Capítulo 1.

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Aún no podía creer lo que pasaba, habían pasado 3 semanas de mi secuestro, los primeros días creí que me rescatarían, pero la esperanza comenzó a desaparecer con el pasar de los días. No hablaba ni veía a nadie, sólo a una chica que me dejaba comida dos veces al día. Hoy era como cualquier día, me desperté, todo estaba oscuro, excepto por un pequeño rayo de luz por una ventana en la parte superior. Eran incontables las veces que intentó salir por allí, todas fracasadas, claro esta. Esperaba la comida, cuando un hombre entro por la puerta, era alto y musculoso, alrededor de los 36 años, tenía los ojos azules pero a pesar de eso, su apariencia era de dominante, emergía de él un aura de miedo, me observó por unos minutos y luego habló.

-Levántate, tienes que trabajar esta noche. Alguien vendrá a ayudarte. -Dicho esto, salío por la misma puerta por la que había entrado.

¿Trabajar? ¿En qué? No tenía idea de que carajos estaba pasando, me levanté del piso y sacudi mis jeans. A los segundos, entro una chica. Era morena y tenía los ojos cansados, me miró y entendí que ella estaba aquí por los mismos motivos que yo. Contra su voluntad.

-Ven. -Sin decir más, la acompañé. Llegamos a lo que parecía un camarín, en él habían decenas de cambios de vestuario, pero eran muy pequeños y no cubrían nada de piel.

-¿Qué es esto? -Pregunté mientras observaba las prendas.

-Es tú vestuario. Lo tendrás que utilizar en tú trabajo. -Dijo seria.

-¿Qué trabajo? ... -La duda me carcomía por dentro.

-No soy la indicada para decirtelo. -Luego, salió, dejándome sola en este lugar.

Y ahora, ¿QUE CARAJOS HAGO?

Esperé a que alguien se presentara, pasaban los minutos y nada. Luego de 5 minutos y 37 segundos apareció un chico. Era bastante guapo, tenía los cabellos castaños y con rizos, sus ojos eran esmeralda, pero eran frios y distantes. Me miró de arriba a abajo, lo que me hizo sentir incómoda.

-Tú eres Lea. -No era una pregunta-. ¿Qué esperas? Cambiate. -Estaba molesto y no sabía por que.

-Pero... tú... -El estaba ahí y no estaba comoda con su mirada ahora, menos si me desnudaba frente a él.

-Te di el tiempo suficiente para que te cambiaras. Ahora, tendrás que hacerlo frente mí. -Su voz era dura.

-¿Y que me pongo?

-Tú sabrás que ponerte. -Mostró una sonrisa que no llegaba a los ojos, era más una burla. -Por cierto, llámame Harry.

-Está bien... -Me volteé y busqué algo que ponerme.

Me quedé sorprendida con lo que estaba ahí, la ropa era muy diminuta y no cubrirían nada de mi cuerpo. Busqué entre todo y rescaté lo que parecía una falda y decidí mantener mi camisa de tirantes blanca.

Bajé mis pantalones quedando sólo en una braga azul marino que me había regalado Niall, mi novio, o ex. Pensar en él me dañaba aún más, asi que dejé mis pensamientos a un lado y terminé de vestirme. La falda me quedó arriba de las rodillas y se apegaba a mi cuerpo perfectamente. Fuí donde Harry y este soltó una carcajada, lo miré dudosa;

-Así no se ocupa. -Se acercó a mí y de un tirón rompió los tirantes de mi camisa dejándola hecha pedazos en el piso, di un salto hacía atrás como instinto, pero el me agarró la muñeca, haciendo que regresara a su lado.-Es un vestido, muñeca. Oh, y esto, tampoco lo necesitarás.-No podía respirar, sabía lo que Harry quería hacer. En un ágil movimento, desabrochó mi brazier y cayó junto a la camisa en el suelo, mis pechos estaban al aire, Harry los observaba, me sentía incómoda e intimidada, luego de unos segundos de intensa observación, subió la falda hasta que cubrieran mis pesones convirtiendola así en un vestido demasiado corto que dejada a la vista la curva del trasero-. Ahora sí.

Harry tomó un par de tacones altos y me los entregó diciendo que me los pusiera, ya estaba acostumbrada a usar tacones asi que no me incomodaba utilizarlos.

-Sígueme. -Indicó Harry, mientras salía por la puerta.

Lo seguí en silencio, llegamos a lo que parecía una sala, en ella habían unas 13 chicas en una fila, todas parecían tener aproximadamente mi edad, 18 años. Ninguna parecía contenta y todas vestían ropas similares a las mías. Harry me indicó que me uniera a ellas, le obedecí y me acerque a ellas. De inmediato un hombre comenzó a hablar, era gordo y con una barba blanca, me dio asco apenas lo ví, tenía esa mirada sucia mientras recorría el cuerpo de las chicas. Pensé que vomitaría ahí mismo.

-Hoy comienzan. Todas son nuevas, pero pronto se acostumbrarán.

¿De que carajos habla? No aguanté más y pregunté:

-¿Qué es este lugar? -Mi voz apenas era un susurro, pero el hombre al parecer oyó.

-Lo que ves, muñeca. Un burdel.

Sentí que mi mundo se desvanecía, ¿porqué no pudieron matarme y ya? Sería todo más fácil. Además, ¿Cómo haría eso? No tengo experiencia, y sobretodo, soy virgen.

Irónico. Una virgen en un burdel.

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HOLAAAAAAA<3. Para los que no saben, un burdel es como un puterio, es como un lugar donde se vende sexo, las prostitutas en vez de hacerlo en las esquinas lo hacen ahí.

Bueno, ¿que tal? Espero con toda mi alma:3 que les haya gustado, enserio:'D Las amo.

How to be a Prostitute /Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora