XCIX

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Ultimo capítulo.

— ¿Podemos hablar?.— pregunto la castaña impaciente.

La ojiverde no quería, realmente no quería hacerlo, pero la mirada de la chica era tan....sincera y apasible. La desesperación y cariño que abundaba en esa mirada la hacia temblar y soñar.

— Por favor, sólo será un minuto.— suplico Camila, sujetando fuertemente la mano de Lauren.

— Que sea rápido, tengo trabajo en media hora.— le informo.

La ojiverde tenia que trabajar en un bar de medio tiempo, soportando palabras desagradables provenientes de bocas sucias y toques de manos sucias, obscenidades y hombres necesitados de algún tipo de atención o que necesitan olvidar alguna pena con el alcohol.
Pero ella ya no podía hacer nada, su padre las abandonó, su madre estaba enferma y necesitaba dinero para seguir pagando sus estudios, y las medicinas de su madre, era el único trabajo que le pagaba bien y lo suficiente.

— Necesito liberar mi corazón, sacar las palabras y respirar sin temor a ahogarme.— suspiro pesadamente, le indico que se sentara en la banca.

La había citado en un parque, meses después de lo que pasó en la pizzería, tiempo después en el que su corazón se aplasto al escuchar las palabras de Scott. Y aquí estaba frente a la persona que le había destruido toda esperanza, devolviendo un rayo de ese sentimiento.

— Bueno, te escucho Camila.— asintió sin mirarla, Camila jugaba con sus manos sobre su regazo.

— Cuando regresé con Scott, no pensé las consecuencias que eso llevaría, y jamás pensé en esas palabras.— negó molesta con ella misma.— Estaba furiosa, frustrada y sobre todo te odiaba, pero se que no lo hacia realmente, odiaba lo que me habías dicho, y cuando estaba con él en un momento de ira lo dejé salir.— su voz se hacia débil y comenzaba a temblar.— Lo dije porque estaba enojada, no lo decía de verdad Lauren, jamás creería eso de ti, yo fui una idiota por intentar ayudarte cuando tu solo quería un momento a solas, te presione al igual que todos y después de abandone cuando más necesitabas a alguien.— ahora sus ojos derraban lágrimas.— Y entendí que aunque tu me gritaras que me alejara de ti, no podía hacerlo, mi corazón no permitía dejarte y abandonarte, porque con toda la seguridad del mundo entero, puedo decirte justo ahora que te amo, Lauren. Te amo y ninguna persona, o palabras y gritos ni ninguna otra cosa me impedirá hacerlo, porque tu no eres como las demás personas. Al verme tus ojos no observan mi cuerpo, no ven lo físico, yo puedo ver tu mirada sobre mi alma Lauren, estas viendo a través de ellos, ves las simples cosas más tontas y ridículas que son parte de mi y que de alguna manera son lindas para ti.— Lauren sonrió inconscientemente.— Y si es eso lo que te gusta de mi, entonces puedo enamorarte con mi torpeza, con mis malos chistes y las bromas que siempre terminan en contra mía, se que puedo conquistarte con mis tonterías. Tan sólo si me dieras una oportunidad de demostrarte que puedo ser una persona digna de ti, entonces yo se que lograría.....

— No Camila.— interrumpió.

— Ya.....ya es tarde ¿cierto?.— preguntó limpiando un par de lágrimas.— Llegue demasiado tarde.

— No.— volvió a negar.— No vas a enamorarme.— aclaro.

— Lo se, fui una idiota al creer que tendría una opor-

— No Camz.— su voz se aligeró.— No tienes que enamorarme, porque ya lo estoy.— le sonrió dulcemente.— Siempre he estado enamorada de ti, nunca han cambiado mis sentimientos hacia ti.— levanto su rostro con el dedo pulgar sobre su quijada.

— Pero yo no soy-

— Eres increíble, Camz, y amo tus chistes.— rió y se acerco a ella, juntando sus labios.

Ese momento tan esperado por ambas, desde que Camila la vio salir de la pizzería, desde que Lauren la vio abandonar su casa, desde ese momento se han querido besar. Y ahora estaba pasando, ya no había marcha atrás, estaba pasando y a la mierda Scott.

A la mierda el trabajo, a la mierda los tipos groseros y repugnantes, a la mierda los padres de Camila. Ella amará a quien quiera.

— Prometo que no te alejaré más nunca de mi.— aseguró la ojiverde ahuecando sus mejillas con ambas manos.

— Y yo prometo que no permitiré que lo hagas.— solto una carcajada y Lauren la volvió a besar.

Si sus padres no la aceptaban tal y como era, entonces ellos no tendrían una hija.

Al separarse sonrieron instantáneamente, se tomaron de la mano y caminaron hacia el parque y con ayuda de la castaña y el bastón de Lauren para no caer, pasarían un día digno para ambas,  Lauren llamó a su trabajo y Zoe la reemplazó, Camila llamó a Dinah para decirle que no se preocupara por ella.

Todo salió como las dos lo esperaron, sus sonrisas no las borrarían de ninguna manera, se besarían todo lo que quisieran sin importar quien las miaraba.

— Te amo Lern.— susurro Camila.

— Te amo Camz.— respondió dulcemente.

¿Epílogo?

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