—¡Scar! ¡Ya levántate! Es tu primer día de clases y no sería correcto que llegues tarde—grita mi madre desde la cocina mientras yo refunfuñó y me giro sobre mí misma para quedar de cara en la almohada.
Escucho la puerta abrirse, abro un ojo y veo a Ryan, mi hermano menor, en la puerta. Tiene su pelo rubio alborotado y el uniforme de la escuela todo mal puesto, cara de adormilado, y sus ojos azules están más activos que si no supiera que son las seis de la mañana hubiera pensado que se veía demasiado activo.
—¡Levántate Scarlett!—grita y vuelve a cerrar la puerta tras el. Tal vez no tenía tanta energía como pensaba al principio.
Me deshago de las sabanas primero y luego destierro mi cabeza de la almohada. Los rayos del sol entran por la ventana y me pegan en la cara. Me levanto y me dirijo al baño.
Me pongo una camisa ajustada, una chamarra y unos jeans, me pongo mis tenis más cómodos y me miró al espejo. Mi pelo normalmente ondulado está revuelto y apunta a todas direcciones, es de un color rojizo igual que el de mi padre y tengo unos ojos marrón hermosos, creo que es lo único con lo que estoy a gusto en mi cuerpo, tengo pecas repartidas por todas las mejillas y la nariz y soy de una tez pálida como el papel.
Me hago una cola alta, me lavo los dientes y bajo.
Me encuentro con mi madre haciendo hot cakes y a mi padre leyendo el periódico con una taza de café a un lado y los anteojos puestos.
Mi hermano esta comiéndose una buena parte de los hot cakes con mucho chocolate encima y un par de fresas cortadas en trocitos.
—Buenos días papá.—sonrio y le doy un beso en el cachete muy sonoro, el me lo devuelve con la misma intensidad.
Siempre me he llevado mejor con mi papá, el es más cariñoso y me ayuda con asuntos amorosos y, lo cual es muy raro, con asuntos de chicas. Mi madre nunca se preocupa por eso, se la pasa hablando con sus amigas y saliendo con ellas, y si no está en eso está jugando golf, lo cual una vez intente y no fue para nada divertido.
—Hola, corazoncito. ¿Cómo amaneciste?.—me pregunta mi papá sacándose sus anteojos y dejándolos a un lado, lo mismo hace con el periódico.
—Demasiado feliz a pesar de ser el primer día de la preparatoria. A decir verdad creo que estoy un poco nerviosa.—digo y me tiemblan las manos confirmando mis comentarios anteriores.
—Tranquila todo irá bien, los dos sabemos que...—lo interrumpo.
—Que todo saldrá bien.—decimos yo y mi hermano a la vez, y reímos los 4.
Mi papá siempre dice lo mismo todos los días no importa si es o no inicio de clases.
—Hola hermanito.—digo y le alboroto el pelo, refunfuña. —Buenos días mamá.—le doy un beso en el cachete.
—Buenos días, Scarlett. Apúrate a desayunar porfavor por qué no nos va a dar el tiempo suficiente para llegar a la escuela.—dice mi mama y me apunta con la pala para voltear los hot cakes.
—Está bien mamá.—murmuró y me siento al lado de mi hermano.
Me sirvo 3 hot cakes y un vaso de jugo de naranja. Les pongo un poco de miel a los hot cakes y me cómo el primer bocado. Hoy no quiero comer mucho por qué tengo miedo a que se me revuelva el estómago y vomite enfrente de todos, no sería una muy buena impresión para el primer día de clases.
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D Y I N G
Non-FictionScarlett, ella era todo, ahora es nada... Intentando ser mejor, dando lo mejor de ti para que los demás no lo tomen en cuenta es lo peor que puede suceder. Me he preguntado muchas veces si en realidad todo lo que hago algún día servirá para algo, s...