Introducción - Final de curso

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-Jimmy, despierta hijo, vas a llegar tarde a la estación de autobuses- le susurraba la señora Walter mientras daba pequeños zarandeos a su hijo de 16 años esperando a que este emitiese algún sonido gutural y se empezará a despertar.

-Mmm... Ya voy mamaaah- Jimmy bostezo mientras terminaba la frase y se incorporaba de la cama.

La madre observo el cuarto apoyada en el marco de la puerta, este, desordenado como el de todo adolescente, con sus posters de música en las paredes y su ropa tirada por los suelos, tenía cierto encanto, al mismo tiempo, con mirada cansada pero llena de orgullo por haberlo sabido criar, miraba a su hijo; un adolescente de pelo laceo, medio corto y de color castaño oscuro, casi negro, el cual le caía por delante de la cara tapando los ojos, también castaños; éste se vestía mientras era observado.

La complexión de su cuerpo era gruesa, con un ápice de musculatura en sus brazos y piernas, mientras que su piel era tostada con notable diferencia a la de ella; definitivamente había salido a su padre.

-Venga, venga, te falta desayunar, lavarte los dientes y comprobar que tienes todo preparado; tu padre estará aquí en una hora para llevarte a la estación, yo me voy a trabajar, te quiero mucho hijo, espero que te la pases bien en tu viaje de fin de curso, mándame muchas fotos por whatsapp y no te olvides de escribirme por lo menos una vez al día, para saber que estas bien y no preocuparme, te he dejado una sorpresa doble sobre la mesa del salón por haber aprobado todas las asignaturas, disfrútalo y se responsable- La señora Walter beso la frente de su hijo y se apresuró a salir de la casa en dirección al trabajo, un minuto más tarde Jimmy escucho el motor del BMW 320i de su madre marcharse del porche.

Una vez solo bajo al piso inferior, llego a la cocina y abrió la alacena, se sirvió unos cereales que tenían chocolate de relleno en un bols y se fue comiendo los cereales sin leche hasta el salón. - Joder, no me puedo creer que me lo haya comprado... -. Encima de la mesa central había una caja de cartón plana, en su estampado podía verse el logotipo ACAB, una marca de ordenadores.

Sin pensarlo ni un segundo comenzó a abrirla, corto con cuidado la etiqueta de garantía que cubría la apertura y una vez abierta se quedó observando; allí estaba, un ACAB modelo D44 con disco duro de 1 Terabyte, memoria RAM de 16 Gigabytes, procesador Intel i7, Pantalla FullHD 4k y conexión a Internet móvil, tecnología punta acumulada en un solo ordenador, y era suyo.

Para rematar la jugada su madre le había dejado trescientos euros en efectivo con una pequeña nota debajo del ordenador.

"Portátil" bien y no hagas gamberradas, traeme algo de recuerdo, te quiere mucho muchito, mamá.

Sin lugar a dudas tenía que cumplir con lo que le había pedido, era lo mínimo que podía hacer después de tan maravilloso regalo.

Rápidamente se lavo los dientes, bajo su maleta y la aproximó a la entrada, metió un par de barras de chocolate en su mochila y encendió el ordenador.

Termino de configurarlo justo cuando oía el claxon del coche de su padre, un Nissan GTR R34 azul marino, mientras recogía miraba por la ventana esperando otro pitido, pero esto no sucedió.

Rapidamente guardo el ordenador en su mochila y salió por la puerta de atrás, no sin antes comprobar que las ventanas y demás puertas estuviesen bien cerradas.

-Hola papi, ¿que tal todo?-. Le pregunto mientras colocaba la maleta de viaje en la parte trasera del vehículo y se subía. -Bien hijo, bien, esta mañana me llamo tu madre pidiéndome que te hiciera de taxista pero no me explico a donde querías ir, ¿tan importante es?, me ha contado que ayer tenías tanto entusiasmo que no podías dormir- Francisco Ramírez, el padre de Jimmy, sonreía mirando a su "pequeñajo", como él solía llamarle. - Tenemos que ir a la estación de autobuses, hoy es el viaje de fin de curso y nos vamos toda la clase a Barcelona en autobús, estaremos allí una semana, después pasaremos por Andorra y acabaremos con dos semanas en Francia, va a ser la p... Bomba-. Jimmy no podía parar de sonreír mientras le brillaban los ojos, su cuerpo era un cosquilleo constante de solo imaginar todo lo que viviría con sus amigos, encima, ella estaría allí, en donde el tuviese que estar, todo cuadraba a la perfección. - Me alegra saber que estás tan ilusionado pequeñajo, después de todos estos años de esfuerzo estudiantil te mereces unas buenas vacaciones-, Francisco arranco el vehículo y ambos se encaminaron hacia la estación.

Durante el trayecto hablaron sobre que harían una vez en Barcelona, que visitarían en Andorra y donde se alojarían en Francia, todos los detalles estudiados y aprendidos por Jimmy.

Finalmente llegaron a su destino y tras los saludos forzosos entre padre y profesores acompañantes, se despidieron. - Espérame un momento antes de subir al autobús, quiero hacerte un regalo de despedida -. Francisco fue corriendo al coche para volver con un estuche. - No le des un mal uso, si te lo doy es porque puede que te sea necesario en el viaje ya que tiene muchas utilidades y porque te creo un pequeñajo serio y responsable -. Jimmy cogió el estuche sin saber que había dentro y lo guardo en la mochila, fuese lo que fuese habría tiempo de mirarlo en el autobús. - Gracias papá, voy a subir ya porque si no me dejan en tierra, te quiero - le dio un beso y se marchó corriendo rumbo al parking donde se encontraba el vehículo; ya estaba subiendo el instructor cuando él llego junto a la puerta.

- Por poco chaval, hice recuento dos veces y ya nos marchamos, sube tu maleta a la zona pública, no ahí tiempo para ponerla debajo en la de transporte -

A lo película americana, una bandada de chavales con ojos brillantes como platos y sonrisas de oreja a oreja se despedía desde las ventanas del autobús, mientras se marchaban girando la esquina, ni ellos ni sus mas allegados sabían que posiblemente no volviesen a verse nunca más...

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