Veintiséis de febrero, iniciando la noche, casa vacía y prejuicios volante. Llegó la hora del recuerdo, preparé todo para la velada, ventanas cerradas y una botella medio abierta... A ver recapitulemos, ¿cuándo llegó el desahucio?... ¡Claro!, cuando involuntariamente huí, cuando abandoné toda cosa de importancia; cada noche el recuerdo repica más fuerte y da espacio a los lamentos, no hay más, no se huye de lo que está a grandes distancias, busqué una manera para darme gusto de mis malos momentos (abro la botella), hasta hoy es funcional (el primer sorbo). Olvidemos los malos ratos, brindemos en memoria de los recuerdos.
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Náufrago de cristal
PoesíaLos sueños, vuelan como los suspiros de la vida y el mortal es consciente de ello.
