Tu recuerdo vive en mí parte 2

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Solo puedo pensar en Shima...
Ahora lloro de nuevo, acostado en el sofá mientras miro la televisión, digo miro ya que no presto total atención.
Los días se sienten como si fuesen años, cada vez su ausencia me pesa más, quiero sentirme bien, quiero poder salir con mis amigos sin tener esa sensación de angustia y tristeza... reírme, divertirme. Estoy cansado de llorar como un marica pero... no puedo detenerme, finalmente me quedo dormido.

Mi celular empieza a sonar interrumpiendo mi sueño, noto que ya hay claridad ¿Tanto he dormido? la cabeza me duele a horrores y aún hay lágrimas frescas en mis mejillas, me decido a contestar.

-Diga...

-*Shiroyama, usted no se ha presentado a trabajar desde hace dos semanas.

*Maldita sea, es mi jefe.*

-Yo... lo siento, he tenido problemas y por eso no he podido ir.-

-*No acepto excusas, bien pudo haberlo notificado, con todo mi pesar usted queda despedido.*

-No por favor déjeme explicarle... -
Ya no escucho la otra voz, solo el tintinear que da a entender que es el fin de la llamada.

-Maldita sea... ¡MALDITA SEA!.-
Pierdo el control y arrojo mi celular hacia la pared rompiéndolo en pedazos, mi situación no puede ser peor, jalo mi cabello con rabia, ahora mis manos se dedican a golpear la mesa de centro haciendo un fuerte y estruendoso sonido, el cristal de esta se rompe y yo por mí misma fuerza acabé por apoyar mis manos en el suelo lleno de cristales al ya no tener la barrera de la mesa.
Mis manos se llenan de cortes y la sangre empieza a fluir, el dolor no se hace esperar, las heridas son muy profundas, asiento mis manos en piernas con las palmas hacia arriba, las miro mientras mi llanto lentamente cesa y solo pasa a ser sollozos bajos.
-¿Ahora que hago?...-
Me pregunto a mi mismo mientras veo como la sangre sigue saliendo manchando mis pantalones, mi celular está destrozado ni como llamar a alguien. A duras penas me levanto y voy por el teléfono convencional.
Con mucho esfuerzo llamo a Akira, el en seguida contestó.

-*¿Hola?.*

-A-Akira... -

-*¿Yuu? ¿Que ocurre?.*

-¿Puedes venir?... Necesito estar con alguien... No quiero estar solo, mis manos sangran y he roto mi celular.-

-*¿Como? Tranquilo, ya voy para allá espérame.*

-Ven rápido...-
Cuelgo, tomo un trapo para que absorba la sangre y vuelvo a la sala a sentarme en el sofá.

No pasan más de 30 minutos y tocan a mi puerta, me levanto y voy a abrir.
Las caras de susto de Akira quien viene acompañado de Takanori me reciben.

-Yuu ¿Que has hecho?.-
Takanori pregunta pasmado al ver mis manos, rápidamente me regresan a la sofá cerrando la puerta a sus espaldas.

-¿Donde está tu botiquín?.-
Su voz de Akira suena preocupada.

-Baño...
Solo puedo mirar el desastre que hice en mi sala mientras que Taka limpia mis manos con el trapo.
Ahora me arrepiento de haber tirado mi celular.
Akira regresa con alcohol, unas vendas, algodón y... ¿Una pinza? el le entrega todo eso a Takanori.

-¿Para qué es la pinza?
Pregunté con cara de niño asustado atrayendo mis manos hacia a mí.

-Pues supongo que para sacarte los cristales que tienes incrustados, no podemos curarte así.-
Habla mientras pasa un algodón con alcohol sobre las pinzas.
El toma con cuidado mi mano derecha y sin decir más saca un pedazo de cristal.

-¡Carajo! ¡Taka eso dolió!.-
Hago un movimiento brusco alejándome de el por reflejo.

-Perdona Yuu pero tengo que hacerlo, si no, nunca dejarás de sangrar.-
El vuelve a tomar mi mano, Akira se sienta junto a mi y me mira con el ceño levemente fruncido.

Déjame ser...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora