Su boda.

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- Amor, ¿ya lo viste?

- Ah, ehh, ah, si, ya lo vi...

- Amor, ¿te sientes bien? Estás pálida y tienes los ojos rojos, como si fueras a llorar.

- No me pasa nada amor, es solo que las bodas me ponen algo sensible y no estoy pálida es el maquillaje y las luces que hacen ver mi rostro así.

- ¿Segura amor? Si quieres podemos salir a tomar un poco de aire.

- No, es la boda de tu prima debes estar aquí, voy a salir sola a dar una vuelta.

- ¿Sola?

- Si, me siento muy sensible, emocionada y sé que si me quedo arruinaré mi maquillaje, luego asustaré a los niños con el maquillaje todo escurrido.

- Está bien princesa, aunque para mi, eres hermosa con o sin maquillaje.

- Gracias amor, vuelvo en un rato. - Dije mientras le depositaba un beso en los labios.

Salgo al jardín, ¡Dios! No me lo puedo creer... ¡Se casa!

¡Tú también lo hiciste!

Bueno si, pero, ¡fue por su culpa!

Wao, que maduro sonó eso de tu parte.

¿De que lado estás conciencia? Solo digo que, ¿qué hombre se va con la promesa de volver y no da ni señales de vida?

Jordán.

Entro en la iglesia, todo está tan elegante. Ana se mató preparando ésta boda, quería que me involucrara en la preparación pero, ¿como? Si cada vez que escucho la palabra "boda" solo llega a mi cabeza la imagen de ella casándose con mi mejor amigo de la infancia y lo peor de todo no es eso, no, lo peor de todo es que todo me recuerda a ella, todo.

Y hablando de ella, ahora estoy viendo alucinaciones, ¡genial! La estoy viendo en la boda... ¡Aguarden un minuto! No, no estoy alucinando, es ella, está aquí. Tan hermosa como siempre, incluso más hermosa de lo que estaba el día de su boda; tiene un hermoso vestido negro que se ajusta a su cuerpo como si fuera una segunda piel, su escote en la espalda que baja llevando la mirada de cualquier hombre hacía la gloria, su hermoso pelo recorrido en un elegante moño, su pelo negro como la noche y sus ojos perplejos al verme, está pálida como si hubiese visto un muerto y es así porque sin ella no soy más que un muerto viviente; sé que para Valery Friaz yo estoy muerto, morí el mismo día en que aceptó casarse con James. Ella no sabe lo mucho que me dolió verla ahí, agarrada de mano con mi hermano de infancia y yo sentado en él último banco como un idiota, con un anillo de matrimonio en mano y con mi corazón roto.

Volví a la cruda realidad cuando vi a Valery salir al jardín.

¿Qué esperas? Ve tras ella.

No puedo, es mejor dejar las cosas así.

No seas tonto Jordán, enfrentala , éste es un paso que debes dar para sacarla de una vez de tu cabeza, además sé que quieres.

Okey conciencia, solo espero que no te estés equivocando.

Valery.

Miro a todos lados, el jardín tan solitario pero a la vez hermoso me envuelve con sus árboles enormes, sus rosas y arbustos bien podados, nunca pensé que tomar aire fresco me sentaría tan bien; por primera vez me siento libre, sonrío y por primera vez después de mucho tiempo esbozo una sonrisa verdadera, una sonrisa que sale desde el fondo de mi alma.

Me duele saber que allá dentro se vaya a casar el hombre de mi vida, respiro y siento como la brisa va calmando mi dolor poco a poco.

- Hola. - Dijo una voz masculina, una voz inolvidable para mi, esa voz que puede hacer que mi corazón se acelere, esa voz que puede hacerme olvidar del universo con solo tenerla cerca.

- Hola Jordán... ¿Bonito día no? Y más para casarse. - dije dejando salir esa risita nerviosa que tanto odio.

¿Bonito día? ¿para casarse? Ja! No podías sonar más desesperada, amiga mía, usted necesita un trago.

- Valery yo... Tuve que hacer mi vida, tú te casaste y la verdad es que no sabes lo mucho que lamento a ver llegado tan tarde.

- No tienes porque darme explicaciones, fue lo mejor... Y no quiero sonar grosera pero mi esposo me está esperando adentro y me imagino que a tu futura esposa no le caería en gracia que estés aquí y no en el altar esperándola.

Okey eso fue cruel pero no puedo ser débil con él, no, con él no, el me abandonó y es mejor así o ¿no?

- ah vale, tienes razón, vete a dentro, él debe estar esperandote, haciendo lo que tú no pudiste hacer... "Esperar."

Al escuchar esas palabras tan crueles mi corazón latió tan rápido que no me percaté cuando le pegué una bofetada luego de esto mi actitud arrogante y fuerte desvaneció, mis ojos se llenaron de lágrimas, sentí algo como un punzón al corazón, sentí como mis lágrimas rodaron por mis mejillas, las sequé rápidamente y me marché atropellándole el brazo bruscamente.

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⏰ Última actualización: Jul 07, 2017 ⏰

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Entre bodas y otras trampas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora