Tratado De Amor «Stony»

2.

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El moreno se encontraba al lado de su futuro esposo en la mesa qué se encontraba completamente silenciosa, solo el ruido de los cubiertos chocando con la superficie de la vajilla era lo único presente, hasta que el engreído de Anthony abrió su boca.

—Y dígame capitán dónde será nuestra luna de miel?—Pepper no pudo aguantar una carcajada viendo cómo el rostro de Steve se sonrojaba de sobremanera.

—Yo no había pensado en eso...—Murmuró avergonzado.

—Será en los Ángeles, todo está pagado por el padre de Steve por un mes—Sonrio María, aunque ella no estaba feliz.

—Cuando será la boda?—Preguntó Steve, ya que ni el sabía, todo fué planeado por los padres de su ahora prometido y los de él.

—Volveremos a New York mañana, la boda será el viernes—El moreno quedó hecho de piedra.

—Tengo exactamente dos días para prepararme? Soy Tony Stark yo requiero de más tiempo—Recriminó el menor a su padre.

—Tony, deja de quejarte—Pidió Howard.

—Como tu te casaste con la mujer qué amas yo no puedo decir nada—Murmuró molesto, sólamente Steve y el científico lograron escuchar con claridad, siguieron comiendo en silencio pero al genio se le esfumó completamente el apetito, dejó sus cubiertos sobre la mesa, alejó el plato de su alcance y prácticamente aventó la servilleta sobre la comida—Permiso, ya no tengo hambre—Sé levanto de súbito y subió escaleras arriba a su cuarto.

—Por Odín, Anthony—Suspiró su madre—Lamento tanto esto...—La madre de Steve, Lucille Rogers, sonrió.

—No té preocupes María, es entendible que se sienta así—Ambas madres no estaban de acuerdo, pero ellas que podían hacer, su opinión al respecto era nula.

—Bueno, nosotros nos vamos, nos vemos el viernes en la boda—Esbozo una incómoda sonrisa Grant qué se levantó a la par de los padres del genio despidiéndose de las chicas, de María y Howard, caminaron hasta la entrada siendo guiados por ambos dueños de casa hasta la puerta principal aclarando uno que otro detalle sobre la boda y se fueron a el aeropuerto a tomar el avión, ya qué ellos se irían antes para arreglar el tema del juez qué los uniría para siempre, "Hasta la muerte" Pensó Steve.

Tony sé encontraba en su cuarto mirando en dirección al mar qué azotaba las olas fuertemente en la costa lejana, suspiró, en dos días más sería Anthony Edward Stark de Rogers, esposo del gran Capitán América, la envidia de todas las chicas al estar con ése hermoso hombre, bufó, no lo negaba, siempre, siempre fué admirador del capitán, era un gran fanático, igual o peor qué esas personas qué se vuelven locas por verlo a él, pero casarse? además por un estúpido papel insignificante? No, esté no era el futuro que quería, en verdad, un joven con un tipo de casi un siglo además de no ser por su padre y Eksin estaría viejo y horrible posiblemente muerto, pero para su mala suerte no envejece " cómo te aborrezco Steve Rogers" Murmuró con enojó, le tenía una profunda envidia a ése noble viejo, era perfecto, y el? Solamente el reconocido hijo de Stark, a cargo de la fortuna de un científico qué arruina su vida más de lo que lo hizo cuándo niño, se giró en sus talones dispuesto a no dormir, hoy estaba hostigado, no quería nada, ni ir de fiesta, ni buscar mujeres o hombres, ni tener interacción humano-humano, sólo quería hundir su miseria en alcohol y entrar en un coma etílico de ser posible.

—Friday!—Llamo el genio a la Inteligencia Artificial que el mismo creo.

—Dígame señor—Respondió la femenina y fría voz.