1- Sonambulo

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Todavía no asomaba el sol, era una mañana fría, como muchas otras de invierno, el calor corporal siempre había sido para ellos más cálido y cómodo que una cobija, y Evan no podía quejarse de mucho, ya que amaba despertar con su esposa enrollada entre ambos con el rostro escondido entre su pecho, y diciendo palabras incoherentes que se escapaban de su sueño. Algunas veces el no sabía cuándo verdaderamente entablaban una conversación consciente o cuando estaba despierta, pero aún que fuera algo extraño el la amaba por que no había algo que pudiera odiar de ella, ya no era capaz de ser completamente dueño de sus pensamientos ya que todos tenían un nombre escrito por mas pequeños que fueran »Lindsay«.

Evan desprendió una mano lentamente del abrazo mientras la levantaba para mirar orgulloso su anillo de oro blanco que reconocía su matrimonio, el no podía creer lo lejos que había llegado, todavía tenía fresco recuerdos de hace algunos pares de años cuando era un mujeriego drogadicto y alcohólico que no hacía más que culpar a su padre de sus problemas en lugar de comenzar cambiar, pero eso dio un giro inesperado cuando conoció a aquella rubia mimada y caprichosa que hizo temblar todo su mundo sin piedad, la cual no hacía más que traer recuerdos de un tormentoso pasado que lo heria.

La ojiverde se removió lentamente en sus brazos mientras abría perezosamente los ojos y ponía una sonrisa tonta cuando se percató de como Evan admiraba su anillo.

—No te preocupes vanidoso, que el anillo no opacara el brillo de tus ojos.

La ronca risa de Evan se sentía como el mismo paraíso para Lindsay, nunca cambiaría el sonido de su risa ni aun que pudiera recordar todos los momentos olvidados por la amnesia, no le hacían falta, no quería un pasado si ya tenía ese presente.

—Acompañame a Hablar con los betas de la manada para después ir juntos a desayunar, Linda— una sonrisa ladina se dibujó en el rostro de Evan antes de que comenzará a besar el cuello de la rubia, era su forma de conseguir que Lindsay le dijera a todo que si, le gustaba sentirse tan mimada y amada por Evan, le gustaba como los toques en su piel enviaban pequeñas descargas eléctricas por todo su cuerpo y la hacían temblar de pies a cabeza.

—Evan, quítate que se nos hará tarde para tu informe extraño de Alfa comandante o el título que sea que tengas

—¿Eso significa que si irás conmigo?— alzó una ceja inquisitiva mientras la miraba traviesamente

—Tal vez debas convencerme mejor.

Lindsay se quedo hasta atrás de todos los licántropos que esperaban atentamente por el nuevo informe sobre el comercio y la manada vecina que los amenazaba desde hace ya demasiado tiempo.
Y Evan trataba de no mirar mucho a la ojiverde que tenía puesto uno de sus suéteres el cual le quedaba demasiado grande como para no dejar ver sus manos aún que se estirara, por que si la veía demasiado se distraería y pondría cara de idiotizado quedando en vergüenza delante de todos sus hombres.

Evan se encontraba en plena euforia con un gran discurso a mitad del desarrollo el cual hablaba de tácticas para derrotar a la antigua manada de James, la cual solo pensaba en vengarse de la muerte de ese maldito psicópata cobarde cuando Lindsay comenzó a sentirse mareada y nauseabunda, pero lo ignoro creyendo que posiblemente no fue buena idea comer  tantas de esas galletas de chocolate, y un vaso de leche los cuales pudieron caerle pesado.
Fue un gran error, cuando todos los betas inspirados por las palabras de su Alfa gritaban de emoción Lindsay dio unos cuantos pasos hacia atrás pero no alcanzo a salir y termino vomitando en aquella habitación cerrada la cual solo tenía dos ventanas a lo alto para que los pequeños curiosos no fisgonearan.
Todo el lugar quedó en silencio y después hubo panico. panico por parte de Evan al ver la escena y panico por parte de los demás hombres lobo que gracias al olor y su perfecto olfato debían salir de ese lugar antes de también vomitar, el problema era que Lindsay quedó tapando justo la entrada y un loco y apaniqueado Evan empujaba a todo el que estuviera a su paso para llegar hasta donde se encontraba la chica arrodillada en el piso de madera, así que los dos terminaron en el suelo tapando la única puerta y salida rápida que había.

Los chicos comenzaron a gritar que se movieran, algunos ya comenzaban a tener fuertes horcajadas mientas que otros se cubrían la nariz con lo que podían, pero Evan estaba bloqueado, no tenía ni la menor idea de que hacer, las únicas veces que él había vomitado era porque se habia intoxicado o con mucho alcohol otro tipo de sustancias adictivas y o Drake lo ayudaba, o se quedaba tirado en el baño  hasta dormir, pero no recordaba casi nada de lo que había sucedido antes después de despertar y Drake tenía demasiado orgullo como para decirle que lo había bañado en la tina y después dormía gran parte de la noche junto a él mientras lo cuidaba de que no quisiera volver volver a vomitar y se atragantara con este mismo o dejar el departamento y saliera de nuevo ver pudiendo tener un accidente, Drake en verdad se preocupaba mucho por el, se ponía como una mamá oso pero nunca lo admitiría.

Por la suerte de todos la eterna salvación de Evan se encontraba ahí. Drake era la mano derecha del Alfa, era quien le proporcionaba la mayoría de la información y lo ayudaba a explicar algunos datos que a él se le pasaban en las juntas de ese tipo. Siempre había sido su compañero en todas las cosas y más cuando se trataban de asuntos con violencia, a el le emocionaban de sobremanera y nunca dejaría que algo le sucediera a Evan ni aun que fuera en una batalla a muerte.

Se acerco a Lindsay y Evan, la chica lloraba mientras seguía teniendo algunas horcajadas y permanencia sentada por el sentimiento de mareo obtenido.

—Evan, imbécil, muévete del camino que nos estorbas a todos—Como no reaccionaba le tiró un puñetazo en la cara, solo con eso Evan puro dejar de estorbar y se alejó, Drake con sus tonificados brazos tomo a Lindsay entre ellos y la cargo saliendo de aquel horrible lugar.
Solo así ella se pudo tranquilizar un poco y dejo de tener náuseas.

Los tres entraron a la cabaña tan conocida.

Dejaron a Lindsay en la habitación principal donde la pareja dormía desde hace más de dos años pero solo Drake salió de allí, Evan estaba demasiado preocupado como para poder despegarse de Lindsay por un solo momento, no la dejo salir de la cama en todo el día, así que la pobre rubia termino viendo como ambos lobos tenían competencias en sus videojuegos y ella solo quería poder salir de aquel lugar lleno de gritos de emoción, chantaje y burlas sin mencionar múltiples apuestas que en su opinión parecian demasiado estúpidas para dos chicos de 20 años, pero había otras tan graciosas que termino con un vídeo de ambos bailando como strippers.

Pero a pesar de todo ese mal día ni Evan ni Lindsay cambiarían algo de su vida por que se sentían como en sueño, era como si solo estuvieran dormidos y aún no despertarán, como si sus vidas transcurrieran  y no se dieran cuenta por aquel bello lugar irreal, simplemente como si fueran sonámbulos. 

Eternamente TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora