Tratado De Amor «Stony»

4.

Conocido Desconocido

Ambos después de la fiesta se fueron en el auto del moreno en dirección al jet privado de Tony qué los esperaba en el helipuerto de la torre Stark, previamente Friday había preparado sus maletas, ambos estaban acomodando lo último qué llevarían a su intento de vacaciones, no soltaron palabra caminó a la torre, no rozaron sus manos ni se mimaron, el teatro ése día había acabado, se subieron al jet, ambos sentados frente a frente mirándose a los ojos tratando de adivinar los secretos del alma del contrario, Tony fué el primero en desviar su mirada a su laptop dónde tenía varios gráficos del balance mensual y también el inventario de sus armaduras y armas en casa, cabía decir qué llevaba una en el jet, un superhéroe no descansa jamás, anotaba cálculos y pasaba información de la computadora a la armadura en el jet todo bajo los fríos ojos azules de Steve.

—Se qué esto no te agrada pero al menos tenemos qué llevarnos cómo amigos Stark—Comentó Steve con un libro en mano.

—Porque lo haría? Ya me libre de las órdenes de mi padre, no puedes darme órdenes, serás mi esposo, pero esto es todo una jugarreta de nuestros papás, cómo fuiste a caer tan bajo?—Pregunto Tony sin quitar su mirada de la laptop.

—Lo hice para evitar una guerra —Alardeo Steve.

—Ay claro se me olvidaba qué adoras tanto a tu patria y dime si hubieras podido detener la segunda guerra mundial casándote con Hitler lo hubieras hecho Rogers?—

—Son situaciones distintas—

—No Capitán, nada es distinto, si crees qué lo hice por placer estas equivocado, no lo hice por llevarle la contraria a Howard, lo hice por mi linda Pepper, al menos qué ella si sea feliz, y mira con respecto a lo que te dije en la boda tú también puedes serlo, intentaremos algo para anular está unión lo más pronto posible y te irás con Peggy, lo prometo —Puso su mano en el corazón cómo promesa.

—No lo entiendes? No podemos separarnos eso causaría un revuelo, nada puede separarnos—Argumentó molesto.

—Con quién crees qué hablas anciano? Estas casado con Anthony Stark, yo lo puedo todo—Contraatacó serio—Friday podrías traerme un café y donas, el vino me causo dolor de cabeza—

—A la orden señor—Respondió la IA.

—Espera! Tú no quieres algo Capi?—Pregunto fijándose en la hora, 2:39 de la madrugada y ya sobrevolaban los cielos de New York hacía su destino, los Ángeles.

—Si un vaso de agua porfavor—Pidió Steve mirando por la ventanilla.

—Que aguafiestas, trae un jugo de naranja y donas igual para él—

—Enseguida señor—

—Tony...—Negó Steve con la cabeza.

—Que? Dijiste qué nos trataríamos cómo amigos además porque tan tímido en un rato más tendremos que compartir cama—Se encogió de hombros.

—Stark!—Grito sonrojado.

—Dile Friday dile qué es verdad—Pidió el genio desviando sus ojos al rostro rojo de Steve soltando una burlona carcajada.

—Lo siento señor Rogers pero el señor Stark tiene razón, estoy diseñada para no mentir— Respondió la IA a la pregunta de su creador.