Hoy me desperté algo extraña. No quería comer, no tenía ganas de seguir soñando y, enserio, son las ocho de la mañana y me encantaría seguir haciéndolo pero es imposible. Me di cuenta que estoy bastante cansada que no puedo con mi propio cuerpo y que hay cosas que me están superando más de lo normal. Siento que me he quedado estancada mirando a ninguna parte, quizás con los blancos ojos y las lágrimas negras posadas en el cielo turbio. Un cielo gris que me enseñan mis ojos porque mis oídos siguen escuchando el cantar de los dulces pájaros y la brisa del mar. Siento cosas extrañas en mi estómago y no son mariposas. Esta vez siento a enanitos enfadados que no quieren que les moleste en su trabajo endulzándolos, echándoles sal o cualquier otro sabor que no sea el agrio. Les molesta que piense en ellos. Son tan idiotas. Hacen que me duela mi pequeñita cabeza y se portan mal. No me gustan.
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Algo cotidiano
PoetryEsas cosillas que le pasan a cualquiera y que pocas veces nos paramos a pensar.