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Celos


Pasaron tres días desde que Steve se fué a una misión desconocida para el filántropo, este no se había movido mucho desde lo sucedido con los agentes del terrorista alemán, se la pasaba leyendo e investigando cada pasó que diera su padre, Jude lo mantenía al tanto de todo.

Logramos hacer hablar al primer ministro, querían las armas para atacar de sorpresa a una corporación en Corea del norte, qué se dedica a filtrar información del ejército estadounidense a Rusia, por lo que hemos averiguado hasta entonces a sido muy poco—

—Que tal lo de la fiesta gubernamental sirvió de algo? Cuéntame todo—Rogó el genio tomando un verdoso líquido de un vaso.

—...

La fiesta dónde estában más de veinte presidentes incluidos de los países de Australia, España, Venezuela, Chile y varios más era todo un éxito, varios mujeres y hombres con valiosa información en sus cabezas de gran partido para Jude y su equipo, Richard se adentró junto con Storm y Charles a la fiesta, Richard por ser invitado de honor de uno de los ministros y los otros dos para poder escuchar o corroborar cualquier antecedente qué una un falso matrimonio a algo más allá de las fronteras americanas, el hombre elástico se acercó a saludar a los ministros, secretarios, senadores y presidentes de gobierno, con un leve apretón de manos y unas escuetas palabras para saludarse.

—Oh señor Richard, Señor Storm, profesor, un gusto tenerlos aquí—Sonrió el primer ministro, Michael Collins.

Gracias a usted por invitarnos—Agradeció el télepata al ministro sonriéndole de forma grata, para no levantar sospecha de lo qué realmente estaban haciendo ahí, Susan Storm pasaba desapercibido entre la gente hasta lograr burlar la seguridad y adentrarse al despacho de la mano derecha del presidente.

—Pasen señores disfruten de la fiesta, lamento dejarlos—Se despidió el ministro pero antes de siquiera moverse una mujer rubia lo tomó del brazo, Sharon le sonreía amablemente.

—Podría acompañarlo señor Collins?—Pidió de forma dulce la agente, el hombre se encandiló con ella y le ofreció el brazo que con repulsión atascada en su garganta aceptó.

—Por su supuesto señorita...—Dejo la frase inconclusa.

—Carter—Contestó—Ahora porqué no me presenta a los presidentes?—

—Claro—La rubia hizo un gesto a Storm quién asintió levemente y se alejó del profesor, para tomar distancia y comunicarse con su hermana por su auricular camuflado diseño por el Sr. Fantástico.

—"Lograste meterte en el despacho?"—Consulto en un susurro.

—"Hago lo mejor que puedo Johnny, podrías encargarte de las cámaras? No creo qué alguno de trague el cuento de qué sucede algo paranormal aquí"—El chico rodó los ojos molesto.

Tratado De Amor «Stony»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora