Cuando desperté vi que la luz ya había regresado. Fui a desayunar y conversé un rato con Marta y Roberto. Resultaron ser personas más interesantes de lo que yo habría imaginado; me contaron muchas de sus historias de juventud y yo los escuché con atención. Por suerte no me hicieron preguntas acerca de mi vida, Marta me preguntó de donde venía, pero al ver que no deseaba hablar de eso, no insistió más. Respetaron mi espacio y yo estaba feliz de que tomaran esa actitud.
Al medio día un hombre llegó al mesón. Era alto, tenía piel blanca, vestía de negro y su cabello también era de ese color, era joven, quizá unos años mayor que yo y lo acompañaba una mujer de edad avanzada. Me sorprendió, pues Marta y Roberto habían dicho que era raro que llegaran personas a hospedarse.
-¡Sebastian!- Le saludó Roberto al verlo.
-Roberto, buen día- Respondió.
La mujer que lo acompañaba fue a saludar a Marta y ambas se pusieron a platicar. Yo los observaba desde el sillón en la sala.
-¿A qué se debe su visita?- Preguntó Roberto al notar que el hombre traía una pequeña maleta.
-Al importuno clima- Respondió. Su voz era gruesa. -El viento de anoche me dejó sin electricidad.
-A nosotros igual.
-Pero ya volvió aquí, en mi casa se ha dañado la instalación completa.
-¡Qué pena!, suelen tardar mucho para arreglarlas.
-Así es- Respondió Sebastian. -Hoy llevé al electricista y me temo que tardará al menos cinco días en repararlo. Además se dañó el vidrio que está en el ventanal de mi habitación.
-En todo caso sabe que es bienvenido aquí, usted y Carlota.
-Gracias- Respondió. Le asignó Roberto una habitación y lo acompañó a él y la señora.
La tarde llegó y nos sentamos de nuevo junto al fuego, afuera llovía. Sebastian llegó con su acompañante después de un rato.
-Por favor, únanse a nosotros- Dijo Marta. Tomaron asiento y Marta nos trajo té a todos.
-¿Ya conocieron a nuestra visitante?- Preguntó Roberto. -Es la señorita Eleonore. Nos visita de la ciudad.
-Mucho gusto- Dije.
-Le presento al joven Sebastian y a Carlota.
Los saludé. Noté que Sebastian era un hombre de pocas palabras. A pesar de eso era muy amable y de modales.
Sonó el viejo teléfono del mostrador y Roberto se levantó a contestar. Estuvo hablando por un rato.
-Las galletas ya deben estar listas- Dijo Marta. -Ya las traigo.
-Permíteme ayudarte- Le dijo Carlota, y ambas mujeres se fueron a la cocina. Sebastian y yo quedamos solos en la sala.
Un silencio incomodo nos rodeó, pero Sebastian parecía no notarlo. Estaba ocupado tomando su té. Decidí romper el silencio.
-¿Y Carlota es su madre?- Pregunté.
-Algo así- Respondió. Me quedé esperando que dijera algo más. Segundos después añadió: -Es mi ama de llaves, pero yo la considero más como mi familia.
-Parece agradable.
-Lo es- Dijo. -Cuando era pequeño mi madre falleció, y Carlota me ha acompañado desde entonces.
-Oh, lo lamento- Dije.
-No hay problema- Respondió y sonrío. -¿Y tú has venido sola al pueblo?
![](https://img.wattpad.com/cover/100030936-288-k675505.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Al Despertar
Mystery / ThrillerTodos en algún momento hemos tenido ganas de dejar todo atrás e irnos lejos. Este es el caso de Eleonore, un día al tomar un tren llega a un pueblo alejado, y ahí por azares del destino conoce a Sebastián, un chico guapo y misterioso, que al igual...