c i n c o

339 35 21
                                    




{escuchar by night de puzzle muteson}


Las noches pasaban y se llevaban consigo nuevas emociones. Sentía como si el tiempo pasara demasiado rápido, cómo si no pudiese detenerme y mirar a mi alrededor y entender lo que ocurría. Poco a poco, empezaba a comprenderlo. Poco a poco, podía llegar a captar lo que su corazón reflejaba a través de sus ojos. Su alma estaba dañada, transformada y luego reparada, pero sin ser la misma. Sus manos enseñaban la delicadeza que su alma representaba. Su firme y suave voz, opacando sus verdaderos sentimientos, se convertía en una melodía de gran gusto para mis oídos.

Estaba empezando a ver a YoonGi como una persona totalmente diferente a cómo la primera vez que lo vi. Estaba comenzando a conocer su verdadero yo, lentamente, paso por paso, con delicadeza y cuidado, como si su alma fuese a romperse nuevamente en cualquier instante y nada pudiese repararla.

Luego de haber regresado a mi casa con YoonGi cargando la bolsa de arroz, recuerdo haber estado increíblemente nerviosa aquel lunes siguiente, cuando tenía que verlo en la escuela. Noté que su indiferencia no se separaría de él a menos que yo me acercase, por lo que lo hice. Y por primera vez, no fallé. Sentí una presión sobre el pecho cuando lo saludé aquella mañana, asustada en parte por lo que me diría.

No obstante, me saludó. Murmuró las palabras, por supuesto,  pero aún así, algunos compañeros lo escucharon y se miraron entre ellos, sorprendidos por la extraña actitud. Posteriormente a eso, no volvimos a hablar en el día, pero advertí que sus ojos me seguían a todas partes, tal cual lo hacía yo un mes atrás. Sonreí como estúpida al devolverle la sonrisa como modo de despedida, con el atardecer detrás nuestro, anunciando que el día de mañana sería aún mejor que ese.

El martes YoonGi no se presentó a clases. Fue entonces cuando descubrí que su presencia en mi vida se estaba convirtiendo en algo muy importante, que sin él, las clases no eran lo mismo. Esa mañana, no tuve a nadie a quien saludar y despedir. Me sentí pérdida en cierta manera, pero aferré el colgante más de cuatro veces, cómo si de esa forma, pudiese olvidar que él no iba a estar observándome. Y es que quería que estuviese ahí, siempre, en los rincones, en el pasillo, en su banco; todo lo que YoonGi hubiese tocado o estado, llevaba su nombre impregnado en el aire.

Ese era el poder que contenía su existencia, dejar marcado que él había pasado por allí.

Sin embargo, el miércoles sí se presentó, pero había algo raro en él. Estaba diferente. Su piel se notaba aún más pálida que siempre, sus labios tenían otro color, unas ojeras se habían adueñado de sus ojos. Cuando me acerqué a saludarlo, su mirada reclamaba ayuda. Cuando le dije "hola", el suspiró aliviado. ¿Qué era lo que ocurría con YoonGi? Me senté en el asiento de su lado derecho, inclinándome para verlo a los ojos desgastados y entrecerrados por el sueño, o tal vez algo más. Le pregunté qué ocurría, pero me respondió que nada pasaba. Que todo estaba en orden. Le insistí muchas veces, en el receso, en la cafetería, en los pasillos, incluso en la salida, cuando el atardecer se acercaba y los alumnos dejaban vacía la escuela. Pero nada de lo que yo dijera podría hacerle abrir la boca y dejar salir sus pensamientos.

Fue por eso que lo seguí. Tomé distancia de él, y de esa forma no sería capaz de voltear y verme. Su forma de caminar era lenta, un poco despreocupada pero alerta a todo lo que ocurría a su alrededor. Noté cómo se estremecía por la suave brisa fresca, que en mi opinión, no estaba tan helada como para empezar a temblar, tal cual hacía él. Empecé a preocuparme cuando su paso se tornó más lento y sus hombros estaban firmes. Estaba segura de que habíamos llegado a su casa.

Me halle a mí misma un tanto maleducada en seguirlo de esa forma, pero no me importó cuando en la entrada de su casa se encontraba un piano de color marrón, caído sobre el poco césped que había, roto en su mayoría y desgastado en todas partes. YoonGi detuvo su paso al lado del piano, lo rozó un poco con su mano y luego se dispuso a entrar a su casa.

Indiferente⇝Min YoonGi {short}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora