Capitulo 14.

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—Lucy tú… ¿Quieres, ser mi novia? — El la miró a los ojos y una sonrisa de dibujó en los labios de Lucy.


— Sí, sí quiero ser tu novia —Lucy se abalanzó sobre Harry con euforia, por fin el había tenido la valentía de deleitar sus oídos con las palabras que ella quería escuchar, y no le negaría la posibilidad de estar con ella todo el día, abrazarla, besarla, protegerla con sus fuertes brazos mientras ella dormía. Eso era lo que Lucy quería.
Ella estaba enamorada de él.
Y él estaba enamorado de ella.
Aún no sabían si se amaban, quizás lo hacían pero ninguno se atrevía a aceptarlo, se decían a sí mismos que era muy temprano, aunque ya llevaban dos meses juntos.
Aún así, sentían algo muy fuerte por el otro, un cariño extraño, algo más fuerte que el ‘Te quiero’ y muy cercano al ‘Te amo’. Sentían algo que ninguno sabía lo que era y que no habían experimentado con ninguna otra persona antes. Sentían un amor fuerte, tan fuerte que sería capaz de romper cualquier regla, con tal de estar juntos.
— Me encantas — Formuló Harry en los labios de Lucy, y volvió a besar a su novia una vez más.



— Ya despierta, dormilona — Susurró Harry en el oído de Lucy provocando que esta se estremeciera.


— Un rato más, mamá — Escondió su cabeza bajo las almohadas.


— No soy tu mamá, y ya es tarde amor — Harry la sacudió un poco hasta que Lucy estuvo despierta completamente y besó su frente — Te espero abajo.

Lucy se levantó a pesar de que aún quería seguir durmiendo. Se metió a la ducha y dio paso a la relajante agua caliente, que la haría sentir aún más sueño, pero hacía demasiado frío como para ducharse con agua helada. Dejó que el agua se llevara cualquier rastro de suciedad de su cuerpo y al salir se dirigió a su walk-in closet a buscar algo de ropa. Se puso unos pantalones negros, una polera blanca normal y unas botas estilo Ugg, pero estaba helado así que se dirigió a la habitación de Harry a tomar ‘prestado un polerón’. Sacó uno grande y gris*. Se secó un poco el cabello para no resfriarse debido al frío, y se sujetó el flequillo con una pinza dejando sus largas ondas libres.
Bajó cuidadosamente las escaleras y lo vio sentado en un sillón, se acercó a él lentamente y lo abrazó por el cuello. El se giró a verla y le estiró la mano para que se sentara junto a él.


— Creo que tengo un polerón parecido a ese — Dijo al notar lo que traía puesto Lucy.


— Si, tienes uno así, pero a mí se me ve mejor — Rió y puso sus manos en las mejillas de su novio para besarlo.


— A ti se te ve perfecto — Rió Harry — Ahora, ¿Qué quieres comer? Muero de hambre.


— Hambriento — Bromeó Lucy — Pidamos pizza, ¿Sí? — preguntó con voz de bebé.


— ¿Mi bebé hermosa quiere pedir pizza? — Lucy asintió con la cabeza — Entonces pidamos pizza —Lucy se acercó para besarlo pero el movió la cabeza — Ah, pero las niñas pequeñas no besan en la boca— Negó con la cabeza divertido.


— ¡Si besan! — Lucy hizo un puchero al cual Harry no pudo resistirse — Entonces soy una niña grande.


— Pero como bebé te veías más tierna.


— Ah, ¿sí? Ahora seré una niña grande que besa a su novio donde quiera — Sacó la lengua a lo cual Harry rió.


— Como bebé te veías más tierna — Insistió Harry.


— Grande te gusto igual.


— Me gustas como sea — La abrazó cuidadosamente y la besó — Pero lo que no me gusta es tener hambre, así que voy a llamar a la pizzería.

Harry se levantó a buscar el teléfono y Lucy lo siguió con la mirada. Llevaba ese pantalón negro ajustado que hacía que su trasero se viera bien «Lucy rió ante este pensamiento» y las botas militares que ella tanto amaba. Arriba llevaba una polera tradicional y un chaleco encima. Sus rulos estaban alborotados como siempre, y a ella le encantaba como se veía.
Llegó de nuevo al sillón y se sentó junto a Lucy , pasó su brazo por el hombro de su novia y ella acomodó la cabeza en su pecho.
Cuando llegó la pizza Lucy se paró a buscarla y pagó mientras Harry iba a buscar platos y vasos. Los estaba acomodando en la mesa de la cocina cuando Lucy lo abrazó por detrás.


