Capítulo 2.

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Justin ya iba en su cuarto vaso de vodka y no sabía si era porque el alcohol ya estaba haciendo efecto, pero sentía que cada vez el salón, se llenaba más y más de extraños. Y mañana ese lugar iba a ser un jodido desastre. Tomó el último sorbo de su vaso y le volvió a pedir otro al barman que habían contratado especialmente para la ocasión. Se sentó mientras esperaba y daba un vistazo a su fiesta.

Justin sintió un golpe en su espalda, dio un salto y derramó algo del contenido de su vaso en el piso, no le importó. Miró al causante del golpe y sonrió. 

— Wow, Bieber, linda fiesta, te luciste — era Travis quién estaba asombrado. 
—Es muy jodido, esto está que revienta — dijo admirando a toda la gente. Seguían mirando a toda la gente, había tanta gente, la gran mayoría desconocida para ambos chicos.
— Hay muchos colados, ¿No? — Travis preguntó. 
— Mucho es poco.

Y siguieron mirando la pista de baile, ambos estaban prácticamente babeando por una rubia que había en la pista, tenía un cuerpo espectacular. Pero, ya tenía acompañante. 

— Hey, Justin, mira a la puerta. El chico se paró de su silla y sintió más fuerte aún el efecto del trago. Se tambaleó y comenzó a reír hasta que pudo quedarse en pie, estabilizado. Mierda, vio a la chica, venía entrando, le pareció conocida. Sintió un pulso en su entrepierna, el mini Justin estaba despierto, ella era muy sexy. Y él tenía muchas ganas.

Escuchó a Travis silbar con fuerza hacia ella. En serio estaba buena. 

— Justin, creo que sé quién es. Justin no lo escuchaba, estaba perdido en las piernas de la chica. — Justin... Jus...¡Bieber! — Travis le gritó llamando su atención. 
— ¿Qué? — la seguía mirando. 
— Sé quién es esa chica. 
— ¿Así? ¿Es famosa?
— Se podría decir que sí. 
— ¿Es puta? 
— No, es hija de los dueños de los Hoteles Evans. Ya sabes... 
— Oh, es una niña rica ¿eh? 
— ¿En qué mundo vives, Bieber? ¿Acaso jamás has escuchado de ella o de su familia? — Travis miro de reojo a Justin, mientras le seguía haciendo señas a ____ para que ella lo mirara, o si tenía suerte, se acercara a él. Justin se encogió de hombros sin saber qué responder.
{…}
____ logró visualizar a un chico que estaba parado sobre una silla y que le hacía señas como loco. Seguro está drogado, pensó. De todas formas se acercó. No conocía a nadie ahí en ese lugar, y aparte, el chico era guapo. Desde lejos se podían ver sus ojos de color verde y su cabello negro.

Al lado de él también había un chico, otro drogado, de seguro, pero sus ojos color miel la atraparon enseguida. Ser cómo él debía ser un delito. Estaba segura, el chico era caliente, muy caliente. Regresó su vista hacia el de ojos verdes. 

— Hola nena —lo saludó este guiñándole un ojo. 
— Hola — no quería meterse con ellos. 
— Déjala Travis, al parecer no le gustaste — escuchó decir al ojimiel quién la miraba. ¿Quién se creía este? Pensó ____.
— ¿Y tú eres? — preguntó ____. 
— Travis, cariño. Y él es Justin Bieber, mi mejor amigo.

____ lo volvió a mirar, aunque "Justin" no tuviera los ojos de un color verde o azul, eran unos de los ojos más bonitos que había visto. Y siguió mirándolo. Con solo hacer eso, se podía sentir excitada de lo caliente que el chico era. Con su cabello castaño, mirada tan profunda y sus brazos llenos de tatuajes. Oh, y para qué decir sobre sus músculos. Hasta que se dio cuenta que llevaba más de tres minutos mirándolo detenidamente, decidió dar un paso hacia ellos y sentarse a su lado.

— Entonces gatita, ¿dónde están tus amigas? — Travis le preguntó, mientras que miraba a todas partes tratando de buscar a los o las acompañaste de ____. 
— Un Martini, por favor — susurró ella hacia el barman y luego miró a los chicos. — Vengo sola.
— ¿No crees que es un lugar muy peligroso para venir sola? —Travis sonrió. 
— No, no lo creo, sé defenderme — dijo recordando las clases de defensa personal a las que su padre la había obligado a ir.
—Eres dura, ¿Eh? — sintió la mirada de Justin sobre ella, después de escuchar las palabras de Travis. 
— Y tú un caliente y este — señaló a Justin. — Un callado. 
— Oh, no soy callado, nena, si me conocieras no dirías eso de mí — escuchó las primeras palabras de Justin en la noche y mierda, hasta su puta voz era caliente, hizo que sus bellos se pusieran de punta con sólo hablar. Lo siguió mirando, estaba encantada por su belleza. 
— ¿Qué me miras tanto? — Justin rió. — Sé que te gusté, pero hazlo menos notorio. La había pillado mirándolo, vamos, inventa una excusa luego. Rodó los ojos, tratando de parecer molesta ante el comentario. 
— Los dos — dio una mirada a Travis y luego a Justin — son unos idiotas. 

Confident.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora