Capítulo 3.

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Capítulo 3.

____ tomó su copa de Martini y se alejó de la barra, avergonzada porque Justin había notado que ella lo miraba mucho. Aunque claro, tampoco iba a perder la dignidad de esa forma y no iba admitir ante él, su pensamiento sobre Justin como un Dios griego. 

Justin rió ligeramente, mientras miraba el lindo y redondo trasero de ____ moverse cuando ella caminaba. La chica llevaba un vestidodemasiado corto como para que fuera legal que ella lo ocupara. 
La vio conversar con un chico, muy dentro de él sabía que estaba un poco celoso aunque no lo quisiera admitir, los movimientos de ella eran demasiado sexys y le hacían querer cosas… no muy santas. Tomó la mano del chico mientras lo llevaba a la pista, se movía como una profesional. Si antes estaba caliente, ahora moriría. Vio la cara del chico, en serio lo disfrutaba. Pero él también quería, así que dejó su vaso a un lado y caminó en dirección a la chica que ahora estaba de espaldas bailándole muy sensualmente a ese desconocido y colado en su fiesta. 

— Hey Justin — Escuchó que alguien decía y volteó a mirar.
— Oh, Hola… — Bajó la voz esperando a que la chica respondiera. Estaba seguro de que la había visto en alguna parte. Si tan solo pudiera recordar en dónde… 
— Adrianne — La chica frunció el ceño, claramente molesta de que Justin no la recordara. — Estuve contigo… anoche — Volvió a hablar. Oh maldición, eso sí era un problema. Es que Justin no era un chico inocente, cierto. En su tercer año de fama, ya había tomado el papel de mujeriego y chico malo. Era verdad que ponía todo su empeño en ir detrás del placer. En cuanto a ese juego, apostaba alto, jugaba duro y rara vez dormía solo. No le iban las reglas de fidelidad y del compromiso a largo plazo. Por eso todavía no encontraba a la chica adecuada que lo aceptara con esas condiciones. 
— Sí, claro que lo recuerdo — sonrió tratando de parecer convincente —. Pero ahora mismo estoy ocupado, así que… — miró en dirección a ____ y luego volvió a mirar a… Adrianne — Te llamaré, ¿sí? — La chica al parecer le gustó la respuesta que Justin le había dado, porque sonrió grande y siguió su camino hasta la barra.

No la llamaría, se rió en silencio, a él sólo le gustaban las chicas de una noche. Siguió mirando a ____. De cerca la chica se veía más caliente, era de ese tipo de chicas que le encantaban, porque no tenían pudor alguno a hacer algunas cosas. Se imaginaba a ellos dos haciendo cosas... No muy santas. Se acercó mucho más a ella, para quedar a centímetros de su espalda y le tocó su hombro descubierto. La chica se giró con una sonrisa, que se le borró lentamente al ver quién era el que la llamaba. 
— ¿Qué quieres? — tenía su carácter y eso le encantaba.
—Tranquila, sólo te vengo a invitar un trago — señaló la barra con la cabeza. 
— Si no te has dado cuenta, estoy ocupada — señaló hacia su espalda, a un chico que ya no estaba. 
— Nena, no hay nadie atrás tuyo. 
— Claro que s... — se dio vuelta y su cara cayó, se dio cuenta de que había quedado sola. — ¿Un trago decías? 
— Sí, un trago, ven —le tomó la mano a ella y la guio hasta la barra, a los mismos asientos de antes. Ahí estaba Travis, viendo como su mejor amigo, lo hacía de nuevo, con una chica diferente. 
— ¿Qué trago me invitarás? —____ le preguntó.
— ¿Quieres alguno en especial? — Justin sonrió. Esa noche, ____ iba a estar en su casa, bajo las sábanas junto a él, solo debía esperar. 
— Uhm… —vaciló — Sí, quiero un Manhattan — habló esperando a que el barman, que estaba mirando, se fuera a preparar el trago recién nombrado. 
— Entonces… — Justin volteó a mirarla — ¿Por qué estás sola, no tienes amigas? — sonrió con burla, haciendo que ____ rodara los ojos.
— Claro que tengo, pero ellas no están acá. En realidad… me escapé de un evento de mis padres para venir — Ella se mordió el labio de forma traviesa, haciendo a Justin sentirse más excitado de lo que ya se sentía con solo mirarla.
— ¿Y por qué te escapaste? — Él rió divertido cuando ella se encogió de hombros, sin darle importancia al asunto. 
— Me aburre estar sentada acá, ¿sabes? — ____ se paró de la silla y le tomó la mano a Justin, incitándolo a hacer lo mismo que ella. — Vamos a bailar, a eso vine.

