¡PENÚLTIMO CAPITULO OMG!
Llegaron al restaurante en cuestión de media hora. Steve se estacionó frente a la puerta y llamó a un chico del ballet parking para estacionar.
Se bajó del convertible y lo rodeó para abrirle la puerta a Lucy. Tomó su mano y entrelazó sus dedos mientras ingresaban al restaurant justo cuando una espesa lluvia empezaba a caer.
Preguntaron por la reservación a nombre de Steve Donavaugh y los llevaron a una mesa privada en el segundo piso.
— ¿Por qué miras tanto a la ventana? —preguntó Steve al darse cuenta que Lucy no podía despegar la vista de la ventana, o una mesa, en específico.
— Una vez vine acá con Harry, y nos sentamos en esa mesa —recordó con nostalgia la noche de su primer mes.
— Pero ahora estás conmigo.
— Pero fue más lindo con Harry —Lucy volteó a la cabeza y miró a Steve. Claramente, su comentario le dolió, nadie esperaba que le dijeran eso, menos aún en su cumpleaños.
— Mira, lo siento, ¿sí? No es nada personal contra ti. Eres un gran chico, pero es solo que estoy mal, y ya estoy harta de todos los juegos de mi padre. De verdad, lo siento.
— Dah, no te preocupes, de todas maneras, preferiría estar en casa mirando la tv, así que si no es agradable para ti, terminemos esto rápido, que tomen las fotos y ya.
— Bien.
Ambos ordenaron y comieron rápidamente, sin mucha charla.
Al rato miraron la tv de plasma que estaba colgada en una pared, sintonizando el canal de noticias, la cual todos miraban con preocupación.
«Un accidente automovilístico acaba de ocurrir en las cercanías de Hampstead, en Londres. Debido al terrible temporal una camioneta perdió el control y se estrelló contra un camión de combustible antes de llegar a Green Road. Por la combustión, las autoridades, la fuerza policial y los bomberos han decidido cerrar Green Road y Finchley Road, bloqueando el paso de vehículos. Nadie puede entrar ni salir de Hampstead hasta mañana por la mañana, cuando retirarían la orden de bloqueo. Esperamos mantenerlos informados.»
— Tú vives en Green road, hey —alcanzó a pronunciar Steve antes de que su celular comenzara a sonar— ¿Diga? Sí, sí lo acabamos de ver... Ningún problema. ¿Voy yo o usted viene por ella? Ningún inconveniente, nos vemos mañana. —cortó y guardó su teléfono en su chaqueta.
— ¿Qué sucede? —preguntó Lucy al creer saber quién había llamado.
— Tu padre quiere que te quedes conmigo hasta mañana, como está el tráfico cortado no podrás llegar a tu casa. Mañana te voy a dejar yo, organizaron una salida de familias o algo así.
— Ya veo.
— ¿Quieres irte ya?
— Por favor.
Pidieron la cuenta y pagaron, para luego salir. La lluvia seguía y Lucy recordó que no había llevado abrigo.
— ¿Quieres mi chaqueta? —una suave tela se apoyó en sus hombros, seguida de unas manos bajando por sus brazos.
— Gracias —sonrió y acomodó la chaqueta para no botarla.
— Hey, ven —Steve la tomó por la cintura al ver periodistas fuera del restaurant, y capturó sus labios suavemente.
Esperaba en empujón por parte de Lucy pero en vez, ella no solo le siguió el beso, si no que pasó sus brazos por su cuello y lo atrajo más a sí.