Capítulo 13.

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Camila.
Mañana es el último día que Santiago está en casa, el doctor le ha dicho que ya puede ir al colegio. No quiero dejar de visitarlo en su casa, quiero que todo siga como hasta ahora, que sepa cómo es realmente y que no por sus amigos se comporte de diferente manera conmigo y en general con todo el mundo, quiero al Santiago real. Quiero a mi Santiago.
Lo iré a visitar temprano porque a las 7:30 pm voy a ver a la tía Carla, la. Jal por cierto sigue sin contestar, espero que este bien y que no le tome de sorpresa mi llegada. Siempre me ha recibido con los brazos abiertos, nunca me ha dicho que no quiere que este en su casa o algo así, pero no quiero incomodar, aunque ella no lo diga, a veces tener tanto tiempo a una persona es incómodo. Mínimo yo, necesitaría mi espacio.
Fui a casa de Santiago y estuvimos discutiendo acerca de libros, fue genial. Me gusto mucho su forma de pensar, de como imita a los personajes que le gustan y como habla de los que no, es como un niño pequeño hablando de su superhéroe favorito y de como odia al villano que lucha contra él. Es un chico muy simpático, me encanta ver todas y cada una de sus maneras, siempre que lo veo me muestra un lado más y más simpático, más divertido, lados que solo yo conozco y que me siento afortunada por sólo ser yo quien sepa eso.
También salimos al balcón un rato, tomando café y admirando el paisaje que se nota desde su recámara. Platicamos de las cosas que le gustan a cada uno y de cómo nos vemos en un futuro, obviamente no juntos.
Cuando me despedí de él, lo note raro, pero no dijo nada hasta que salí del cuarto, me gritó:
—Cam, ¡Espera! Necesito...— se quedo callado un instante y con voz muy baja volvió —necesito decirte algo importante. —Me quede parada un momento en lo que capte si era para mí lo que estaba diciendo, pero era obvio que si, no había nadie más en la casa.
En cuanto iba a la cama de Santiago para sentarme junto a su lado, el se levanto, fue hacia mi, me tomo de la cintura y me besó. Fue un beso profundo, un beso único, simple pero hermoso. Fue lento, fue... fue mi primer beso, me gusto mucho pero no sabía cómo reaccionar ante eso, nunca antes nadie me había dado un beso y menos así, de repente. Sentí un pequeño cosquilleo en todo el cuerpo y como si algo en mi mente y estómago se revolviera.
—P, p, perdona. Tenía que hacerlo, la verdad es que... me gustas mucho Camila. Me gustas y ya no puedo seguir ocultando esto que siento por ti. No sé qué es realmente lo que siento, yo supongo que es amor, porque jamás había sentido algo por alguien, no como lo siento contigo. Sé que no soy el chico que tú esperas, que te gusta y que crees que soy un patan, aunque te he demostrado mi verdadero yo. ¿Recuerdas aquella vez que te dije que tenía miedo de enamorarme, que si quería enamorarme pero nadie había lo había hecho posible? Pues tú lo lograste, me enamoraste, cada vez que te veo es más difícil separarme de ti. A decir verdad, nunca creí que me fuera a enamorar de ti y menos en tan poco tiempo, pero eres una chica muy especial, alguien que aunque muchos crean terrible, yo te veo como la chica más perfecta. Estoy diciendo locuras, lo sé, pero es lo que siento, me traes loco y perdón de nuevo, si no quieres volver a hablarme está bien, te dejaré en paz. — Santiago parecía muy nervioso, dijo las palabras mucho más rápido de lo que pensé que alguien podía hablar. Todo lo que dijo me dejo en shock, No sabía qué decirle. Todo pasó muy rápido, el beso, todas las confesiones que me hizo sobre lo que siente por mí, es muy raro todo esto. No sé si lo que haré sea bueno, no me salen las palabras, así que lo único que puedo hacer para que sepa que yo también siento algo similar a él, no importa lo que piense.
Lo tomé de la playera y lo besé. Lo besé de nuevo, pero esta vez el beso fue más largo, sentí como si le estuviera expresando todo lo que no pierdo decirle en palabras en un beso.
Eso creo que a ambos nos dejo muy confundidos, porque no somos nada aún, o bueno, hasta donde terminó el beso no éramos nada.
El beso terminó y ambos sonreímos de oreja a oreja y nos dimos otro ligero beso.
—Camila... sé que todo esto está pasando muy rápido, todo tan de repente, pero en serio estoy enamorado de ti. ¿Quieres... ser mi... mi novia?

Dos mundos diferentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora