Obra de Lujuria

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Al caer la noche se abre el telón.

Los protagonistas varían según la situación. Todo dependerá del grado de interés que observe en sus ojos, de los gestos que vislumbre detrás de las copas de jerez.

¿Quizás lo hago por soledad o tristeza?

¿Quizás por aburrimiento?

No lo sé.

El problema no es el amor de eso estoy segura. Ambos dejamos en claro que era sólo esta noche, donde Él obtenía el honor de tocarme desde el cuello hasta el fondo de mi ser.

¿Quizás esté sola realmente?

¿Quizás esto ayude a calmar esa ansia voraz de un algo que no puedo reconocer?

No lo sé.

Mi corazón no cambia con facilidad.

Amor, sexo, deseo ¿Qué más da?

¿Podrá la calidez del otro cuerpo llenar este vacío?

Enfrentando la amenaza del amanecer, me envuelvo con pecaminosa elegancia entre tus sábanas, siendo la heroína de esta obra de lujuria.

¿Si te beso corro un riesgo innecesario?

Debo recordarme que sólo serás un tipo más por la mañana.

¿Tú nombre? Si me lo preguntas no lo recuerdo... Y ahora que lo pienso tú tampoco sabes el mío...

¿Para qué molestarse con esas nimiedades cuando ambos somos conscientes de lo que queremos?

El siguiente acto comienza pronto. Se acerca un clímax letal. Promete devastación a su paso. El epílogo de lujuria mortal.

Ah, eres exigente y eso me gusta.

¿Quieres que sea tu plato principal?

No suelo dejarme someter tan fácilmente, mi adorable amante secreto, pero por esta noche será como te plazca.

Después de todo te recuerdo que mañana jugaré a esto con alguien más.

Si cierras los ojos te quemas en tu propio fuego.

Recuerda que no puedes volver atrás.

No te preocupes por mí, no voy a sensibilizarme. Lágrimas por mi rostro jamás verás correr.

Te enseño mi piel y oscura naturaleza, pero nunca pretendas ver mi corazón, está cerrado a cal y canto tras muros de concreto donde no penetra ni la luz del sol.

¿Te inquietas por el mañana? Réstale importancia.

Simplemente no me encontrarás aquí. La obra terminará y me pondré mi máscara de digna corrección moral. Ésa cara que todos creen que es mi verdadero rostro y se equivocan.

Corre, corre el reloj, nos apremia el minutero.

Exhausto tú te derrumbas antes de rayar el alba. Yo pretendo que a tu lado me quedo. Pero en realidad ya no soy la misma de ayer.

Mi moralidad es una ruleta rusa. Y la vida es sólo un teatro de doble función.

Abandono la habitación que clarea, y no entiendo por qué me detengo al vacilar.

Yo no tengo tiempo para tonterías. La obra de lujuria acabó al empezar el día.

Será hasta la próxima vez en la caza de carne.

Él telón se cierra, pero algo me molesta.

¿Por qué tengo deseos de volverlo a ver?

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⏰ Última actualización: Feb 26, 2017 ⏰

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