Parte II.

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Como siempre, algo oculto estaba tras la posible desaparición de los libros. Lo qué no entendía bien era por qué la directora trataba de esconder el asunto de las autoridades; total es normal que en Ciudad Letraria ocurran este tipo de robo, con tantos pillos suelto por ahí. No obstante, ella tocó un tema que creía sepultado o más bien un mito.

— ¿Habrás escuchado la referencia de los libros subrepticios ? —me pregunta.

—Algo, tal vez pero, no es mejor decir libros prohibidos o clandestinos. -digo y me levanto para dirigirme a la estantería.

—pues, muchos creen que son mitos o simple invención popular  —dice en un tono sobrio—. La cuestión es que los tres libros pertenecen a esa colección y no pueden caer en manos de los detractores.

Siento que ese nombre lo he escuchado en alguna parte, puede ser algún caso que tuve anteriormente. Pero no logró recordar, así que decido expresar mi pensar:

—Mi estimada amiga. Todo lo anterior dicho no me sirve de nada. Déjame hacer las preguntas correctas para sacar mi propia conclusiones.

—¿Qué representan los libros realmente en la colección?

—Libros con códigos encriptados para aumentar habilidades extraordinarias en el ser humano.

—¿Habilidades?  —digo aumentando mi curiosidades.

—¿Cuáles y cómo? —pregunto de nuevo a lo que ella me contesta con otro de sus acertijos.

—¿Qué crees que tienen en común Frankenstein, Dracula y El Retrato de Dorian Gray?

—A parte de ser libros de terror clásico —aseveró convencido de mi simple argumento—, muy buenos por cierto. No veo otra conexión entre ellos.

—Estás totalmente equivocado mi estimado detective. Verás el hombre desde que conoció el fuego ha despertado la curiosidad a lo desconocido, pero también a lo imposible —se quita la chaqueta del conjunto para ponerse cómoda—. En estos ejemplares se presume que revelan la cura para dos de las "enfermedades" que más teme la humanidad.

—¿ Sida? ¿Cancer?... —pregunto con una visible duda en mi rostro.

—No , la vejez y... la muerte.

—¡No juegues! —exclamo realmente sorprendido—. ¿En serio? Ahora si que en esta ciudad se han vuelto locos de perinola. —y repregunto temiendo la respuesta— ¿Es eso posible?

—Míralo de esta forma —alega la directora consciente sobre lo que desea aclarar—. El problema no radica si es o no posible, sino en el orden natural establecido de la vida, es decir: nacemos y morimos, ¿Lo ves? Así de simple. No podemos dejar que alteren el ciclo de la existencia humana.

—Ok, Te comprendo, además que sinceramente no quiero saber más allá —declaró, aunque si me muerde la curiosidad—. Imagino que sólo quieres qué recupere los ejemplares. Sin embargo, son muy pocas las personas que tienen este tipo de delirio; unos son millonarios ociosos y por otro lado científicos locos.

—Así es Augusto. —Afirma, acercándose a su escritorio y sacando un papel doblado de la gaveta—.  Ten, aquí está escrito el nombre de la persona de quién sospecho. Por favor, te recuerdo la mayor discreción. Cualquier duda te agradecería que me consultes primero. Hasta pronto detective.

Con el papel doblado en mis mano izquierda, me despido de la directora y salgo de la biblioteca. Me quedo por un instante observando los monumentales edificios de Ciudad Letraria. La belleza que muestran al admirar sus estructuras arquitectónicas que son el reflejo de la intelectualidad de cada uno de sus habitantes. Me cuesta creer que aún muchos piensen como si estuvieran en el Renacimiento. La idea de que todo seamos inmortales es tan inverosímil que en definitiva sólo es posible en las obras literarias. Pero al mismo tiempo razono en los múltiples avances en las nuevas tecnologías en materia genética, robótica entres otros ¿Quién sabé si ya es posible? Eso no lo sé. Sigo avanzando pensando que debo llegar a la oficina. Empezar la investigación y buscarle oficio a Mixhit por lo menos en documentación, para que me averigüe todo sobre este sospechoso. Debería más bien agarrar un taxi, pero estoy corto de efectivo y olvidé por completo pedir un adelanto por la investigación.

Al cabo de unas horas me detengo en el puesto de comida de Mohamed, compró un paquete de pan árabe. En la oficina hay una cuantas latas de atún enlatado con eso resuelvo la comida de hoy. Espero que Mixhit no se ponga exquisita, además ella debería de vez en cuando traer aunque sea la merienda de las tardes.
Al entrar la observó que habla por teléfono, al parecer era un cliente satisfecho que desea almorzar con mi secretaria, para variar.

—Necesito que me averigüe todo sobre este hombre —le digo en tanto que le entregó la nota con el nombre. Mientras me voy a preparar mi comida.

—¡Vaya, Vaya! Jefe, menudo personaje nos tocó investigar. ¿Acaso no reconoció el nombre? —expresa con asombro.

La verdad es que no reparé en el sospechoso a investigar, pues, es sólo eso; un sospechoso pero le digo a mi secretaria que me ilustre.

—Es uno de los millonarios más emblemático de la ciudad. Además podría asegurar que su fortuna es la más grande. —aún  espero lo sorprendente— Invierte todo su dinero en biotecnología en busca de la cura —ajá ahí viene— su lema es "La muerte es una enfermedad que se puede revertir " Pero aún y así jefe; a sus 99 años y todo lo que ha invertido no ha logrado encontrarla.

—¿Cómo es que se llama, el millonario loco?

—Ricardo Frankenstein, dicen algunos que le gusta todo sobre la ciencia oscuras.

—Ok. Déjame comer primero. Mientras averigua todo, absolutamente todo y no los rumores de farándula del sospechoso.

Lo dicho en esta ciudad de chiflados, sólo los edificios representan la intelectualidad porque sus habitantes cada día están volviendo a la época del oscurantismo. ¡Valgame Dios!

Continuará. . .

Feliz tarde, no duden en comentar. Esta historias están sin corrección ni edición. Saludos .

Atte.
Cristylove

P.D: cuando trato de corregir no hace las correcciones, tal vez es porque trabajo directamente del teléfono. Un ejemplo son los guiones al corregir vuelve a colocar es la "-" en lugar de " —"

Augusto Librón Detective Literario   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora