque está abierta exactamente lo justo para que el foco de luz que proviene del exterior sea capaz de deslumbrarme.

No me quiero levantar, no tengo ánimos,  así que me giro sobre mi hombro derecho y me quedo dándole la espalda a la dichosa ventana...

Desde que era pequeña siempre he tenido a la cama como el sitio ideal para idear, planear y decidir que cambios hacer en mi vida. Siempre he cumplido con el tópico de "Consúltalo con la almohada" y hoy no iba a ser diferente.

Empiezo a replantear cada ámbito de mi vida, uno por uno:

Lo que haré será buscar trabajo, uno que no me ocupe mucho tiempo y que me pueda ayudar a pagar el alquiler. Creo que tengo por ahí en un pen-drive un currículum hecho, esta tarde o quizás mañana repartiré unos cuantos.

Sí, es buena idea...

Creo también que es hora de buscar compañero de piso, así no me sentiré tan sola aquí ya que es demasiado grande la casa para mí, hay veces en las que mi única compañía es la oscuridad de la imaginación, y bajo mi punto de vista, es hora de cambiar eso.

Y en cuanto a lo sentimental, no tengo nada claro, justo al contrario... está todo patas arriba. Lo único que tengo claro con respecto a este aspecto de mi vida es que quiero seguir como estoy; soltera.

No estoy preparada para volver a dedicarme a otra persona que no sea yo misma.

Y en último lugar pienso en mi vecino,  creo que anoche igual me pasé un poco, pero no me gusta que nadie se crea que tiene el derecho de dirigir mi vida, y menos él.

Probablemente más tarde le pida perdón si lo veo por las zonas comunes, pero le pediré perdón por mi forma de decir las cosas, no por lo que dije, puesto que dije lo pienso...

Decidido;  Le pediré perdón y le diré que lo mejor será no volver a hablar, somos muy distintos y de ahí no saldrá nada bueno.

Una hora, quizás dos, más tarde ya me encuentro en la cocina desayunando, dispuesta a salir para repartir unos cuantos currículums a empresas de por aquí de Madrid.

Desayuno y me pongo en marcha. Voy pasando por cada una de las dichas empresas, en la mayoría me han dicho que no buscan ahora mismo empleados pero que de todas formas le echarán un ojo al currículum.

Estoy saliendo justo de la última de las empresas a las que visitaré por hoy, es la de Google, Sé bien que no me llamarán, pero me apetece intentarlo. Mi estómago ruge como si de un león hambriento se tratará, pero ahora no me apetece comer, quizás luego.

Decido ir a correos, puesto mi madre me llamó ayer y estuvimos hablando de todo un poco, siendo sincera la echo muchísimo de menos. Quizás demasiado.

Tras unos 30 minutos de conversaciones variadas, mi madre me confiesa que me había mandado un detallito para mi piso. Esta mujer siempre igual, siempre tan adorable...

Una vez estoy en correos me percato de de hay una cola de unas 4 personas, decido colocarme en ella y esperar con traquilidad. Me dedico a observar a cada una de las personas intentando averiguar cosas sobre ellas.

La primera de la cola es una chica de unos 29 años, es alta, tiene un cuerpo normal aunque un poco descuidado. Lleva una coleta despeinada, un pantalón de chándal, unas sandalias y una camisa que le va, a mi parecer, un poco pequeña. Está enviando ropa de hombre, quizás de su marido o su ex marido, eso es, quizás se está separando y le esta enviando sus pertenencias. Cuando la chica acaba y se dirige a la salida su mirada repara un segundo en mi a lo que yo le respondo con una sonrisa de entendimiento. Ella me sonríe también.

El segundo y el tercero vienen juntos y vienen a recoger un paquete. Yo creo que tienen cerca de unos 23 años, quizás se acaban de independizar.

El cuarto chico no se ha girado en ningún momento, pero hay algo que me dice que este chico es muy atractivo. Es bastante alto, delgadito y viste bien. Cuando me acerco a él en la cola algo me pasa, entro en una especie de trance, mis fosas nasales son recorridas por un olor dulce y varonil, un olor tan raro pero a la vez tan familiar... Tras solo unos segundos ya me encuentro completamente inundada por ese aroma.

