Ese día en específico la universidad había sido un completo asco. Los profesores, al ser el inicio del año, se encontraban amargados y exigentes por añorar las vacaciones, por lo que no tenían ni un atisbo de dulzura o compasión con los alumnos a la hora de hacer las clases.
Son un jodidos seres sin corazón, pensó Do, me pregunto si el título de pedagogía lo habrán sacado de internet.
KyungSoo sentía que la mochila le pesaba más que de costumbre en la espalda mientras subía las escaleras a su pequeño departamento. Aquello denotaba el cansancio que sentía por su agotadora jornada.
—Que día de mierda —suspiró molesto.
No solía ser una persona que se pusiera de malhumor fácilmente, pero aquel día había logrado acabar con su paciencia. Por suerte, estaría completamente solo en el apartamento, quizás comiendo una pizza y viendo una película de terror para calmar su tensión. Oh sí, eso se oía bien.
Metió la llave en la cerradura un poco más animado por pensar en mejorar su día, y entró a su hogar dejando la mochila colgada en un pequeño gancho que tenía para ella. JongIn solía decirle que su obsesión por el orden a veces llegaba a ser un poco enfermiza, pero a él en realidad no le importaba en lo absoluto. Porque ¿qué había de malo en ser ordenado? Absolutamente nada, no sabía de qué se quejaba su novio.
Se quitó los zapatos en la entrada, mirando con una mirada acogedora su limpio departamento. El sol de la tarde alumbraba la sala de una manera en que se veía elegante y cómoda, lista para ser usada para una tarde de películas. KyungSoo no tardó en correr hacia la cocina, sacando el pote de helado que tenía, y luego lanzarse al sofá sin importarle nada más que relajarse del día estresante que había sufrido.
Encendió el televisor comenzando a comer sin ningún tipo de delicadeza el helado, hasta que el sonido de unos golpes en la puerta lo sacaron de su breve relajación.
Rodó los ojos con molestia, negándose a levantarse con tal de que la persona que estaba afuera molestando se fuera para que pudiera seguir disfrutando de su soledad. Continuó viendo la televisión, sin importarle en los más mínimo los nuevos golpes en la puerta que constantemente se hacían más fuertes y desesperados.
De todos los malditos días de la semana, pensó el pelinegro, tienen que venir a molestarme justo hoy.
Se levantó con ganas de asesinar –masacrar, pisar, golpear– a la persona que se encontraba detrás de su puerta. Si era esa vecina molesta que solía venir a joderlo porque le molestaba lo fuerte que escuchaba la televisión, no pensaría en ser amable y cordial con ella, no en ese momento en que su mente ardía en llamas de irritación.
Abrió la puerta esperando porque no fuera alguien con reclamos ni que perturbara más su cansada mente, encontrándose al final con su novio con los hombros tensos, el ceño fruncido adornando su rostro sin ningún esfuerzo por esconderlo.
KyungSoo se sorprendió de verlo allí, pero no ocultó la felicidad que lo invadió al ver a su Nini cuando se suponía que ese día usualmente no iba a su departamento.
—¿JongIn? ¿Qué haces aquí? Deberías estar en tus clases de baile... —le habló el más bajito, sonriéndole levemente—. ¿Acaso tenías muchas ganas de verme, Nini?
La expresión molesta del moreno permaneció aún cuando el pelinegro tomó su mano para hacerlo pasar. KyungSoo no notó esto debido a la alegría que lo recorría de pies a cabeza. Quizás no estaría solo, pero ¿qué mejor manera de alegrar su día que estando con su novio?
—¿Quieres que te prepare algo? Estaba a punto de ver una película muy buena con ese actor que te gusta... —le decía el pelinegro con emoción a la vez que ordenaba los cojines sobre el sofá—. O quizás quieras...
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Egoísta; SeSoo
FanfictionKyungSoo siempre creyó que su primer amor sería el último. O al menos eso le demostraba JongIn día a día, su novio desde hace cinco años. Pero a veces las cosas no salen como las esperas, y KyungSoo no era la excepción a la regla. Jamás habría podi...