— ¿Y si comemos en el sillón y vemos películas?


— ¿Eso quieres? — Harry se giró y la abrazó por la cintura.


— Sí — Volvió a hablar con voz de bebé — Veamos películas toda la tarde.


— Me parece buena idea — Dio un corto beso en la cabeza de Lucy, se giró para volver a tomar los platos y los llevó a la sala de estar, donde estaba la TV grande y las pizzas.


— No me gustó para nada como te miró el repartidor — Dijo Harry terminando su trozo de pizza.


— ¿Cómo me miró? — Preguntó Lucy.


— Con cara de baboso — Imitó la cara del repartidor y Lucy rió.


— No me había dado cuenta — Bebió un poco de su refresco.

Terminaron de comer y ordenaron un poco. Ya eran las cuatro y tenían toda la tarde para ver películas juntos.
Estaban viendo una película romántica, no era del tipo de películas favoritas de Harry, pero ya habían visto una elegida por él y era el turno de Lucy para escoger, pero al parecer no le importaba mucho que película ver, ya que estaba dormida con su cabeza en las piernas de Harry. Tres golpes en la puerta obligaron a Lucy abrir los ojos.


— Yo voy — Dijo risueña. Se incorporó y Harry dio un fugaz beso en sus labios.


— Hola, Lucy — Al reconocer esa voz, Harry salió de la habitación y se dirigió al patio.


— Hola Jake, pasa — Lucy abrió más la puerta para que Jake pudiera entrar.


— ¿Y ese polerón? — Preguntó al darse cuenta que no lo había visto antes.


— Es de… es de Harry.


— ¿De Harry? Y qué, ¿ahora es tu novio y te presta ropa? — Jake dijo esto como broma y rió, pero al darse cuenta que la cara de Lucy no se había movido ni un milímetro se preocupó.


— Ehh, yo… — Lucy sabía lo mucho que Jake odiaba a Harry y si sabía que ahora eran novios él lo mataría, es por eso que ella no le contó acerca de la fiesta de cumpleaños de la noche anterior ni que ya lo había perdonado.


— Lucy. ¿Harry es tu novio? — Alzó una ceja.


— Sí.


— ¿Estás loca? ¿Y lo perdonaste por lo que me hizo el día del partido? ¿En que estabas pensando? ¿Qué pasa si él quiere jugar contigo?


— No, no estoy loca. Sí, lo perdoné, también te perdoné a ti y debía ser justa, aparte eso ocurrió hace mucho, ya deberías olvidarlo y ¿qué? No, el no jugaría conmigo — Respondió, dudando de la última parte.


— Eres Lucy Brown, la hija del presidente de Inglaterra. ¿No crees que cualquier chico daría lo que fuera por estar contigo?


— ¡Jake! ¿Cómo dices eso? Aparte, ¿por qué te importa tanto que Harry sea mi novio? — Lucy empezó a reaccionar.


— Tu sabes que ese tipo no me cae, Lucy, y siempre voy a querer lo mejor para ti — Se calló unos momentos y luego volvió a hablar — ¿Sabes qué? Fue un error venir, te dejo tranquila, se ve que estabas ocupada con tu nuevo novio — Se dio cuenta de la película en la TV, el tazón con palomitas y unas sodas sobre la mesa, también una manta desordenada en el sillón más grande.


— Jake yo…


— Olvídalo, te veo el lunes — Besó su frente y se fue.

Lucy se quedó parada en el living con sus manos apoyadas en el sillón, miró el reloj y eran las nueve. Era temprano pero ella aún tenía ganas de dormir, agradecía que mañana fuera domingo y no lunes.

— ¿Qué quería? — Preguntó Harry abrazándola por la espalda.


— Nada, hacer más obvio su odio hacia ti — Harry rió — No soporto que se odien, ni si quiera sé por qué.


— Ya déjalo, no me acercaré a él — Lucy se giró y Harry empezó a darle algunos besos en el cuello hasta que sintió un olor extraño.


— Harry tú — Tomó su chaleco y aspiró ese olor tan desagradable para ella — ¿Estabas fumando?


— Yo… sí — Respondió este separándose un poco de ella.


— Harry, deja de fumar por favor, te hace mal.


— Lucy yo…


— Hazlo por mí, ¿Sí? — Lucy hizo un puchero al cual Harry no pudo resistirse y le dio un pequeño beso en la frente.


— Lo haré — la besó.

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