Él le sonrió y la siguió hasta la pista de baile. Turn up the music de Chris Brown sonaba en los parlantes cuando ____ le rodeó el cuello con los brazos al chico, mientras comenzaba a bailar sexymente. Solo como ella sabía hacerlo. Justin la miró con lujuria y le tomó la cintura, acercándola más a su cuerpo. 
Su casa de Barcelona la había comprado hace no más de dos semanas y necesitaba ser estrenada. Sin contar lo excitado que esa chica lo ponía. 
Los cuerpos sudaban, la calentura subía y él no podía evitar imaginársela en la cama. Le crecieron unas ganas enormes de llevarla a algún baño y tirársela ahí mismo, pero no podía. Ambos eran dos figuras famosas. Se dio cuenta que ya no cantaba Chris Brown, ahora estaba The Other Side de Jason Derulo sonando y siguieron bailando. 

Habían bailado unas cuatro canciones más después de The Other Side cuando decidieron parar. Fueron de nuevo hacia la barra, encontrándose con Travis, que estaba mirando fogosamente a una rubia con raíces negras. 
— ¡Hey Travis! — Justin llamó su atención. — Se te cae la baba, límpiatela. 
— Lo dices porque yo no consigo compañía fácil y tú sí. 
— Tú no tienes mis encantos — Justin rió. 
— ¿Justin? ¿Tienes encantos? — ____ habló causando la risa de Travis y la mirada actuada de enojo de Justin. 
— Bien, chicos, les dejo. Voy al baño, si esta rubia no la puede bajar, mi mano lo hará. A Justin le tomó un segundo darse cuenta de qué hablaba y cuando lo hizo fue muy tarde para pegarle en forma de hacerlo callar. 
— Déjalo — sintió el susurro de ____ en su oído, mientras su mano derecha subía y bajaba desde la rodilla hasta el muslo. 

Si aún no estaba completamente caliente, ahora definitivamente lo estaría. En un rápido movimiento, hizo que ____ estuviera a centímetros de su cuerpo. Miró a sus labios, que tenían un tentador color rosa en ellos. Luego volvió a mirar a sus ojos, casi esperando a que ella hiciera algún gesto o le diera una señal para saber que podía besarla. Así que cuando ella subió un poco más su mano en su muslo, él decidió acortar los centímetros que los separaban. Tomó su cara con una mano y la acercó. 

____ por otra parte, sin admitirlo para nadie más que no fuera ella misma, estaba fascinada con la idea de besar a ese chico-caliente que tenía en frente. Hasta que recordó que esa fiesta estaba llena de gente desconocida que con un solo flash, podía hacer que todo el mundo se enterara de lo que estaba pasando en ese momento. Así que a cambio, corrió la cara, plantándole un beso en la comisura de los labios. Cosa que solo hizo que ella de sintiera más deseada. La cara de Justin al alejarse podía decirlo todo. Y más aún el gran bulto en sus pantalones. 

— Hey bro — Travis gritó desde la otra punta del salón, haciendo señas a Justin. — Me voy — Movió los labios para que pudiera entender. A su lado, iba la chica rubia de la que había estado hablando hace un rato. Justin entendió el mensaje y asintió. 

— Deberíamos hacer lo que ellos, ¿no crees? — habló él en el oído de ____, haciendo que ella sonriera inocente.
— ¿Adónde me vas a llevar? — susurró ella en un tono un poco demasiado provocativo. 
— Tengo un lugar, vamos — Justin tomó la mano de ____ conduciéndola a la parte de atrás del salón. No podían salir por la puerta principal. No si no querían a los paparazzis sobre ellos. 

Comenzaron a correr por los pasillos del hotel, Justin ya conocía la salida de atrás. Había tenido que salir varias veces por ahí evitando paparazzis. Abrió el portón y vio al auto que los esperaba junto con su guardaespaldas. Él los llevaría a su mansión. Se subieron ambos a la parte de atrás. 

No sabía por qué, pero ella estaba nerviosa, no iba a ser su primera vez, pero sabía que este chico era tan bueno en la cama como su padre para los negocios. En el camino a la mansión iban ambos jugueteando, tocándose las piernas, besándose y Justin le decía en el oído a ella las cosas más pervertidas y mojadas que se le pasaban por la cabeza sobre qué le haría. Los dos estaban tan calientes como un horno, Justin tenía la erección más grande de su vida, sólo quería llegar rápido a la cama. Cuántas posibilidades había sobre lo que le haría. Tan sólo pensar que en minutos ya no tendría ese vestido azul que tan bien le quedaba, Dios, la necesitaba. Pensó alejar aquellos pensamientos de su mente, aunque sea hasta llegar a su mansión. Pero en ese momento la chica le desabrochó el pantalón, dejando a la vista su bóxer Calvin Klein negro. Ahora sí que moriría.

Confident.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora