10 de julio de 2016
Querido Alejandro:
Me he matado estos 5 días buscandote un apodo ya que tú me has puesto uno a mi pero me temo que no he encontrado nada aún.
Te he visto durante las clases y solo nos damos un saludo de cabeza, ha sido una semana bastante ocupada y no hemos tenido tiempo de charlar.
Pero de verdad que con lo que pasó el día de hoy sobra y basta.
Cuando iba camino a mi casa recibí una llamada de un número desconocido, la curiosidad me invadió y contesté.
– ¿Hola?...– dije.
– Hola, ¿como estás? – dijo una voz masculina.
– ¿Quien eres? – pregunte.
– ¡Vaya! ¿no reconoces mi bella voz? – dijo.
– La verdad que no – contesté mientras pensaba quien podría ser.
– Querida Mandi, pensé que sabrías quien soy – dijiste.
– ¡Alejandro! ¿quien te dió mi número? – pregunte extrañada.
– Tengo contactos – te limitaste a decir – ¿tienes algún plan para esta tarde?
– Déjame revisar mi agenda – dije bromeando – no creo que no tengo ninguno.
– ¡Perfecto! – exclamaste – saldremos a tomar un helado, te recojo a las 6, nos vemos.Y colgaste dejándome totalmente desconcertada y emocionada, ni siquiera me diste tiempo de responder si quería ir o no a tomar un helado, fue como si supieras que aceptaría inmediatamente.
Solo puedo decirte que mi emoción es tan intensa pero también lo son mis nervios, espero que todo salga bien esta tarde, ahora te dejo que tengo que ir a prepararme.Con emoción,
Mandi.
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Por siempre tuya, Amanda
Short StoryAmanda amaba locamente a Alejandro. Alejandro no lo sabía. Amanda intento decírselo. Alejandro se marchó lejos. Amanda quedó destrozada con el único consuelo que tenía: las cartas que nunca pudo entregarle a Alejandro. Prohibido copiar, transmitir...