3. ENCUENTROS

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SeHun despertó por el insistente sonido de su móvil que le avisaba de una llamada. Se levantó con el pelo desordenado, logrando que Vivi se quejara sobre la almohada donde supuestamente debía ir su cabeza. Ah, ese perro algún día lo sacaría de su departamento, si es que se apropiaba de absolutamente todo. Consentido, pensó el castaño, cría cuervos para que te saquen los ojos. Se rió flojamente.

Se paró desganado con los ojos entrecerrados, buscando a tientas su celular que al parecer, le gustaba jugar a las escondidas. Gruñó al volver a escuchar nuevamente la música que venía con el móvil. Debía cambiar ese ringtone, de verdad era insoportable. Lo tomó al verlo sobre el escritorio, y contestó.

—Eres un...

¡Buenos días, mi querido amigo SeHun! —lo interrumpió aquella voz gruesa y juguetona que conocía tan bien.

—Que rayos tienen de buenos si me despiertas a las once de la mañana de un sábado, ChanYeol —respondió irritado, volviendo a lanzarse sobre la cama.

Que humor, por Dios. —A través de la línea se escuchó una risita de fondo—. Baek y yo queríamos invitarte esta tarde a un club nocturno que abrieron cerca de nuestro apartamento, claro, si no tienes nada más que hacer en tu aburrida vida llena de porno.

—¡Hey! —El menor frunció las cejas—. Mi vida no es aburrida y llena de porno.

Ajá, dile eso a la vez en que te encontré con las manos en...

—¡Vale! ¡Vale! Puede ser que esté un poco solo. —Suspiró, pasando un brazo por detrás de su cabeza—. ¿A qué hora quieres que nos juntemos?

¿Eso es un sí? —preguntó con un tono de voz emocionado ChanYeol.

El castaño escuchó un gritito agudo lejano, y corroboró que BaekHyun se encontraba junto a su amigo. Luego oyó un movimiento de sábanas, y una mueca de incomodidad se formó en su rostro al notar como su amigo se besaba con su novio. Joder, ¿a qué venía eso? Alejó el celular de su oreja, hasta que el sonido de saliva se dejó de escuchar.

—Acepto ir, pero, por favor, no coman pan frente a los pobres.

ChanYeol soltó una estridente carcajada.

Lo lamento por eso, bueno, en realidad no. —SeHun rodó los ojos divertido—. Te aseguro, Hunnie, que hoy te consigues a alguien. Uhm... —El castaño frunció el entrecejo al escuchar un jadeo ahogado—. Estoy seguro de que no tienes un buen polvo desde LuHan. Uh... Baek...

SeHun abrió los ojos sorprendido cuando volvió a escuchar jadeos un poco más fuertes, junto a más besos bastantes subidos de tono. Intentó no imaginarse escenarios de sus amigos follando, y cortó el celular murmurando un rápido "Los veo a las siete, adiós", pensando que esos dos parecían realmente un par de conejos. Apostaba a que si BaekHyun fuera chica, de seguro ChanYeol ya tendría al menos cinco hijos. Por suerte eran hombres, SeHun sabía que él tendría que hacer de niñera en el que caso de que alguno de los dos tuviera un crío. Ventajas de tener amigos homo, pensó SeHun.

No estaba demasiado convencido de salir junto a ellos esa tarde. Por lo general los sábados se basaban en limpiar un poco su apartamento (limpiar no del verbo 'limpiar' si no más bien 'barrer durante dos minutos y luego echarse en el sofá'), y encargar dos pizzas que le duraran por el fin de semana —período de tiempo en que su madre no iba a dejarle comida preparada por ella—.

Sí, le gustaba salir a fiestas, tomar un poco de alcohol y bailar. Jo, él amaba bailar. Pero era distinto salir con Yixing, su compañero de la Academia de Artes, a salir con ChanYeol y BaekHyun, porque ellos eran una de esas parejas chicle que jamás salían uno sin el otro, y SeHun no estaba seguro si quería ver como le restregaban su amor en la cara. Bueno, no lo hacían a propósito, eso estaba claro. Sin embargo, verlos besarse, luego bailar pegados, para después abandonarlo porque la cosa se había puesto caliente, no era muy tentador cuando recordaba que él estaba solo.

Egoísta; SeSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora