THRONE - EXO OT12

LUZ: 2. Genuino

JONGDAE

-Disfruten de esta, ya que será la última cena que disfruten con su familia.

Generalmente las palabras de Lumus eran aceptadas sin dudas, sin embargo esta parecía la primera vez en la que una orden del espíritu hacia que la multitud se agitara.

Y no solo por las familias de los elegidos, sino por todos los Ignitis, ya que Chanyeol y Baekhyun siempre habían sido figuras importantes en la casa, en especial para los más jóvenes.

Jongdae al ser tan imparcial (para él, irrelevante) en aquella declaración, no era más que un espectador del caos al rededor.

Que sería de Ignis una vez que su príncipe, aquel que les daba felicidad inmediata desapareciera? Era casi como si (literalmente) su luz fuera apagada.

Y sin Chanyeol, que era el modelo de cada joven que ingresaba a la academia? Incluso el respeto y orgullo de algunos adultos.

Sin embargo, nadie, ni siquiera los dos jóvenes más afectados, hacían visible el hecho de que les perjudicaba. Los murmullos desaparecieron casi al instante, reemplazados por felicitaciones y una vez más retomando la celebración.

Porque los Ignitis debían de estar siempre sonriendo.

Porque los Ignitis no podían permitir que el ánimo bajara, mucho menos en su propia casa.

Porque siempre debían de sonreír.

Jongdae buscó la mirada de Baekhyun, en un intento de brindarle un poco de conforte, y se encontró con que el chico ya lo estaba mirando de vuelta.

Honestamente, esperaba verlo más afectado por la noticia, en especial por que Jongdae había ya aprendido a leer los verdaderos sentimientos de su amigo detrás de aquella sonrisa, pero esta vez, por primera vez, parecía realmente alegre por aquel hecho.

Aun así,  apenas Lumus los dejó libres, tanto Baekhyun como Chanyeol corrieron de vuelta a la mesa de su familia, aprovechando sus últimos momentos.

Jongdae, al no tener realmente un lugar donde volver y siendo considerado con Baekhyun y su familia, al darles su propio espacio, decidió quedarse sentado junto a su espíritu.

Eran momentos como estos en donde realmente extrañaba a su familia, y donde más odiaba aquel poder destructivo que le había sido otorgado.

-Ya aprenderás a controlarlo- Lumus le susurró, sacándolo de sus pensamientos o entrando en ellos.

Jongdae lo miró algo asustado por las palabras, sus ojos perdiéndose en el brillo que irradiaba el espíritu. Aun viéndolo todos los días desde que tenía memoria, parecía que nunca iba a ser capaz de acostumbrarse a aquel cuerpo etéreo, ya que se sentía como ver directamente al sol.

-Aprenderás, con estas pruebas, que el rayo no es solo impacto, sino una luz en la oscuridad.

Era casi como si supiera que pensaba, y pensó que quizá alguno de los poderes del espíritu era leer la mente, sin embargo descartó aquello al instante, los poderes del ser a su lado, rodeaban por completo alrededor de la luz.

Y además, su rostro era demasiado fácil de leer, por lo que no era una tarea difícil el descifrar que sentía en aquellos momentos.

Siempre había dudado de aquel aspecto suyo, ya que no sonreía siempre. Ya que si estaba enojado, triste, en fin, si no estaba realmente feliz, su rostro le impedía ocultarlo, y así no se suponía que debía de ser.

Aun si estaba feliz casi todo el tiempo, casi no era siempre.

Y un Igniti genuino, debía de serlo... Siempre.