Al llegar al baño y abrir la canilla, vi que no salía agua y automáticamente me puse unos pantalones cortos y salí corriendo a la puerta de casa gritando "código rojo". A lo que seguidamente escuché pasos apresurados por el pasillo de la escalera y otros en el salón de la casa, eran mi hermana y mi madre que escucharon mi aviso.
Seguramente se preguntarán porqué tanto despliegue por falta de agua. Bueno, eso tiene una explicación claro, mi padre nos había dicho que la casa en la que estamos tenía un gran suministro de agua y que nunca se nos iva a terminar, solamente si alguien dañaba las tuberías de alimentación. Lo sé, es extraño pero ya lo entenderán.
A todo esto mi padre, que escuchó todo vino corriendo desde el patio de la casa y con voz prepotente gritó que nos calmaramos todos, que no había nada por lo que preocuparnos. A lo que apareció un obrero y dijo- ¿cómo hacemos con las tuberías rotas señor? -Por lo que ya me quedaba todo claro. A todo esto yo seguía sin saber que hacían tantas personas en nuestro jardín con maquinarias monstruosas como excavadoras y camiones de carga.
Así era, mi padre cómo es tan... Él, había contratado personas para constituir un gran muro al rededor de la estancia. Me parecía un extremo y me sentía un preso. Me acerqué y vi cómo iva la construcción de ese imponente muro a lo que sentí que una mano se me posaba suavemente en el hombro.
_ Es por el bien tuyo y de Mey, y lo sabes -dijo madre con su voz angelical. Ella era de esas personas que están siempre con la misma cara de felicidad pese a lo que suceda a su alrededor, de las personas que no se dejan llevar por sentimientos como ira, o esos que, según ella, "nublan el alma".
_ lo sé madre pero es imposible estar de acuerdo con padre en mantenernos encerrados sin poder salir a ver el mundo exterior - dije con un largo suspiro de fondo.
Luego de esa charla con madre me quedé parado viendo la impresionante extensión del muro y lo rápido que lo habían construido esos hombres. Lo extraño es que la gente normal utiliza su fortuna en viajes o hermosas casas, no en contruir un muro para que tus hijos no salgan. Pero bueno, como dije antes, padre no era una persona normal. Y no fue hasta esa noche que lo descubrí.
Se hacercaba la hora de la cena y como de costumbre padre se puso a leer sus famosos libros de medicina, no entendía porque leía tantos si en verdad no necesitaba trabajar ni estudiar, ya tenía la vida hecha y hasta la de las siguientes generaciones, gracias a la fortuna que heredó de su madre. Cuando nos sentamos a la mesa para comer, luego de bendecir los alimentos, comenzamos a comer en silencio como hacíamos normalmente, a lo que me dejé llevar por la rabia que sentía al ver que mi padre seguía muy tranquilo después de haber hecho semejante cosa.
_ ¡Estoy cansado! -dije dando un salto de la silla, a lo que me gané la mirada asesina de mi padre con esos ojos oscuros que dan miedo.
_ ¿cansado de qué? -dijo pasivamente mientras apretaba los dientes.
Ya se sentía la tensión en el ambiente, ya que a mi padre no se le puede discutir, porque al contrario de mi madre se enfada muy fácil.
_ ¡Cansado de ésta casa, cansado del encierro, cansado de pasar todo el día en este aburrido campo y cansado de usted padre! -dije con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta.
_ ¡¿Cómo te atreves a hablarme de esa forma cuando yo soy el que pasa todo el santo día intentando mantenerlos a salvo?! -dijo padre mientras se paraba rápidamente dando un puñetazo a la mesa.
Y ahí estaba yo frente a frente con mi padre, pensando mil cosas que decirle, mil cosas que reprochar y pedir explicación. Pero fue mi madre quien me detuvo, jalandome del brazo haciendo que me siente nuevamente.
Luego de un largo e incómodo silencio, padre dijo unas palabras que me pusieron los pelos de punta.
_ ¿Tú crees estar cansado y no sabes lo que es el cansancio, tú crees vivir en el encierro y no sabes lo que es estar encerrado y lo peor de todo, sientes estar cansado de mí, cuando no sabes lo que yo siento? -Luego de esas desgarradoras palabras se levantó de la mesa, sin haber terminado su comida (lo cual era muy extraño en él) y se dirigió a la sala de estar. Por lo que mi hermana Mey y madre me miraron fijamente.
No sé si habré entendido bien el mensaje, pero algo me decía que tenía que levantarme y seguirlo. Al llegar a la sala de estar, que se encontraba en frente al salón, separados por un pasillo amplio, vi que mi padre estaba buscando unas llaves. A lo que me acerqué._ Padre, perdóneme usted, se que hic... -Me interrumpió.
_ Entiendo perfectamente tu postura, cuando yo tenía tu edad era igual de rebelde y siempre quería explicación para todo, pero mi padre no me la daba y mi madre menos -dijo mientras meneaba un manojo de llaves entre sus grandes manos, lo cual captó totalmente mi atención.
_ Ven, te quiero mostrar algo, pero promete que no se lo vas a decir a nadie -dijo con tono sarcástico y una sonrisa malévola, sabía que no tenía a nadie a quién contarle.
Seguidamente me guió hasta la parte de atrás de las escaleras, dónde estaba la puerta de entrada al sótano, el cual siempre estaba cerrado con varias vueltas de llave. La intriga invadía mi cuerpo, sudaban mis manos y temblaban mis rodillas. ¿Qué podía haber detrás de esa puerta? ¿Qué era tan importante que tenía que mostrarme mi padre?. Todas esas preguntas rondaban por mi cabeza y me dejaban sin respiración, hasta que abrió la puerta y vi lo que nunca imaginaba ver.
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"Experimento Letal"
Ciencia FicciónCorren los años 2150, la tierra es un lugar solitario y desierto, ya no se escuchan las risas de antes... ya no hay paz... ya no hay naturaleza... ni rastro de vida. Pero... ¿Cómo llegamos a esta situación? Descúbrelo de la mano de Matthew y Mey Joh...