-¿Guillermo Díaz? - Pregunta el chico de correos.

- Así es - Responde el dueño del perfume que me tiene totalmente embriagada.

El chico de correos está muy atento a ese tal Guillermo y suelta varias bromas. La última hace que el chico se ría, e inmediatamente pienso en lo bonita que es su risa...

-Espera.. esa risa la he oido yo antes... - Digo prácticamente en susurro. Inmediatamente la información fluye hasta mi cerebro como si se un río queriendo llegar a el mar se tratara. - ¡Oh no, Wall-e aquí, no!- Digo lo bastante alto como para que el chico se de la vuelta y confirme mis sospechas.

Para mi sorpresa no me llamo vecina, ni Kayrira, siendo sinceros creo que ni se molestó en mirarme más de 3 segundos.

-¿Qué? ¿De qué cojones va?- pienso para mí misma. siento un dolor en la palma de la mano, al mirarme de doy cuenta de que estaba apretando los puños.

Mi vecino, que resulta que se llama Guillermo, está en correos, delante de mí y me ha ignorado por completo. Estoy cabreada y mucho. Aunque ahora que lo pienso,  él también tiene motivos para estar cabreado conmigo después de lo de anoche...

Interrumpe mi momento de reflexión al despedirse del chico de correos. Guillermo al darse la vuelta quedo justo delante de mí,  tanto que mis manos podían rozar las suyas. Tenía la cabeza gacha, me observaba igual que yo a él. Mis ojos se centraban en su pecho y cuando sentí que había reunido el valor suficiente lo mire a los ojos, una extraña sensación se apoderó de mí, pues él me miraba como si pudiera verme el fondo del alma a través de mis pupilas.

No sé cuanto tiempo estuvimos así, seguramente no mucho, pero sentí que el tiempo se detenía y que mi corazón dejaba de latir por necesidad y lo comenzaba a hacer por gusto.

No existe nada más que este momento, seguimos mirándonos a los ojos y no nos hacen falta palabras.

Me decido a tocar su mano con mi dedo índice,  sin saber muy bien que me impulsa a ello. Cuando mi piel entra en contacto con la suya mi cuerpo recibe una descarga eléctrica, como dos cables de polaridades distintas que son unidos con el fin de crear energía.

Él permite el contacto, justo entonces me muerdo el labio inferior. Todo iba bien, en este momento no me apetece matarlo, me apetece seguir así, mirándolo...

Guillermo emite un suspiro, no sé si de crispación, de emoción o simplemente de cansancio. Seguidamente balancea su cabeza levemente de lado a lado, es un gesto casi imperceptible y que anuncia su partida. Así es, él retrocede un paso, me dedica una última mirada y se marcha.

Me siento de golpe vacía, sin hogar, como un vagabundo sin cartones ni bancos. Lanzo una mirada hacia el chico de correos y luego otra hacia la puerta. Dudo un segundo y decido darme media vuelta y echar a correr. Cuando salgo miro a mi alrededor y no lo veo.

-¿Dónde está? - pregunto dejando a la vista mi frustración.

En seguida lo localizo, está caminando por la acera. No le doy tiempo a mi cerebro de sopesar los pros ni los contras y comienzo a correr tras él, cuando me encuentro a una distancia de aproximadamente 2 metros me detengo.

- Guille, por favor, para.

Él se detiene instantáneamente pero sin darse la vuelta.

- Quiero hablar contigo, por favor, dame 5 minutos- Esta vez suena a suplica. No recibo respuesta por parte de él y me voy poniendo cada vez más nerviosa. - Por favor, Guille...

- Repítelo- Me ordenó él.

- ¿Qué quieres que repita? - pregunto yo un poco confundida.

- Mi nombre, repítelo.

- Guille.

Justo en ese momento se da la vuelta y dirige sus pasos hacia mí. Estamos de nuevo cara a cara. Mirándonos a los ojos, intentando descifrarnos el uno al otro y por fin; Me siento llena.

Fantasías Indefinidas(Willyrex fan-fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora