CII

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[Les regalo este capítulo]

— Alice....cariño.— su acompañante susurraba en su oído, suave y delicadamente.

Sintió dos dedos en su espalda que la recorrían con caricias desde su nuca hasta el final de su espalda baja, antes de llegar a su principal atributo como el de su madre.

— Me encanta verte así por las mañanas pero ya me tengo que ir.— escucho un gruñido desaprobatorio por parte de su novia y rió. — No gruñas, sabes que no quiero que tu madre nos encuentre así, aun tengo grabada su mirada cuando nos estábamos besando en la cama, no quiero imaginarme como se pondrá cuando sepa lo que estuvimos haciendo.— dejo salir una risa ligera, pero orgullosa.

Orgullosa de lo que había pasado, orgullosa de como su perfecta vida estaba llena de felicidad constante gracias a Alice. Despertar y verla a su lado, a veces con sus pijamas, o su ropa, o simplemente sin nada como en esta ocasion, la hacían sentirse orgullosa por tener a la novia más hermosa y dulce de todo el planeta entero, recordando las noches y los lujuriosos momentos vividos con su novia.

Algunas veces en su habitación, otras en la habitación de la castaña, la hacían sonreír todo el día y nada quitaba esa sonrisa de su rostro.

— No quiero que te vayas.— Alice se había girado para quedar frente a ella en su cama. La luz del Sol entraba por la ventana de su habitación y daban de lleno en el perfecto rostro de su novia.

— Yo tampoco, pero tengo que hacerlo, si tu madre nos ve.....no quiero dejar de verte por otro mes más. — al parecer algo similar había ocurrido antes.

— Esta bien...— se resigno y lentamente se acerco a los labios de su novia para besarla, las manos de Zoe fueron directo a su cintura, era algo que amaba del cuerpo de su chica, su delgada y suave cintura que podía agarrar y abrazar cuanto ella quisiera. Tenia una obsesión con ella.

— Mmh...nos vemos esta tarde para tu cumpleaños, mi señorita.— le sonrió en medio del beso y se separo de ella.

Este día Alice se volvía una señorita con sus 18 años, estaba tan alegre porque por fin podía sacar su permiso para conducir, y lo más importante ¡podia salir con Zoe a donde sea!.

Zoe buscaba su ropa en la habitación, no entendía como terminaba regada por todo el suelo, encontró su ropa interior y sus pantalones, pero su camisa azul a cuadros no...

— Esa me la quedare yo.— le anuncio Alice señalando la prenda que sostenía.— Puedes usar una mía, busca en el armario.— se rió de la cara de novia

— A este paso, todo mi armario se mudara al tuyo.— hizo una broma y ambas rieron.

Escucharon unos pasos en las escaleras y supieron que Owen ya estaba despierto y buscaba a sus madres para desayunar en familia y que pronto entraría a su habitación para comer con su hermana favorita.

— Listo, espero que no tardes en arreglarte, vendré por ti a las 5 para poder pasar por Mackenzie.— la chica era su mejor amiga y la casualidad que era prima de su novia.

Le agradecia a su prima por presentarlas aquella ves en esa fiesta. Ahora vivía feliz a su lado.

— Adiós, me envías un mensaje en cuanto llegues.— insistió Alice, su novia no era muy responsable al volante y quería estar segura.

— Siempre lo hago, adiós bebe.— se inclino y beso a su novia, que aun sostenía una sabana al rededor de su cuerpo.

— Adiós Zo.— le dijo cariñosamente.

Su novia jamás se arriesgaba a salir por la puerta y encontrarse a la señora Jauregui, o peor aun, a Lauren Jauregui. Le agradaba Camila, ella era más comprensiva.
Así que desde sus encuentros, ella bajaba por la ventana del cuarto de su novia.

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