3- Inestabilidad

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Evan ya podía comenzar a divisar un pequeño bulto casi invisible en el abdomen de Lindsay al cual alababa como si fuera un Dios, no podía no sentirse emocionado por ello, pero tampoco podía evitar una preocupación, todo su ejército esperaba una batalla contra la manada contraria, todos deseaban poner en alto el nombre de Evan, y Evan había prometido por su vida guiarlos a la gloria, ser al mejor alpha que haya tenido la manada, comenzará a hacerse responsable de las vidas de los betas y alphas que habitaban allí, velar más por su vida que por la de el. Pero simplemente no podía pensar en el bien de los demás, siempre había sido un ser egoísta, y ahora nadie más importaba a excepción de Lindsay y la pequeña cría dentro de ella.

-Creo que será una chica sabes, y una muy linda, con el cabello rubio como tú y el azul de mis ojos.- Evan no podía dejar de fantasear, mientras pensaba en físico y sexo.- Estoy seguro de que será niña y la llamaremos Panfila Petuñia de la Rosa

-Alejate de mi bebé monstruo, ni creas que tu elegirás el nombre, no dejaré que la arruines la vida a esta pequeña cosa inocente.
Si lo intentas me iré a vivir con Estefan y la crearé como vampiro.

Evan cambio rápidamente de humor de una manera tenebrosa, su aura oscura se podía sentir por toda la habitación.

-¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué siempre tienes que meter a Estefan en algo? Es como si quisieras que nunca tuviéramos un momento juntos. Tal vez el es mejor que yo pero no me lo tienes que estar restregandomelo siempre en la cara.
Siempre he sabido que lo prefieres a él, pero no me hagas sufrir de esta manera.

-Evan ¿Pero que demonios dices? El es sólo mi amigo, lo ha sido por más de diez años, estas siendo ilógico.

-Maldita sea Lindsay, ¿Qué acaso no te das cuenta de cómo te mira? ¿No te das cuenta de verdad que para el eres más que una amiga?

-Eso es mentira- La rubia ya había perdido su paciencia mientras trataba con un alterado Evan.

-No lo es, mierda, nada de lo que te digo es mentira y aún así desconfias de mi. Yo me doy cuenta de cómo te mira por que es la misma manera en la que yo te miro a ti, y no quiero perder contra el, soy demasiado egoísta como para dejarte ir, aun que sea por tu bien, te quiero sólo para mí y no puedo soportar la idea de que deba compartir con alguien más.

-Eso no pasará Evan, al final la persona con la que tendré un bebé es contigo, la persona en la que pienso a cada segundo de cada minuto de el día eres tú, la persona con quien me he casado y vivido eres tú, tu siempre serás a quien quiera al final del día.- Lindsay se acercó lentamente hacia el ojiverde, lo tomo de las mejillas y le dio un dulce y suave beso.

-No puedes seguir haciendo esto Lindsay, no puedes sólo besarme y decir que todo está bien cuando no lo está, cuando claramente siempre voy en picada y lo empeoró un poco más.

-Puedo y lo hago. Las cosas si están bien, tu no lo estás arruinando y recuerda que cada vez que sientas que vas cayendo yo estaré ahí para sostenerte.

-Lo siento amor, el embarazo me altera un poco, ya no es sólo una persona a quien debo cuidar, ahora serán dos y no se si pueda con la presión. - Las palabras de Lindsay habían podido calmar a Evan, pero aún así, después de todo este tiempo le costaba confiar en sí mismo sobre la relación.

Cuando iban saliendo juntos, abrazados y felices de la habitación alguien toco la puerta.
Evan rápidamente la abrió y su humor volvía a empeorar.

-Saben que, me largo. - Salió de la casa haciendo una rabieta y diciendo palabras incomprensibles sobre algún asesinato o algo parecido a eso.

-¡Estefan!- Grito rápidamente una feliz Lindsay la cual saltaba hacia los fuerte brazos del vampiro que la recibía con una gran sonrisa.

-¿Por que huele diferente? Es como si hubiera mucho polvo o cosas muy viejas.

-No eres garcioso- La abuela apareció de la nada frente a los dos amigos que seguían abrazados.

-Oh, vamos sophia, es sólo una broma, sabes que te adoro abuela.
Pero ya enserio, hueles diferente Lindsay, tu aroma ya no es tan dulce como antes.

-Ah, eso culpa de Evan.

-El ni siquiera me saludo, sólo me pasó como si fuera un perro callejero.

-Oh, esta alterado por el embarazo.

Estefan se desconcertó por completo por las palabras de Lindsay, el no podía creer que ella estuviera embarazada, sería más fácil que Evan fuera una mujer transexual y se hubiera embarazado a que Lindsay lo hiciera.

-Pero tu odias a los niños, detestas que te toquen con sus pequeñas manitas.

-Si, pero el no lo sabe, así que te callas y finges que todo es alegría y felicidad. Aparte el parece odiarlos más, dice que será niña y la llamara Panfila Petuñia de la Rosa.

-No, si es niña su nombre será Estefana  Rosa Melamanguera

Ambos empezaron a reír y siguieron con bromas crueles sobre niños, Lindsay no estaba completamente emocionada por tener un hijo, pero tampoco lo odiaba.

Eternamente TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora