Despertar

Días felices

Tres días...
Solo tres días habían transcurrido, luego de la cogida de su vida.

Era la primera vez que Arthit se había levantado tan temprano, su fiebre había disminuido, su garganta y su ano dolían y ni hablar de las caderas, sentía que con cada paso que daba en cualquier momento se caería.
-Nos vemos Kong-

Salió a toda prisa del cuarto de su amante, quería morirse, quería meter su cabeza en lo más profundo de la tierra, apenas llegó a su habitación corrió al baño, se desnudó rápidamente y abrió la llave de la regadera, dejó que el agua fría despejará un poco su cabeza, era inútil, apenas cerraba los ojos todos los recuerdos de la noche pasada venían a su cabeza, los dedos de Kongphob recorriendo su cuerpo, los labios de Kongphob sobre los suyos, el cuerpo de Kongphob aprisionando el suyo.

-estúpido Kong- murmuró para si mismo.

Al salir de la ducha se encontraba un poco más calmado, se llevó una fuerte impresión al mirarse al espejo y darse cuenta de los chupetones que tenía en todo el cuerpo, se ruborizo un poco y con delicadeza deslizó sus manos en los chupetones que rodeaban su pecho. Su mente lo llevo nuevamente al momento exacto donde Kongphob y el fueron un mismo ser.

-No pense- murmuró -que el sexo fuera así de placentero-

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La mañana después de su primera experiencia hacia que los molestos rayos del sol fueran encantadores.

Era el mejor día de su vida, no...
-el segundo mejor día de mi vida!!!- gritó.

La rutina de Kong empezaba igual que siempre, primero el baño, luego la ropa, salir a comprar y comer el desayuno y finalmente encaminarse a sus clases.

El mundo tenía colores y olores diferentes y entre esas cosas hermosas, estaba el, la persona que más amaba y deseaba en el mundo.

-Buenos días Arthit-
Su P' se ruborizo al escuchar hablar a su amante.
-shhh...- lo callo -afuera sólo soy tu  P'-
Kongphob lo rodeó con su brazo derecho.
-lo se- sonrió.

Como todas las veces esa sonrisa traviesa, hacía de Arthit el hombre más feliz del mundo, bueno tal vez el segundo más feliz.