×03×

6.3K 658 153
                                    

TaeHyung junto a JiMin llegaron al departamento en donde tenía su habitación este último. El autobús no se había demorado en pasar, por lo tanto, llegaron antes de lo que pensaban y sin el cansancio común. Bueno, eso en el caso de Tae, porque JiMin llegó igual o más cansado que otros días, manteniendo su cabeza hecha un completo lio debido a las palabras que soltó sin siquiera pensarlas. Y también por no poder quitarse a JungKook de su mente.

― ¿Pasa algo, JiMin? ― Le preguntó Tae a su novio apenas cerró la puerta de la entrada.

JiMin miraba fijamente uno de los sofás individuales, sin notar siquiera que su pareja le había hablado. Su mente, podría decirse, que ni siquiera estaba en aquel lugar. Solo sentía remordimiento.

TaeHyung volvió a repetir lo que había dicho, ahora obteniendo la atención de Park.

―No, Taetae. Estoy bien. Las clases me han dejado algo agotado, eso es todo. ― Mintió sin malas intenciones. Simplemente no quería causarle daño a aquel hombre que tanto quería con su confusión reciente.

― ¿A qué hora vuelve SeokJin? ― Preguntó Tae luego de unos segundos observando la sonrisa que su novio le había obsequiado para aliviar sus dudas y mostrar su bienestar.

― En unas horas, ¿por qué?

TaeHyung se acercó lentamente a JiMin, tomando su rostro con cuidado para así acariciar sus mejillas y besarlo delicadamente. Park correspondió el beso al instante, dejándose llevar por la suavidad de este. Cuando Tae cortó el beso, un leve chasquido causado por ambos labios se esparció por toda la habitación, acompañado de un leve gruñido por parte de JiMin.

― Porque te extrañé mucho hoy y quería que tuviéramos un tiempo a solas.

JiMin, sin más, asintió a las palabras del moreno y volvió a dejarse llevar por los besos que este último comenzó a repartir por su cuello, soltando pequeños gemidos entre medio. TaeHyung tomó de la cintura a Park, sentándolo de piernas abiertas en el respaldo del sillón el cual admiraba el rubio antes. Disminuyó la distancia entre sus cuerpos al máximo, ganándose un leve estremecimiento por parte de su contrario cuando comenzó a quitarle la chaqueta, besándole los labios.

―Yo también te extrañé, amor. ― Confesó JiMin, separando sus labios de los de su menor, los cuales aún eran unidos por un hilo de saliva.

El celular de Park comenzó a sonar repetidamente, deteniendo todo el momento de intimidad que dominaba la pareja. Iban a dejarlo pasar, pero era demasiado inquietante y molesto para hacerlo.

― ¿Esto se volverá una costumbre? ― Se burló Tae en cuando JiMin sacó su celular del bolsillo.

―Nos estaremos turnando de ser así. ― Park desbloqueó su teléfono y comenzó a revisar de quien eran los moletosos mensajes. Se sorprendió de inmediato al notar el remitente.

― ¿Quién es?

¿Por qué tenía que pasar esto ahora?, pensaba el rubio mientras mordía su labio con fuerza. Miró a su novio con ojos intranquilos, traspasándole aquel sentimiento, pero sin tener realmente la intención. Respiró profundo y, al notar que no era nada grave y lo único raro aquí era su mente, respondió:

―Es JungKook. ― tragó pesado antes de seguir hablando, simulando que era por lo que los besos anteriores habían causado en su cuerpo ―Dice que tu celular cayó mientras corrías hacia mí y él lo encontró. Que no te preocupes y que mañana te lo entrega.

El moreno comenzó a revisar sus bolsillos al instante en que JiMin comenzó a hablar. No estaba en ningún lado, ni en sus pantalones ni en su chaqueta. Rascó su cabeza extrañado. Para él era normal correr hacia la salida y nunca su celular había caído al suelo. Posiblemente lo haya guardado en la chaqueta, terminó por pensar.

―Dile que gracias. ― JiMin asintió y comenzó a teclear rápidamente en su teléfono, para luego guardarlo en su bolsillo. ―Lo siento por ser tan distraído.

Distraído. Sí, TaeHyung era bastante distraído y esa era la principal razón por la cual JiMin estaba sufriendo desde el día de ayer. Pero no podía culparlo por el hecho de que su mejor amigo sea un caradura y el mismo un cobarde. TaeHyung no tenía culpa de nada.

Pero si solo hubiera cerrado la puerta...

— ¿Podemos continuar con lo que estábamos? — Tae ya había tomado la cintura de su mayor, pero este de todas formas asintió, forzando una sonrisa, ya que los tontos recuerdos y pensamientos lo volvieron a atormentar.

— Te amo, TaeHyung. No lo olvides nunca.

— No lo haré, mi JiMin.

Volvieron a besarse y está vez para no detenerse hasta completar el acto. JiMin intentó volver a concentrarse en el cuerpo y en el corazón de Tae, que debian ser lo más importante en ese momento, pero su mente no dejaba de molestarle recordándole el último mensaje que le había enviado JungKook, el cual sugería el comienzo de una conversación la cual no acabaria pronto.

"Te veías muy lindo hoy"

🐏

Gracias por leer.💕

wasn't me × vminkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora