ᴇʟ ʙᴀᴜʟ ᴅᴇ ʟᴏs ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏs ©

Mi infancia

Cuando me quedé sola, pasé a depender de una familia muy rica. Vivíamos en una zona de lujosos espacios, donde se respiraba el ego y la hipocresía de todos los habitantes de la vecindad. Mi familia en aquel entonces no era consciente de la gran responsabilidad que suponía tener en tu cargo a una menor que había sufrido tanto. La mujer, llamada Spencer, nunca estaba en casa, y solía tratarme con desprecio, recalcándome cada segundo que no provenía de sus mismo nivel económico, intentando cambiar cada cosa de mi actitud, aspecto y forma de pensar. En realidad, su criada por entonces llamada Bleer ejercía el papel de madre por ella, ya que me cuidaba, me alimentaba y, lo que era más importante, me daba el cariño que en aquel entonces yo necesitaba. Mi entonces padrastro llamado Mike era todo lo contrario a mi madrastra. siempre, me trataba con dulzura y me persuadía a no hacerle caso a la que era su mujer. Sin embargo, un día, me percaté del destino que nos desamparaba. escuché que formaba parte de una mafia muy importante en la zona: El guante negro. De aquel grupo de peligrosos, pocas cosas oí, ya que solían encerrarse en un despacho al fondo de la casa, donde no se me permitía ir. Lo que sabia, lo escuchaba de Bleer medida que crecía, porque ella sabía de la gravedad de los problemas que se podría enfrentar mi familia por ello. Siempre la admiré, porque aunque todo fuera mal, ella siempre tenia buenas palabras para mi, para consolarme y tranquilizarme cada vez que gritaran en el despacho, porque aquello me asustaba.

Me asustaba porque sabía que nada bueno estaba por venir, lo veía en la mirada de Bleer aunque intentaba que no lo notara. De repente, la intromisión de un espía secreto de la policía en  los rumores de los negocios negros de mi padre se extendieron por el vecindario, cosa que hizo que los clientes que frecuentaban a mi padre ya no lo hicieran más. También por mi colegio, donde cada día tenia que soportar las miradas de los padres e hijos además de los cotilleos falsos que se inventaban sobre mi padrastro y, por último, lo que determinó nuestro futuro, la policía. Aún recuerdo esa noche como si fuera hoy, los coches de patrulla, ordenados a la perfección en la puerta de mi casa, la policía arrestando a mi padrastro, mi madrastra gritando...

No fue fácil, porque sabia que mi camino seria distinto a partir de ese momento, y no estaba equivocada, realmente lo fue. La prensa rápidamente se hizo con todo el control de la situación, haciendo que toda la población se volcase en contra de el, insultándole e incluso agrediéndole. Yo no entendía nada por aquel entonces, simplemente ignoraba la situación porque sabia que serian mis últimos momentos con Bleer y quería aprovecharlos al máximo, sabia que ella me protegería como siempre lo hizo. El día del primer juicio, se palpaba el nerviosismo reflejado en los ojos de Mike y Spencer. Se suponía que el era el cabecilla de la mafia, cosa que haría que la condena se multiplicara. Cuando nos dirigíamos hacia el juicio, me despedí de la persona que mas me cuido nunca de una manera especial, le dije que cuando haya salido adelante gracias a su cariño, volveré a por ella para devolvérselo. Como respuesta, me abrazó, sintiendo un gran orgullo de la madurez a pesar de los 13 años que tenia en aquel entonces.

El juicio fue muy largo, pero los acontecimientos iban a contra corriente, sabíamos lo que pasaría, todos nosotros. El juez le declaró culpable, junto a una condena de 30 años de prisión por tráfico de dinero negro dentro de la mafia. Los demás miembros intentaron escapar pero fueron encontrados por la policía justo cuando intentaban salir del país y fueron culpados con una condena menor, ya que seguían ordenes de Mike. La reputación de la familia perfecta se desmoronó y con ella la fortuna, que por aquel entonces ya comenzaba a escasear.