Pasaron tres años desde que le propusiera aquella locura, pero, aunque seguíamos hablando, no parecía tener la intención de presentarse en mi casa. Eso en parte me alivió, pues sentía cierto miedo ante lo desconocido. Nada me aseguraba que fuera tan bueno como mi imaginación lo había pintado, aunque tampoco pensaba que fuera alguien malvado. Lo único que pudo demostrarme con el tiempo fue que no le importaba tanto como yo pensaba. ¿Dónde quedó aquel juego?
Durante ese tercer año de universidad conocí a bastante gente, pero en especial a un chico cuya amistad me ayudó a olvidar lo que creía sentir por Víctor. ¿Había sido amor? ¿Solo una atracción estúpida debido a la distancia que nos separaba? ¿Qué? Podía reconocer que aún me dolía una verdad que, hasta el momento, me había negado a creer. No estaba dispuesto a tener relaciones serias después de una mala experiencia que tuvo en su pasado. ¡Ni siquiera supe cuánto había pasado desde aquello! ¿Semanas? ¿Meses? ¿Años?
Me negaba a creer que le hubieran lastimado de esa forma.
Y parecía no darse cuenta de que estaba haciendo lo mismo conmigo. ¿Cómo iba a hacerlo? ¡Si ni siquiera sabía lo que yo sentía por él!
Sin embargo, lo que consiguió sacarme de la cabeza gran parte de mis sentimientos confusos fueron mis estudios. Estaba siendo el peor año académico, pues apenas me permitía los descansos o ver más allá de la puerta de mi piso o de la facultad. Conocí también, por aquel entonces, a un chico que cursaba lo mismo que yo, pero en el otro turno de mañana. Coincidimos una tarde en la biblioteca, ambos nos examinábamos pronto de una asignatura complicada y decidimos echarnos una mano en nuestros puntos débiles.
Fue la mejor idea que pudimos haber tenido.
A partir de ese día continuamos hablando y viéndonos siempre que teníamos la oportunidad. Forjamos una amistad fuerte que se consolidó con el tiempo, llegando entonces a tratarnos con tanta confianza que pude considerarlo como mi otro mejor amigo. El punto de vista masculino que toda chica necesitaría. No obstante, llegó ese instante en el que sabes que algo ha cambiado en tu interior. Las cosas no vuelven a ser como antes y parece que tu mente conspira para que pienses en cosas que no deberías. Eso fue lo que ocurrió con Renato, que empecé a pensar más de la cuenta en él y a sentir que necesitaba algo más. Algo que, por supuesto, no iba a forzar. Mas el destino me había preparado una sorpresa extraña.
Víctor volvió a aparecer en mi vida, como por arte de magia. Intenté resistirme a él, a sus palabras, a su manera de tenerme enganchada al móvil. Me obligué a no responder a sus mensajes, pero había algo mucho más poderoso que yo: mis ganas de atormentarle, provocar alguna reacción satisfactoria para mí. Por eso, cuando volvió a establecer contacto conmigo, no fui la misma tonta de siempre.
¿Qué tal, preciosa? Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablamos.
12:00 ✓✓
Es cierto, pero no creas que la culpa la tengo yo....
12:05 ✓✓
Tienes razón. Es más, yo soy el culpable.
12:06 ✓✓
No, si yo también lo he dejado pasar, tranquilo.Ya sabes, la universidad. A veces no tengo tiempo para hacer otras cosas que no sean estudiar, comer y dormir. Además... Últimamente tengo aquien te reemplace.Quizá por eso no extraño tanto nuestras conversaciones.
12:07 ✓✓
Fui idiota. Pensé que me sentiría bien tras soltarle aquella parrafada, pero no fue así. Estaba segura de que aquello había hecho daño, pues no volvimos a hablar en varios días. Insistí, pero no conseguí respuesta y aquello me preocupó mucho más de lo que hubiera querido. Tanto, que llegó a aparecer en mis sueños. Constantemente. Algunos eran agradables, pero otros me recordaban la profundidad de mi metedura de pata. Sin embargo, ya no podía hacer nada para arreglarlo, por mucho que me lo propusiera. Si no deseaba volver a dirigirme la palabra, lo aceptaría. No tenía nada que perder. Por eso me centré en Renato y, por supuesto, en la universidad. Necesitaba olvidar a Víctor como fuera.
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Ritual (Tentaciones, 1) [+18] | A la venta en Amazon
RomanceOlivia nunca se ha enamorado de cualquiera, es más, a pesar de lo enamoradiza que siempre ha sido aún no ha encontrado a nadie que la hiciera experimentar lo que siente hacia Víctor. Hasta que aparece en su vida Renato, quien hará que se olvide del...