Te Elegí A Ti [Adrinette]

Capítulo Final

Un hombre alto abrió la puerta. Era tan hermoso que me puso un poco roja, se parecía mucho a Adrien.

—Debe ser el padre de Adrien. Mi nombre es Marinette, soy su amiga.

—No, solo soy su primo— sonrió. Vaya, el parecido era extraordinario. —Adrien está durmiendo— dijo y me desanime. Su madre apareció en la puerta y sonrió al verme.

—Felix, dale espacio a la chica para que entre— dijo y me empujó hacia adentro.

—Ah, lo siento, tía. Dijiste que Adrien no quería que lo molestaran hoy.

—Ella es la que va a conseguir que abra la puerta.

—No está cerrada— dijo, frunciendo el ceño y la Sra. Agreste puso los ojos en blanco.

—Si, llamé y no dijo nada, eso es porque no debo entrar. No debes invadir la privacidad de un adolescente— casi me reiría de su diálogo, pero no lo hice.

—Ah claro.

—Marinette, lamento lo que pasó entre ustedes. Puedes subir, ya conoces el camino— me sonrió y me abrazó. Subí las escaleras, un poco nerviosa y me detuve frente a la puerta de Adrien. Algo insegura, llamé a la puerta. Ninguna ruido se escuchó. Llamé de nuevo. Ninguna señal en respuesta.

—Adrien, soy yo— dije, pero no obtuve un resultado diferente. Suspiré y abrí la puerta.

Estaba acostado boca abajo. Di la vuelta a la cama y vi que estaba durmiendo. Y solo en ropa interior. Sonreí un poco de lado. Me quité los zapatos, dejé mi bolso en el suelo y me acosté a su lado. Adrien se movió y puso su brazo sobre mí. Me acurruqué en su pecho y cerré los ojos, sintiéndome mucho mejor. De hecho, me sentí genial. Suspiré más aliviada de estar allí con él, pero comenzó a moverse. Me quedé inmóvil, con la cabeza enterrada en su pecho y cerré los ojos con fuerza.

—Mmm, que... Marinette— Fingí que estaba durmiendo, para ver si su reacción iba a ser buena o mala. Respiró hondo y me abrazó con más fuerza. —Me alegra de que estés aquí— susurró, como si fuera un secreto y me sentí aliviada. Levanté la cabeza para mirarlo y Adrien sonrió. Yo también sonreí.

—Lo siento— le dije y él negó con la cabeza.

—No hay necesidad de disculparse— dijo, besándome rápidamente.

Nuestro beso fue tan desesperado que se sintió como si no nos hubiéramos visto en años. Se colocó encima de mí y sonreí entre besos. Adrien me quitó la chaqueta y sus besos terminaron en mi cuello. Mientras me besaba allí, su mano furtiva bajó por la tira de mi vestido y pronto bajó hasta mi cintura. Se apartó un poco para mirar mi sujetador de encaje rosa bebé y sonrió, parecía que le gustaba. Me sentí avergonzada y miré hacia un lado. Adrien se rió, besándome de nuevo. Sus besos volvieron a bajar y cuando su boca llegó a mi vientre empezó a hacerme un cosquilleo muy fuerte y me eché a reír. Adrien también, pero siguió bajando y se llevó mi vestido con él. Me miró en bragas y sostén y pareció sentir deseo, lo que me hizo sentir segura con el momento. Lo empujé hacia atrás para besarlo y sus manos se apresuraron a desabrochar mi sostén. Las caricias de Adrien me calentaron y mi cuerpo pareció moverse sin mi comando. Se apartó un poco para quitarme las bragas y me miro desnuda.