Bruce suspiró, sintiendo que por cada comportamiento malo de ____, envejecía cinco años más. Aunque si en realidad así fuera, él bien podría ser inmortal. Pero ahora, nada — ni menos su propia hija — iba a arruinar esa noche tan importante para la familia Evans.
— Solo serán un par de horas y luego volveré, esta vez lo digo en serio — ____ prometió una vez más a su padre. Se sentía patética, a sus 20 años, pidiéndoles permiso a sus padres para ir a una fiesta. Pero es que hoy era "la gran noche" y como futura heredera de los hoteles, ella no podía faltar a la inauguración del nuevo hotel en Barcelona. Pero tampoco podía perderse esa fiesta de la que ya todos hablaban.
— Hemos dicho que no y punto — Victoria, su madre, la miró por última vez y luego volteó caminando hacia la puerta. — No querrás saber lo que pasará si no estás ahí — Habló sería una última vez, para después desaparecer por la puerta. ____ miró a Bruce, él siempre era un punto fácil de convencer.
— Papi — comenzó, para luego ser interrumpida rápidamente.
— No, no y no — Bruce negó con la cabeza, mientras se paraba de su gran y cómoda silla de escritorio. — La limusina llega en una hora más, así que alístate pronto —. Terminó de decir, mientras desaparecía por el mismo lugar que lo había hecho Victoria anteriormente.
____ bufó molesta y comenzó a caminar a su habitación. Había asistido a todas las jodidas inauguraciones desde que tenía nueve años, ¿qué pasaba si simplemente faltaba a una? Pero no, "esta era una de las más importantes". Palabras textuales de Victoria.
Finalmente, y después de unos cuantos gritos por parte de Victoria para que se apresurara, en una hora y un poco más, ____ estaba lista para ir a la inauguración. Llevaba puesto un vestido Prada hasta un poco más arriba de la rodilla, color azul cobalto sin margas y escote de corazón.
— Quiero que te comportes, que hables bien en las entrevistas y que no bebas — Decía Victoria a ____, una vez que estaban apuntó de bajar para "el gran momento".
— Sí, sí, lo sé — _____ dijo, ya aburrida del mismo discurso de siempre. Se bajó rápidamente de la limusina y al instante pudo sentir los miles de flashes en su cara, mientras solo se dedicaban a preguntar por su vida.
____ siempre había sido una niña problemática. Desde, incluso, que estaba en la panza de Victoria, haciendo de un embarazo muy complicado. Y ahora era mucho peor. Ya no era novedad cada vez que ella salía en la televisión cuando la veían salir de fiestas o con algún chico distinto. Era esa la razón por la cual ella y Victoria discutían todo el tiempo. Victoria jamás dejaría que la televisión hablara mal de ella, y si ocurría, podía hacer hasta lo más loco para luego la prensa estuviera comiendo de su mano nuevamente.
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— ¿Bailas? — Preguntó un chico estirando la mano hacia ____. La parte formal de la inauguración ya había pasado. Bruce y Victoria ya habían firmado, cortado la famosa cinta gigante y se habían llenado de fotos. La parte de la cena entre gerentes de todos los hoteles y personas importantes ya había pasado también. Ahora estaban en un tipo de fiesta de celebración, con la misma gente importante que había asistido a la cena. ____ negó con la cabeza y se levantó de su asiento para salir de ese lugar. Se sentía abrumada con toda esa genta no-tan-como-ella.
Estuvo rodeando el jardín del lugar por más de media hora, pensando en, qué pasaría si se escapara de ese evento. Sus padres jamás lo notarían. Ni siquiera habían notado que llevaba tanto rato ahí fuera. Luego de meditarlo otros diez minutos más, mientras caminaba, se decidió. Entró, tomo su pequeña cartera y le dijo a su chofer que la llevara al hotel competencia de sus padres. Justo el lugar donde se organizaba esa famosa fiesta.
