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Boda

Tony acomodaba los últimos detalles de su traje para después ser levemente maquillado y peinado, la hora de su boda se aproximaba a pasos agigantados, hace menos de cinco horas estaba en su taller creando un nuevo producto para la ingeniería Stark y fué prácticamente obligado a dejar de lado su destornillador y ecuaciones con cálculos para ser prácticamente aventado a una bañera con distintos jabones y aromas, ser toqueteado por sus amigas quiénes acomodaban el traje, alisan las arrugas, lo ajustaban a su medida exacta, le quitaban las pequeñas pelusas adheridas, en la planificación de su futuro cuando era un adolescente detestaba la idea de casarse, no lo toleraba y mírenlo ahora, un hombre sacrificándose por otros... Ese siempre sería su destino odiaba tanto a Howard por eso, fue traído de vuelta a su crudo y gélido presente cuándo su estilista, Alex lo sentó en un asiento frente de un espejo y peinó su cabello hacia atrás con un cepillo.

—Es normal qué me sienta así de miserable en mi propia boda?—Preguntó a la muchacha castaña qué sonrió con pena y pasó sus dedos cubiertos con gomina por el suave cabello castaño.

—No querido, pero si no estas feliz tampoco tienes que aparentar algo que no sientes —Le sonrió y peinó las hebras castañas acomodandolas correctamente y después se lavó las manos para arreglar la barba del genio.

—Seré feliz? Al menos... Valdrá la pena tanto trabajo?—Volvió a preguntar.

—No puedo asegurarte nada mi niño, pero no pienses en el futuro y vive en el ahora, quizás esto sea una piedra en el caminó para qué puedas llegar a la verdadera felicidad, ahora tu, tu serás dueño de tu futuro—Pusó crema de afeirtar en ciertas partes y pasó la cuchilla delicadamente por el rostro del filántropo.

—Ya no seré libre Alex, mi futuro está arruinado—Murmuró mientras le enjuagaban el jabón de su barba.

—Yo no estaría tan segura, el destino nos trae muchas sorpresas —Después de eso nadie dijo nada, le proporcionaron un polvo con la tonalidad misma de su morena piel en sus mejillas, cubrieron sus oscuras ojeras con un corrector y dieron los últimos retoques a sus curvadas pestañas—Lamentó tanto esto querido... Pero prométeme que tratarás de ser feliz a pesar de todo, si? —Preguntó la dulce mujer dándole un último abrazo antes de dejarlo ir dónde se realizaría su matrimonio.

—Lo prometo—Le correspondió y se separó para ser llamado por Friday que informaba qué su limosina estaba abajo para transportarlo a la mansión de sus padres, bajó por el ascensor hasta la entrada y recibió la despedida de la IA.

Se subió al vehículo y partió hacía su destino, sus manos temblaban cómo gelatina, las apretaba con la intención de poder dejarlas quietas pero era una tarea realmente imposible, el auto ralentizó su marcha entrando a la mansión se estacionó y el genio a través de los vidrios polarizados observó cómo su prometido lo esperaba en frente del juez con su elegante traje del ejército, brazos atrás y la espalda recta, miles de personas en sus puestos, con sus móviles, charlando entré ellos o simplemente esperando que la boda comenzará, la idea de pagarle al chofer una buena suma de dinero y que lo ayudará a escapar del país lo estaba atormentando en estos minutos.

Salió recibiendo la mirada de todos encima suyo al cerrar la puerta del vehículo, su madre y su padre se acercaron a él, Howard con toda la intención de llevar a su único hijo hombre al altar, caminó hasta sus padres a regañadientes dándole un beso en la frente a su madre y sin mirar a su padre aceptó el brazo qué le tendió para comenzar a caminar hasta el ojiazul, cada paso se volvía más pesado en cuestión se acercaba al capitán, el científico le tendió la mano de Tony a Steve quien la tomó entré la suya.

Tratado De Amor «Stony»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora