ImagineVille.

Capítulo 6. Nuevos Nombres.

Las voces se escuchan como un eco, despertando mi cerebro. Quizá sean mis abuelos y mi fastidioso hermano, aunque dudo que ambos tengan una voz grave. Mis ojos se abren y lo primero que ven es una sábana roja, no recordaba haber ordenado que cambiaran la antigua.
Trato de estirarme, pero un dolor en mi pie detiene mi acto. Me levanto y veo mi tobillo, estaba hinchado.

¿Aún estaba dormida?

Me encontraba en la cabaña aún, eso significaba que seguía dormida.

—Fue fácil encontrarte, esta cabaña no es demasiado segura —una voz masculina se escucho fuera de la habitación. Diferente a la del psicópata.

—Puedo apostar a que Rai te aviso —y ahí estaba la voz del psicópata.

Podía escuchar que hablaban, pero no sabía de qué, su idioma era diferente al mío. Ni siquiera era ruso, había recibido algunas clases, pero me aburrí y las abandoné, pero fue suficiente para saber que ellos estaban hablando un idioma que yo desconocía completamente.

Me siento en la cama esperando a que se callen y me permitan despertarme cuando cierre mis ojos, mi pesadilla estaba siendo demasiado larga y me obligaría a despertar. A menos que estuviese en un coma, sería algo lógico estar perdida en mi imaginación.

—¿Donde esta? —la voz desconocida suena molesta.

—No sé de que hablas.

Escucho pasos acercándose a la habitación, pensé que era el psicópata antipático acercándose. Sin embargo, al abrirse la puerta puedo ver a alguien de diferente rostro, captando mi atención absolutamente. Sus ojos eran café oscuros, mostraban gentileza y denotaban un poco de enojo, tenia rastro de barba, su cabello castaño estaba despeinado. Una camisa gris y pantalones militares, con botas también militares. Mientras lo miraba, él parecía estar concentrado mirando mis raspaduras y mi tobillo hinchado.

—¿Por qué esta lastimada? —parece preguntarle algo al psicópata que recién había aparecido detrás de él.

—Quiso huir —dijo psicópata, estaba comenzando a cansarme de llamarlo así, a pesar de que él era un psicópata.

—¿Acaso la golpeaste? —se gira molesto hacia... Chico antipático.

—Por supuesto que no.

Estaba comenzando a molestarme el hecho de ellos hablando frente a mí y yo no le estaba entendiendo nada, sobre todo intuía que su conversación se trataba de mi.

—Raros —susurro, mirando el suelo.

Dejan de discutir, siento sus miradas puestas en mí.

—Disculpa a mi compañero poco amable —su voz me hace elevar la mirada a la suya—. Me llamo Finn.

Frunzo el ceño cuando trata de acercarse, mi instinto es distanciarme más de él. Me había llamado la atención, eso no significaba que le permitiría cercanía. Tenía a dos hombres desconocidos frente a mí, eso significaba que estaba desprotegida.

—No te acerques... —digo, alertándole. Pensé que se reiría o se burlaría de mi postura defensiva, sin embargo, pareció respetar lo que le pedí.

—Esta bien, aún no me conoces. Respeto tu desconfianza, pero prometo que no soy tu enemigo —dice  ¿Finn? Esperando una respuesta de mi parte, pero no quería hablar con él— Chase vete de aquí, hablare con ella.

El psicópata se llama Chase. Pensé que tendría nombre de chico malo.

—Por supuesto.

Finn se sienta en la esquina de la cama, dudando antes de hacerlo. Chase desaparece haciendo crecer mi inquietud, no me agradaba tenerlo cerca, pero tampoco quería al chico nuevo llamado Finn. Realmente deseaba despertar, esto comenzaba asustarme.

—Estas asustada —afirma el chico nuevo, Finn. Llamando mi atención—. Quisiera que no temieras, no te haremos nada.

—No tengo miedo.

—Eso es bueno, iniciará cierta confianza...

—Ustedes no son reales, no puedo temerle al producto de mi imaginación —digo, haciéndole fruncir el ceño.

—Morgan... puede que pienses lo irreal que suenan las cosas que te dijo Chase, pero son reales —dice rascando su nuca—. Eres importante en este lugar, eres una de nosotros, pero con cualidades más especiales.

—¿Sabes? Creo que mi mente trata de darme una lección —digo interrumpiendo, sus palabras que comenzaban a sonar estúpidas—. Cuando despierte disminuiré mi actitud negativa, ha sido grave lo que he hecho, aprendí la lección.

—Esto es real Morgan, si fuese un sueño no sentirías dolor físico...

—¡A veces si! Me ha pasado cuando estoy asustada —estaba exasperada de escuchar cosas absurdas—. Sé que esto es un sueño y despertare pronto.

—¿Puedes darme tu pie? —pregunta, haciendo una seña a mi tobillo lastimado— Voy a mostrarte algo.

Asiento con desconfianza, permitiéndole ayudar a subir mi pie lastimado. Lo coloca sobre su regazo, y mira con atención la parte hinchada de mi tobillo. Cierra sus ojos, su mano esta arriba de el tobillo casi rozandome, siento dolor en mi tobillo y se sustituye por alivio.

Los ojos de Finn se abren y se gira a verme, su frente estaba sudando. Hace un ademán para que vea mi tobillo, ya no estaba hinchado, ni morado. Estaba normal, parecía no haberse lastimado nunca.

—¿Qué demonios hiciste? —pregunto quitando mi Pie.

—Te he... curado.

Sonaba cansado, incluso sediento. Me pongo de pie, alejándome de él, colocándome en la esquina de la habitación. Finn trata ponerse de pie, pero no lo logra y cae al suelo.

Se había desmayado.

—¿Estas bien? —pregunto acercándome a su cuerpo en el suelo.

Lo muevo con mi pie, aún así no se despertaba. Me preguntaba si había muerto, eso le daría sentido a la pesadilla. Alguien muriendo por mi culpa, no es la primera vez que mi mente me acusa de ser asesina o una mala persona, pero sería lógico porque el chico Finn estaba en el suelo inconsciente o muerto.

—¿Pero qué...? —me alejo al escuchar la voz del psicópata.

—Yo no le he matado.

—Ya veo —dice mirando mi tobillo—. Eso le sucede por creerse el héroe.

—¿De qué hablas?

—Ha usado toda su energía en curarte, sin energía entregaría su alma a Pax Ligno —explica, levantando el cuerpo de Finn con esfuerzos, con dificultad lo coloca en la cama.

—No entiendo de que hablas, pero creo que es hora de irme —digo, sonando contenta—. Ya he entendido que pude haber asesinado a alguien, fue bueno tener a ambos en mi “pesadilla”.

Cierro mis ojos, y siento todo disolverse.